[33] Mis problemas

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Acero sale del cuarto de la celda y se encuentra con Jail parado esperando en el pasillo.

—¿Me estás vigilando? —Ella frunce el ceño.

—No puedo dejar que lo arruines. —Él sonríe.

—¿Y espiar te parece correcto?

—Yo lo llamaría necesario.

—Claro, espiar cuando me estoy bañando también es necesario —habla en tono irónico y rueda los ojos.

—¡Espera! Eso no es justo ¡Esa vez me equivoqué de baño! —se defiende.

Ella levanta una ceja.

—¿Y las otras veces?

—Bueno, sí, te estaba espiando, pero es porque eres hermosa.

—Tus halagos ya no te servirán cuando te la corte. —Pasa por al lado y él se asusta.

—Tranquila, preciosa, solo quería saber por qué no le dijiste todo a tu amiguito. Sabes a qué me refiero, el dispositivo y sobre el otro tema.

Se da vuelta y lo observa.

—Esos son mis problemas, no los de él.

Recuerdos de Acero (S.E #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora