Ninfas De La Música (En edición).

Ritual de Sangre

Salí a toda velocidad del portal sosteniendo en mis manos la guitarra eléctrica que usaría para salvar a mi amiga, ahora que me sentía capaz de tocar música de nuevo mis energías se habían triplicado y arrasaría con todo el que estuviera involucrado en el Juego De Poderes. Corrí a toda la velocidad que mis piernas fueron capaces de permitirme y en cuanto llegue a aquel lugar no lo pensé dos veces al ver como el cazador y mi hermana forcejeaba para distintos propósitos.

En esta ocasión sabía que las ondas de música que usaría serían aún más poderosas pues esta vez también usaría mi voz.

Serré mis ojos y deje que mis dedos acariciaran las cuerdas de la guitarra mientras cantaba sin pensar en las letras, ellas solo salían de mi boca como si siempre las hubiese sabido, en mi mente se reproducía la constante imagen de aquellos ojos verdes por lo que comencé a cantar mas fuerte y con más sentimiento. Abrí los ojos unos segundos para lograr darme cuenta de que el cazador se había evaporado, ni siquiera cenizas quedaron de aquel pobre hombre.

Pero no podía parar, seguí cantando hasta que pude ver con mis propios ojos aquellas ondas que me pertenecían y estaban aún más grandes y lucibles que en veces anteriores, mis emociones eran un torbellino de caos, en mi interior se libraba una batalla al saber que mis poderes iban en aumento y mi cuerpo aún no lo asimilaba.

La rabia y la impotencia me segaron por un momento y de dentro de mi emanaron otras voces que me acompañaban en la canción, sabía que solo las Ninfas más viejas lograban tener ese tipo de poder por lo que la yo racional que había dentro de mi se preocupo.

Cuando la canción termino caí al suelo agotada por haber utilizado una magia más fuerte de la que podía soportar, ahí en el suelo tendida sobre la hierba sentí como la brisa acariciaba mi rostro y por un momento indefinido me sentí en paz, después de aquello todo fue oscuridad.

Aún en mi inconsciencia escuchaba la canción que había cantado momentos antes, podía ver desde una percepción diferente como mi poder se incrementaba aún más del que otras Ninfas fueron capaces alguna vez de utilizar, si era sincera tenia miedo, ¿que era capaz yo de hacer en el momento en el que me descontrolase como había pasado antes?, ¿acaso era yo un nuevo peligro para la comunidad? ,¿por que mi poder había crecido de tal forma?, y lo mas importante ¿ estaría preparado mi cuerpo para soportar una magia tan arrasadora? ,¿o moriría tratando de canalizar tanto poder?.

No sabia por cuanto tiempo había estado sumida en aquel lugar tan recóndito de mis sueños, pero lo que sabia es que no quería despertar, se estaba tan bien ahí, era tan cálido y tranquilo que cualquier persona estaría dispuesta a dar su tesoro mas preciado por unos segundos en el olvido.

Estar aquí me dio tiempo para pensar, y me había dado cuenta de que mis nuevos poderes no era un peligro para la comunidad, estaba segura de que mi amor por mi familia me haría tener la fuerza y control sobre cualquier cosa que se me pusiese enfrente.

Otra cosa que sabia era que yo era una Ninfa poderosa, sabia que era fuerte y que podría soportar el incremento de poder que estaba sufriendo, por que si, lo estaba sufriendo, a pesar de estar inconsciente de vez en cuando sentía como mi cuerpo se calentaba hasta el punto de sentir como si me estuviese quemando, en cambio otras veces sentía un frió insoportable que me paralizaba por completo, sabia que todo eso mi cuerpo lo soportaría por que yo no era ninguna chiquilla débil.

-¿Cuando despertara?- a lo lejos escuchaba voces, no podía distinguir de quien eran ya que no eran del todo claras, pero si lograba escuchar lo que decían.