Gracias, héroes.

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La tarde bañaba el cielo de Hyrule, Link y Lein miraban alrededor con una expresión de angustia al ver todo aquello que una vez llamaron hogar totalmente destruido.

-Diosas, es mucho más fuerte de lo que creí.

-Debemos apresurarnos o será tarde...

Ambos caminaron por la arrasada pradera, cuando un estruendo los alertó, cientos de monstruos los rodearon e inmediatamente se disponían a atacarlos sin piedad.

- ¡No llevo ni un arma encima Link!

- ¡Ten! .-El rubio sacó una espada extra y se la lanzó a su compañero.-Espero que recuerdes como usarla.

- ¡Jamás lo olvidaría, CUIDADO!- Gritó Lein, mientras se lanzaba detrás de Link, incrustando la espada a un monstruo que apareció de repente.-Já, te lo dije.

Los dos corrían de un lado a otro manejando sus espadas como expertos, pero la horda de monstruos parecía no disminuir.

-¡Al templo...!-Gritó Link como pudo.-¡Al templo del tiempo, ya!

Lein asintió mientras seguía a Link, quien yacía abriéndose paso a través del centenar de bestias que intentaban que los héroes no escaparan de sus garras, ambos corrieron lo más rápido posible en dirección al templo, escapando de los monstruos que los perseguían incansables. Casi sin aliento, ambos habían llegado al templo del tiempo.

-¿Y ahora qué? - Preguntó Lein, tratando de recuperar el aliento.

-Pues...Con 8 años atrás bastará.

-Dime ¿Qué está pasando Link?

- Nada que no podamos controlar...-Link desenvainó la espada Maestra colocándola en el pedestal.-Rápido, colócate frente a la espada y pon tu mano en ella.
Lein se apresuró a hacer caso a Link, el cual entonó la canción del tiempo, haciéndolos regresar, como ya estaba previsto, 8 años atrás.

Todo se veía igual dentro del templo, pero al salir ambos sonreían al ver todo como era, el mercado había cobrado vida nuevamente, toda la gente que ahí se hallaba actuaba de forma natural, todos peleando por un buen lugar para comprar a menor precio, los niños persiguiendo con ahínco a los pobres perros que corrían de un lado a otro, y algunos de los misteriosos Hylianos que permanecían lejos de la multitud, era una escena reconfortante.

-Jaja, esto...Esto me recuerda a el terminar de la última vez.

-¿A qué te refieres Lein?- Link lo miró intrigado y dejó escapar una leve carcajada al fijarse bien en su compañero.

-Cuando todo acabó, ya sabes, ¿Qué es tan gracioso, rubio?- Lein también se percató del por qué de la risa de su compañero.-JAJA Mírate, diosas ¡sí que eras una ternura!- Dijo al ver a Link con un rostro totalmente diferente y un cuerpo de un niño de apenas 11 años.

-Silencio, tú apenas podías manejar una espada en aquel tiempo ¡Patético!-Contraatacó Link divertido.

Lein rió al recordar que era cierto, el verse a sus 11 años de edad, le trajo muchos y muy variados recuerdos. Empezó a caminar directo a la salida del mercado, los Hylianos parecían no notar la presencia de ninguno de los héroes. Link seguía a Lein, sin quitarle la mirada de encima, y preguntándose a sí mismo ¿Qué es lo que pensaba hacer? Ambos caminaban, al parecer sin rumbo, hasta que Link detuvo en seco los pasos de Lein.

-Hey, detente ¿A dónde vas?

-Hace tanto tiempo que no he estado aquí...Deja que lo disfrute.-Murmuró Lein haciendo caso omiso.

-Lein, esto es serio, debemos evitar lo que ocurrirá en 8 años, por eso estás aquí.

Lein suspiró y miró al rubio.

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