~ Capítulo 33 · ¡Pelea! ~

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Llegué a clase, cansada por toda la rutina de la semana. Dejé caer mi mochila al suelo y con ello mi peso en la silla reposando también mi cabeza en la mesa.

- Pequeña... la edad está haciendo estragos en ti. - dijo Mark girándose hacia a mí, y tocando mi pelo desde su asiento.

- Quiero dormir... - me quejé.

- ¿Y quién no querría?

- Mark... tú... - dije mirándole a los ojos.

El rubio sonrió a la espera de mi pregunta.

- ¿Tú me quieres? - dije cansada.

- ¿A qué viene esa pregunta? - dijo Mark nervioso.

- Si me quieres, solo tienes que cogerme, y tirarme por la ventana. Prometo no delatarte.

Se me quedó mirando fijamente, asimilando la información hasta que empezó a reír en carcajadas.

- Creo que no estaría mal. Tampoco hay mucha altura. - dijo mirando a través del cristal.

- ¿¡Me matarías?! - exageré haciéndome la ofendida mientras llevaba una mano a mi pecho.

- Oh no querida, solo velaría por hacerte feliz en otra vida. - contestó el rubio rápidamente, acariciando mi mejilla.

En ese momento llegó Jason y la clase, como siempre se silenció. Todas las miradas se mantenían en él, deseosas de que éste no les mirase a ellas, porque sabían que pasaría entonces.

- Aun no entiendo cómo puedes llevarte bien con ese matón. - susurró Mark cerca de mi cara.

Sonreí negando con mi cabeza.

- Aun no entiendo cómo puedes seguir viéndote con Beth, después de todos los problemas y todos los cuernos que habéis sufrido.

- Aun no entiendo cómo puedo ser tu amigo. - dijo Mark siguiendo el juego.

Jason llegó a su sitio dejando caer su mochila.

- Aun no entiendo como...

- Callaros. - me interrumpió Jason.

- Luego te veo caperucita. - dijo Mark girándose de nuevo hacia su sitio, no sin antes, dedicarle una mirada intimidadora a Jason.

Jason ni se inmutó.

Durante las clases decidimos no mantener ningún tipo de contacto. Por el bien de su popularidad, y por el bien mío para lograr pasar desapercibida.

Cuando acabó la clase, salí junto con Mark, chocando desprevenidamente con Chase y, torpemente, cayendo mis libros al suelo.

Me agaché recogiéndolos sin ni siquiera mirarle a la cara.

- No he escuchado tus disculpas. - dijo Chase sin mirar a quien había hecho caer.

- Ni lo harás. - sentencié.

- ¡Vaya! - dijo apareciendo en su rostro una sonrisa maliciosa. - con que eres tu mu...

- No lo digas.

- Muñeca. - dijo acercándose más a mí.

- Eres insoportable Chase, ojala algún día alguien te pegue una paliza y bajes de la nube en la que estas.

- ¡Atentos todos! - gritó Chase, creando en mí una mueca de desagrado. - ¡La gatita ha sacado las uñas! - gritó haciendo que todo el mundo riera y se centrara en mí.

Suspiré. Intentando dar un paso al lado y seguir por mi camino, pero Chase me lo impidió poniéndose en frente de mí.

- Si no quieres que te patee el culo, sal de mi camino. - le dije sin mirarle a la cara.

- ¿Qué miedo no? - susurró Chase en mi cara con una sonrisa.

- ¡Eh! Ya la has oído, te ha dicho que le dejes tranquila.

- No te metas Mark. - dije mirando a Chase a los ojos desafiándole. - Espérame en la cafetería.

- Sí, eso, mejor pírate.

- Iré donde me dé la gana. - dijo Mark acercándose lentamente a Chase.

Chase se encaró y enseguida el grupo que le procedía, envolvió a Chase y Mark, dejándoles en medio y apartándome a mí, sin poder ver nada.

Me colé entre la gente, abriéndome paso hasta ver como Chase clavaba su puño en la nariz de Mark y lo tiraba al suelo, volviéndolo a coger del cuello de la chaqueta para intentar golpearle de nuevo.

- ¡Déjale! - grité subiéndome a la espalda de Chase y golpeándole con fuerza.

Pase mi antebrazo por su cuello y con ayuda del otro brazo apreté, asfixiando a Chase hasta que al menos reaccionara.

Cuando empezó a molestarle mi presencia y a notar que su respiración empezaba a faltar, dejó a Mark en el suelo y me cogió a mí de mi chaqueta sosteniéndome de puntillas en el suelo. Su mirada oscura clavada fijamente a mis ojos. Cerré mis ojos sabiendo que impactaría sobre mi cara su próximo golpe, pero no fue así.

Chase acabó pegado a la pared mientras Jason le cogía del cuello de su suéter, algo le susurró cerca de su oído e hizo a Chase volver a la normalidad.

- Todo el mundo fuera. El espectáculo ya ha acabado. - dijo Jason en un tono tranquilo.

Miré como toda la gente se disolvía por los pasillos y las aulas. Me acerqué a Mark que aún estaba en el suelo y le acompañé hasta la enfermería para que pudieran curarle. Ni siquiera me acordé de agradecérselo a Jason.

- ¡Baker! - dijo el director Robert entrando en enfermería firmemente.

Le miré esperando la respuesta que tan acostumbrada estaba ya a escuchar.

- A mi despacho.

- Luego te veo rubita. - dije chocándole la mano a Mark, quien estaba tumbado en una camilla esperando a la enferma que había salido a por desinfectante.





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Aquí está el especial. Espero que os guste(:


¡Y feliz día del padre, y a todos los que hoy sea su santo!

El perfecto experimento de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora