El destino quiere jugar conmigo

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Hoy desperte con toda la energía del mundo posible, sera un viaje largo hacía ese pueblo pero valdrá la pena ya que podré ver a mi papa y sacarlo de ese manicomio que atormenta mis sueños, al ser la Viuda Negra descubrí muchos dones que ni yo sabía que tenía y uno de esos es el don de ver a los muertos o mejor dicho espíritus o almas en pena, al principio me dio mucho miedo y estuve encerrada en mi cuarto alla en Europa por 2 semanas tratando de callar las voces de esos fantasmas que me pedían ayuda y se aparecían frente mío para atormentarme, luego supe controlar el poder y con eso descubrí la forma de soportar sus voces y aprender a vivir con ellos, no me persiguen mucho ya que son fantasmas que se quedan en el lugar donde murieron por toda la eternidad.

Me levante de mi cama y me fui a lavar el cuerpo, soy adicta a los baños talvez por eso mi piel es tan pálida como la de un cadáver aunque nadie lo nota por el velo, luego de bañarme, me cambié de ropa, ya lista con mi vestido negro que es uno de mis favoritos ya que el falso no es tan elevado y es fácil correr con el, me peine y decidí en hacerme un tomate a la altura de las orejas recogiendo todo mi cabello dejando algunos mechones sueltos, ya lista me pare de mi peinadora y me puse mis guantes negros y mi velo, me puse unas botas negras que me llegaban a la rodilla y ya lista agarré un bolso y metí algunas monedas de oro suficientes para el viaje y lo amarre a mi cintura bien apretado y pasa desapercibido al ser negro, y salí de mi recamara dejando la puerta cerrada.

Al llegar al final de las escaleras todos ya estaban esperándome para irnos, se inclinaron en forma de saludo y yo les devolví el gesto, Laureana había llegado hace rato por lo que me dijo y su padre la dejo ir con nosotros sin ni siquiera dudar un segundo, el alcalde es muy raro además de que se parezca demasiado al doctor en físico y nadie lo a notado ni prestado atención pero bueno ese no es nuestro asunto tenemos cosas mas importantes que hacer, subimos al carruaje sin prisa, el cielo es azul con algunas nubes que pronto lo cubrirán aunque no presentan ninguna amenaza de lluvia estaremos bien, me sente a la derecha junto a la ventana, Felicia se sentó conmigo y al lado suyo se sento Laureana, Edmundo se sento frente mío y María se sento junto a el, parecían algo tensos la verdad y no se miraban a la cara, abra ocurrido algo entre ellos esta semana, cuándo lo sepa se lo contaré a mi padre estoy segura de que se alegrará por ella.

Manuel se sento junto al cochero llamado Cecilio y yo ordené que nos fueramos ya y el carruaje comenzo a andar por el camino que indicaba el mapa de Edmundo que tenía Manuel en su poder, el paisaje que nos rodeaba era sorprendente a pesar de estar nublado pero los campos verdes eran hermosos y los gigantescos y altos arboles eran sorprendentes, siempre me gustó Santa Julia y el camino que iba a San Vicente de las Mercedes era simplemente fantastico, veía a través de un espacio que hize en mi ventana y los demás iban muy callados y pensativos, a mitad del día Felicia se quedó dormida en mis muslos tapados por mi vestido y Laureana se puso a hacerle una trenza, a veces nose que pasa por la cabeza de esta chica la verdad, ahora que lo pienso no hemos comido nada y no podemos parar a comer nada así que todos nos tendremos que aguantar bueno aunque a mi no me hace problema, seguimos viajando hasta escuche unos muy fuertes galopes que venían hacía nosotros, Cecilio frenó bruscamente los caballos y Laureana que no estaba bien sentada y sujetandose calló al suelo arrastrando a Felicia con ella, yo me quedé alli como una estatua sin hacer nada y María estubo a punto de caer encima de ellas pero Edmundo la tomó de la muñeca y la galo hacía su cuerpo quedando sus rostros casi pegados, Felicia seguía durmiendo ya que cuándo duerme tiene un sueño tan pesado que ni siquiera un jarrón en la cabeza puede despertarla, Laureana se puso roja de la vergüenza pero mas al ver a esos dos así de juntos, yo estaba en estado neutro sin saber que había ocurrido y baje del carruaje a ver que pasaba.

El destino quiere jugar conmigo y mi mala suerte me a hecho reencontrarme con el forajido de ojos azules, esta arriba de su caballo viendome fijamente y yo lo miró furiosa y con lentitud caminó hasta estar frente suya y el se baja de su caballo y se queda a su lado y me dice:

La Viuda NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora