Miedo, solo eso sentía, además de la desesperación. Todo estaba oscuro, no podía ver nada. Extendía mis manos para poder guiarme pero era imposible, era como si no existiera, como si fuera la nada misma.
Pero de pronto todo se encendió con una magnifica nitidez, mis ojos resintieron la luz repentina y como acto reflejo se cerraron hasta que poco a poco me fui adaptando a la claridad.
Estaba en una habitación de color blanco, un blanco impoluto y perfecto, mi cuerpo reposaba sobre una cómoda cama, pero al momento de intentar levantarme no lo logre, comencé a desesperarme y mire hacia mis piernas y manos que se encontraban atadas con unas gruesas cadenas de hierro que me impedían el poder huir.
Comencé a forcejear con todas mis fuerzas pero eso no ayudaba, en cambio solo conseguía cansarme y perder mi energía rápidamente. Escuché el sonido de la perilla rechinar y mire en esa dirección con un terror que jamás en mi vida había sentido y sinceramente no quería volver a sentir jamás.
Por la puerta entro el chico llamado Andrew con una mirada que me causaba pavor y una sonrisa psicópata que me causo arcadas, se acercaba lentamente a mi y sin poder evitarlo me retorcía con más violencia intentando librarme de su presencia.
-Fuiste difícil de encontrar pequeña- susurro al tiempo de acariciar mi mejilla con sus sucios dedos e ir bajando por mi cuerpo, las lágrimas de impotencia comenzaron a salir y mis gritos hacían que mi garganta picara y se irritara.
-Grita todo lo que quieras, nadie te salvara mi pequeña Ninfa- comencé a llamar a gritos a todos los miembros de mi comunidad pero a cambio solo recibí la ronca carcajada del muchacho.
-Esas perras no vendrán, ya me encargue de exterminarlas a todas- mi rostro se desencajó totalmente y solté un aterrador grito de furia misma.
-Ahora seras solo mía- se abalanzo sobre mi y empezó a besar todo mi cuerpo al tiempo en que sus manos destrozaban mi ropa para dejar mi cuerpo expuesto ante él.
Me movía con violencia y pavor intentando librarme de su toque que me hacia sentir sucia, gritaba con todas mis fuerzas y gotas gruesas de angustia rodaban por mis ojos para perderse bajo las sabanas de aquella cama donde seria ultrajada mi virtud.
-¡¡Skyler!!- escuche a lo lejos a alguien que me llamaba y la imagen de Andrew se fue distorsionando poco a poco, en cambio yo seguía luchando por librarme de aquellos ojos verdes que no me podía sacar de la cabeza.
-¡¡Skyler!! ¡¡Despierta!!- me erguí sobre la cama tomando una gran bocanada de aire y jadeando sin saber exactamente lo que había pasado hace unos segundos.
Mire hacia todos lados buscando una explicación y lo único que me encontré fue la mirada preocupada de mis dos mejores amigas y la de las pequeñas Sia y Angela.
Me las quede mirando con confusión unos segundos para después tirarme al suelo de rodillas y llorar con una amargura deprimente.
-Era tan real, Era tan real- susurraba con convicción mientras sollozaba pero en el fondo sabía que solo había sido otro sueño más.
Megan me rodeo con sus brazos y me mecía con delicadeza para intentar calmarme, mientras que Tara abrazaba a las pequeñas niñas que me veían con lastima mientras lloraban.
-Esto no esta bien, ya es la tercera vez esta semana- escuche que le susurro Megan a Tara con una voz cargada de angustia.
-Lo se- suspiro- Tenemos que ir con Las Sabias- pude sentir que mi amiga asintió con la cabeza al tiempo que me levantaba delicadamente del suelo y me ayudaba a caminar a la cabaña de nuestras superioras.
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Ninfas De La Música (En edición).
FantasiaEsta es la historia de cuando el ser humano llevo casi a la destrucción el planeta cuyo único propósito era ser un refugio. -Los humanos son seres destructivos, son una plaga que se debe mantener bajo supervisión- La inesperada aparición del mundo m...