El comienzo

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Lein y yo nos quedamos hasta muy tarde, 3:00 am, la hora en la que su mundo se conectaba con el nuestro según la opinión de mi hermano, sé que lo dijo para asustarme ya que,después de jugar videojuegos, su segunda cosa favorita era fastidiarme hasta hacer que me hirviera la sangre, o en éste caso observar como la más mínima cosa me aterrorizaba, en fin, fui a dormir porque sentí un gran peso en mis párpados los cuales parecían tener voluntad propia, sin antes claro, salir de la habitación de Lein y dar una carrera olímpica por el oscuro pasillo que daba a mi habitación porque él no quiso acompañarme.

Como era de esperarse, mi obsesión por aquel videojuego crecía con el transcurso de los días, era una delicia jugarlo, ya que, aunque suene algo extraño, he tenido varios y repetitivos sueños en los cuales me veo a misma en Hyrule. Diosas, era tan real, estaba allí parada entonando una canción con mi ocarina, la cálida brisa acariciando mi rostro, el pasto verde tan fresco que desprendía un aroma exquisito, la tarde tan preciosa que,con los tenues rayos de sol, brillaba escondiéndose con sigilo. Al instante, supuse que mi tonada fue escuchada por alguien más, ya que una silueta iba acercándose. Reconocí de quien se trataba, mi asombro se hacía más notable con cada paso que él daba, sentía como si fuese a desplomarme sobre suelo en cualquier momento.
Divisé una tímida y coqueta sonrisa en aquel rostro, no pude evitar sonrojarme y ver directo a sus ojos, tan azules como el mismísimo cielo.
Sin previo aviso, el cielo cambió drásticamente de color, volviéndose gris, aunque aún existía un poco de luz, el ambiente que se percibía no era nada agradable, de la nada ambos nos encontrábamos rodeados de demonios y monstruos. El chico rubio me dirigió una mirada de aflicción, indicando que la batalla había empezado, desenvainó su espada, la cual brillaba gracias a los últimos rayos de la tarde, y se dispuso a luchar, como por instinto traté de hacer lo mismo, pero un fuerte dolor opacó mi visión, haciendo que caiga desmayada, sin antes escuchar la voz que, sin duda, he esperado un largo tiempo para oír.

"El tiempo podrá separarnos.-Dijo con firmeza-...Pero el destino nos volverá a unir,no es la primera ni la última vez que ocurre ésto, seamos fuertes, como lo hemos sido siempre."

...

Quizá...Quizá sean sólo eso, sueños.


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