~ Capítulo 9 · El liquido rojo ~

8.9K 606 15
                                    

La semana pasó rápida y volví al instituto más cansada que antes.

Evitaba encontrarme con Robert de nuevo e incluso entrar en los lavabos con chicos cerca por si podía haber otro malentendido.

Busqué a Mark por los pasillos para disculparme y llegar a un acuerdo sobre su castigo. Me sentía llena de culpa y si al menos compartíamos las horas extras dictaminadas por Robert, una parte de mí, acabaría sintiéndose mejor. Acabé dándome por vencida a la media hora de empezar la búsqueda, y posponiéndola para más tarde, al ver a Jason entrar a la sala de enfermería cuándo se supone que debería de estar cerrada a esa hora. Le seguí. Entré sigilosamente, procurando no hacer ni el más mínimo ruido. Veía a Jason como tocaba los tubos de ensayo, mientras me escondía debajo de la mesa del profesor.

- Sal de ahí. - dijo él aún de espaldas.

Saqué la cabeza de debajo de la mesa mirando antes a mi alrededor para intentar lograr ver desde donde podía verme Jason.

- Te estoy escuchando. Sal ya. - Repitió Jason aun desde el fondo de la sala.

- ¿Cómo me has oído? - dije saliendo de mi escondite por completo y dirigiéndome hacia él.

- ¿Por qué me sigues? - dijo dándose la vuelta y apoyando su peso en la mesa.

Empecé a caminar hacia él lentamente. Su mirada esperando una respuesta, conseguía estremecerme. Bajé la mirada hacia sus deportivas rojas y recorrí su cuerpo rápidamente, inmortalizando ese momento en mi mente. Estaba tan tierno y a su vez, imponía tanto su forma de estar y actuar... Confundía mis pensamientos con cada palabra que salía de su boca. Tal vez fuese en el momento en que me perdía en el azul de sus ojos o cuando recorría su cuerpo perfectamente esculpido, no lo sabía con certeza, pero podía asegurar que mis pulsaciones se aceleraban a cada paso que daba hacia él.

- Quería saber que hacías. - contesté sinceramente.

- Probar... - dijo mirando el tubo de ensayo que sostenía en su mano.

- ¿Que hay? - pregunté señalando el líquido rojo de aquel tubo.

Jason se encogió de hombros y acto seguido se lo tragó.

- ¡No! - grité yo.

Cayó al suelo con los ojos cerrados. Corrí hacia él y empecé a sacudirle.

- Vamos Jason no puedes morirte ahora.

Acerqué mi oreja hacia su nariz para comprobar si respiraba, mirando tanto el movimiento de sus pulmones como sintiendo su respiración, pero no había normalidad en él. Le miré a los ojos, sintiendo como si fuese la última vez que podría volver a verle, con la esperanza de notar algún movimiento en su rostro.

- ¡Vamos! ¿¡Por qué me haces esto?!

Empezaron a caer mis lágrimas de forma desenfrenada. Cogí mi móvil y empecé a marcar el número de emergencias.

- No hace falta. - dijo Jason recobrando el sentido, mientras me quitaba el móvil de la mano y colgaba.

- ¿¡Jason?! ¿Cómo estás? ¿Estás bien? - dije desesperadamente.

- Me duele la cabeza. - dijo él poniendo su mano en mi boca para hacerme callar. - ¿Has llorado? - continuó.

- Pensaba que te morías... - dije entre sollozos.

- Eres más sensible de lo que creía. ¿Cómo va a matarme esto a mí?

- Ni que fueras un súper héroe. - bromeé.

Jason sonrió. Por primera vez había visto su sonrisa y estaba segura que sería difícil olvidarla. Inconscientemente una sonrisa apareció también en mi rostro.

- ¿Por qué sonríes? - dijo el amargado Jason de nuevo.

- Cállate aguafiestas.

Y entonces le abracé. Le apreté hacia mí con todas mis fuerzas y sorprendentemente, fui correspondida. Jason colocó su rostro en mi cuello, haciéndome notar como chocaba su respiración en él. Aun sin llegar a soltarme, se fue incorporando para llegar a quedarnos sentados. Cada suspiro erizaba mi piel.

- Te has acojonado eh. - dijo él con un tono de burla.

Le miré desafiante y esta vez fui yo quien recibí su abrazo. Me giré hacia él para abrazarle también.

- Pero te has equivocado de reacción. - susurró Jason en mi oreja.

- ¿Que? - susurré también girando la cabeza ligeramente hacia él.

- Las cosas se hacen así. - dijo Jason sonriente.

Colocó sus manos en mi cara y acto seguido me besó. Sabía que apenas le conocía pero dejó de existir todo cuanto me rodeaba y las fuerzas por separarme de él, fueron desvaneciéndose en cada movimiento de sus labios. Las suaves caricias que sus manos realizaban, me envolvían haciéndome perder el sentido y la noción del tiempo.

Jason se separó y me miró fijamente a los ojos.

- ¿Pero que... - empecé a decir.

- Me lo estabas pidiendo a gritos. - dijo Jason.

Y como siempre él tenía que fastidiar todo el momento.

- Serás idiota. No quería esto. - dije poniéndome en pie para irme de allí.

- Vamos... era broma. - dijo él desde el suelo aún.

Le miré enfadada y seguí mi camino. Nada más girarme, Jason me agarró del brazo y me giró hacia él. Miré de nuevo el sitio dónde le había dejado.

- ¿Cómo has sido tan...

- ¿Rápido? - dijo él.

Asentí confusa.

- Ashley... - empezó Jason.



****

¡Espero que os guste y gracias!:)



El perfecto experimento de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora