Capítulo 46 · Acción, reacción.

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A las dos en punto, otro de los robots que tenía como sirvientes, abrió mi "celda" para dejarme la comida. No dudé, por una vez, tuve la suficiente fuerza para actuar. Después de que el robot depositara mi comida, volvió a dirigirse a la puerta de mi celda, que ahora se mantenía cerrada. Se abrió cuando detectó la presencia del robot, y antes de que éste saliese, le empuje hacia mí y conseguí salir yo. Tras salir, una alarma estridente empezó a sonar.

Corrí hacia mi izquierda, ya que Bruno cuando estuvo hablando frente a mí, al recordar a Jason miró hacia la derecha. Tal vez, era una táctica o a lo mejor, ni siquiera tenía relación, pero era una buena forma de empezar a buscarle.

Escuché como dos sirvientes más se acercaban y me escondí tras unos asientos. A medida que ellos se movían, yo iba moviéndome escondiendome tras el mobiliario. De los nervios, podía llegar a escuchar hasta el latido de mi corazón.

Cuando se adentraron en el pasillo donde estaba mi celda, salí por la puerta por donde habían llegado. Todo estaba oscuro y difícilmente conseguía andar. Extendí mi mano derecha y reseguí la pared, para tenerla como punto de apoyo y poder guiarme. Mi mano se hundió, avisándome de que empezaba un pasillo. Decidí ir por aquel pasillo en total silencio.

De repente, las luces de todo el pasillo se encendieron.

- Veo que has conseguido salir. - dijo Bruno desde algún lado.

Empecé a buscar desde donde me hablaba.

- Cielo, arriba. - Dijo consiguiendo que mirase arriba - Saluda a la cámara. - bromeó éste.

Seguí caminando. Si había captado mi atención en este punto, era porque me estaba acercando a algún lado al que él no quería que llegase.

- Te estas equivocando. - dijo desde otro altavoz.

Seguí ignorándole. A veces, es la opción más correcta y la que más molesta. Abriendo todas las puertas que encontraba en mi camino y encontrándome con salas totalmente vacías. Bruno seguía hablándome, seguramente para conseguir captar mi atención de nuevo y distraerme, pero estaba segura de que iba por el buen camino, tarde o temprano Bruno tenía que cometer un pequeño error... siempre pasa. Y esperaba que pasara ahora también. Por lo que mi vista llegaba a alcanzar aún quedaban tres puertas.

- Cielo, ¿quieres jugar a algo? - dijo de nuevo Bruno. - Me estoy aburriendo... ¡Lo tengo! Para hacerlo más emocionante, voy a proponerte un trato. Bloquearé las tres puertas. - dijo Bruno y acto seguido en el manillar de las puertas apareció una luz roja, seguramente la del bloqueo. - Y te daré una sola oportunidad. La puerta que abras, será la que se salvará.

Y entonces, se cometió el error. Bruno no se habría dado cuenta, pero desde fuera pude escuchar pequeños ruidos. En esa puerta, estaba segura que Jason no estaría. Me quedaban dos, y en una estaba él.

Empecé a dar pequeños golpecitos por el marco de la puerta. Si conseguía que Bruno dejase de tararear aquella molesta canción que había empezado para darle emoción a la situación, podría saber si la habitación esta vacía o no. Al ser tan amplias, y al no contener nada, la habitación hacía eco.

- Bruno. - dije captando su atención.

En ese momento dejó de tararear.

- Dime cielito.

Me quedé callada y di los toques en la puerta. Pero no llegué a tiempo y Bruno se impacientó.

- ¿¡Que quieres?! - dijo él.

- ¿Bruno recuerdas como eras de joven? - dije estúpidamente, solo para que se mantuviese unos segundos en silencio.

Comprobé la puerta de nuevo, mientras Bruno hacia el intento de recordar algo sobre su pasado. Comprobado. Esta puerta estaba hueca. Me dirigí a la otra, la cual iba a ser mi solución. Volví a comprobarlo, pero me interrumpió.

El perfecto experimento de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora