Su sonrisa

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Miércoles, aburrido miércoles, Matilda se levantó, y bajó , como siempre su madre había dejado una nota.

"Buenos días hija, ojalá hayas amanecido lindo, en la alacena te he dejado unas rosquillas con glaseado de chocolate para acompañar tu desayuno, no te olvides que hoy te recogeré en tu escuela, muchos besos, te ama, mamá''

La dobló prolijamente y la metió en su cajita de notas, su madre no lo sabía pero siempre guardaba sus notas, les ponía la fecha y luego la ponía encima de toda la fila de notas, todavía quedaba amor en ese corazón.

Sacó leche de la nevera y se sirvió en su tasa, luego la metió en el microondas y la puso a calentar 60 segundos, sacó las rosquillas de la alacena y las puso sobre la mesa, sacó el chocolate y una cuchara, sonó la alarma del microondas avisando que ya había terminado, pusò 3 cucharadas de chocolate y 1 de azúcar, en menos de 3 minutos había acabado su desayuno. Se baño y se vistió, se puso unas botas cortas negras con cordones con un jean azul ajustado, con una remera negra, arriba de esta una chaqueta militar verde y en su cabello un gorro negro que decía "Bitch" de este salìa el cabello de Matilda cayendo sobre sus hombros, delineo sus labios con un color rosado suave y colgó su mochila de cuero sobre sus hombros, se mirò al espejo y se veía como una chica tumblr. Agarró sus llaves, su celular, sus auriculares y guardó su almuerzo.

El camino a la escuela es tranquilo, escucha canciones de Simple Plan que la identifican y nadie la molesta.

- 5 minutos tarde señorita Espinoza.- Dijo el profesor Martínez al ver entrar a Matilda.

- Me he quedado dormida, no volverá a pasar.- Dijo Matilda sin ganas.

- Vaya a sentarse.- Dijo señalando el único banco vacìo.

Matilda buscó con la mirada y vio el banco que le señalaron, no podía ser, todos menos él, Matías, buscó otro asiento y no hubo, no quedo otra que sentarse con él.

- Debo sentarme aquí, hazte a un lado.- Dijo Matilda cortante.

- Hola, ¿Cómo estás? Yo bien, gracias por preguntar.-Dijo Matias sarcástico.

- No me interesa.- Dijo Matilda sentándose en el banco que estaba a un lado de Matías.

Matias se moviò hacia un costado dejando que Matilda se sentara junto a él.

- Estuviste llorando.- Dijo Matías susurrando.

- No, no estuve llorando.- Dijo Matilda mirando hacia otra parte.

- Explica tus ojos rojos e hinchados.

- Alergia.

- Yo también decía eso.

Matilda miró a Matías, y las miradas chocaron, Matilda por primera vez tenía en frente a Matias, pudo ver el dolor que había en el.

- Todos nos hundimos en algún momento.- Dijo Matías bajando la mirada.

- ¿Porque lo haces?.- Dijo Matilda interesada.

- No te intereso.- Dijo Matías mirando al profesor Martínez.

- Si m...- Dijo Matilda antes que la interrumpiera Martìnez.

- Señorita Matilda, le voy a tener que pedir que salga del salón, no ha dejado de hablar desde que llegó- Dijo llamando la atención de toda la clase.

- Estúp...- Dijo Matilda.

- ¡Fue mi culpa! Yo la he distraído, lo siento.- Dijo Matías dirigiéndose al profesor. Matilda quedo confundida por aquella situación, en años Matías hubiera cargado sus problemas.

Amor JuvenilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora