La Viuda Negra

La visita del doctor

Narrador Omnisciente
Al llegar a casa Edmundo bajo a Felicia en sus brazos y ella no puso objeción confiaba en el y que no le haría daño como otros hombres, Paula estaba muy callada junto a Maria que notaba que la viuda negra no estaba de buen humor, seguía lloviendo pero eran protegidos de la lluvia por unas sombrillas negras que unos sirvientes les ponían en la cabeza, Paula necesitaba estar sola y meditar sobre lo que debía hacer ahora, ordeno que subieran a Felicia a su cuarto y también le ordeno a Maria que cuidara de ella al igual que a Edmundo, ella mientras subió a su recamara y se encerró allí, furiosa consigo misma golpeó la pared, la golpeo tanto que se hizo heridas en sus nudillos y le salía un poco de sangre, callo cansada a la cama sin quitarse el velo, comenzó a recordar lo feliz que fue con Emiliano y también su muerte que fue muy extraña para todos, a pesar de no haber sido la que no apretó el gatillo se sentía culpable por no ayudarlo, siempre sera la viuda negra y nadie sera capaz de acercarse le y conocer su dolor que esconde detrás del velo, solo su familia lo hará ya que la conocieron muy bien pero ademas de ellos nadie mas es tan valiente para enfrentarse a la verdad y con esos pensamientos se quedo dormida profundamente.

Felicia estaba acostada en la cama con la temperatura muy alta, María le toco la frente y supo que estaba enferma, seguro los malditos no se preocupaban por ella y la mantenían en condiciones deplorables, e inhumanas, no entendía que había hecho Felicia su pequeña para merecer todo esto, Edmundo arropaba a Felicia recordando que eso mismo le hacía a su hija cuando tenía fiebre, era una forma de mantenerla abrigada, María veía que Felicia no mejoraba y fue donde Paula para contarle, entro a su cuarto sin permiso y la despertó por sus gritos, Paula sabia que si María venía así nada bueno estaba ocurriendo, María le contó que Felicia estaba con fiebre y de las graves y había que curarla antes de que se pusiera peor, Paula se levanto de la cama y la mando a llamar al doctor pero María le contó que en el pueblo había solo un doctor y vivía a las afueras del pueblo, se demoraría un poco en venir, Paula frustrada salió de su cuarto y llamo a sus sirvientes, ordenando les que trajeran agua, un lavatorio y paños, había que mantenerla viva y mañana a primera hora irían por el doctor, María se ofreció a traerlo ya que era una de las pocas que sabía en donde vivía, Paula estuvo de acuerdo pero iría a caballo junto a Manuel que sabía cabalgar, Maria y Manuel se inclinaron aceptando su decisión y Paula corrió a acompañar a su hermana, al entrar encontró a Edmundo cuidando de ella como si fuera su padre, se arrodillo al lado de la cama en el suelo y tomo la mano de Felicia y dijo:

-Te juro hermana que por la memoria de nuestra madre y nuestro abuelo que tu te pondrás mejor y saldrás de esta horrible situación. -Dijo poniendo su frente en su mano-.

Edmundo se conmovio y Felicia lo único que hizo fue apretarle la mano y sonreirle un poco, Edmundo sabía que aquí sobraba así que salió del aposento y cerro la puerta, los sirvientes entraron con las cosas que ordenó la señora y Edmundo se quedó en el pasillo pero escucho un llanto al lado suyo y se asusto pero cuando vio que Maria era la que estaba llorando se tranquilizo, ella no lo miraba se estaba ahogando en sus propias lágrimas por Felicia y la Viuda Negra, Edmundo sintió compasión de María y como si fuera controlado por su corazón y no por la razón la abrazo tratando de calmar su llanto, Maria se quedo muy sorprendida por la actitud de este hombre pero igual se dejo abrazar necesitaba mucho a alguien que la consolara un poco, se quedaron así por un rato hasta que del aposento salió un sirviente y ellos se separaron de inmediato, el sirviente les dio el recado de la viuda negra de que fueran a descansar y que mañana a primera hora María debía salir en busca del doctor, ella entendió y se despidió de los presentes con un buenas noches y se fue a su cuarto, Edmundo pidió saber si la viuda negra había ordenado algo para el y el sirviente le contesto que mañana el debía comenzar su siguiente trabajo que sabe muy bien, Edmundo entendió y el joven se fue a otro lugar, Edmundo a paso lento se dirigió a su cuarto pensando en lo que estaba pasando y porque había abrasado a Maria.