Capítulo 2

27 4 0
                                    


Por fin habían llegado las vacaciones, y eso significaba un poco más de libertad, como por ejemplo a la hora de escoger la ropa que queríamos en lugar del uniforme establecido, aunque el director nos hiciera asistir a clases por la mañana, en realidad no dábamos materia, si no que estábamos en el aula pasando el rato para no tener que estar sin hacer nada durante tres semanas...

Como era de esperar, el internado se llenó de chicas con enormes maletas para poder largarse de aquí, y tan pronto como se llenó, el internado quedó desierto.

No logré ver a Kathy a causa del cúmulo de gente que había por todas partes, por lo que decidí enviarle un mensaje:

"Espero que pases una felices fiestas hermanita, nos vemos a la vuelta, saluda a la abuela de mi parte y dile que le echo muchísimo de meno, nos vemos a la vuelta. Cuídate. Te quiero".

Cuando envié el mensaje no pude evitar sentir un enorme vacío en el pecho, aunque solo sean 3 semanas, echaría de menos a la caprichosa de mi hermana, y sobre todo, pasar la navidad en familia, rodeada de la gente que más te quiere, la que daría la vida por ti sin pensarlo dos veces.

Al darme cuenta de que me había vuelto a sumergir en mis pensamientos de nuevo, me di cuenta que estaba llorando, Ginny me miraba con cara de pena, no dudó y se abalanzó a darme ese abrazo que tanto necesitaba.

-Tranquila, ya verás lo bien que lo vamos a pasar juntas, no pienses en tus padres, por favor, no me gusta verte así...

-No pienso en ellos directamente, sino en la situación, quiero decir, pasar las navidades rodeada de tu familia, en casa, con un árbol recién decorado...

-Cariño...tu y yo ya somos familia des de hace mucho, somos hermanas, tú eres mi familia, has estado a mi lado en todos los momentos en los que te necesitaba, hemos compartido tantísimas cosas, tantas experiencias juntas. Sabes que siempre estaré a tu lado, pase lo que pase por que te quiero, Brooke.

Para ese momento, yo estaba llorando más todavía, sabía que Ginny pensaba todas esas cosas, pero de ahí a oírselas decir, hay una gran diferencia, ella siempre ha sabido decirme las cosas exactas para levantarme el ánimo. Realmente no se qué haría sin ella, porque ella también forma parte de mi familia.

-Te quiero, amiga.

-Anda deja ya de llorar como una nena. Sabes que yo también, tonta.-dijo mientras me volvía a abrazar.

Después de este momento de "confesiones", la mañana fue transcurriendo tranquilamente. Por suerte de todas las que estábamos aquí metidas, las cuales no debíamos ser más de 30, sólo quedaban 20 minutos para poder irnos a nuestras respectivas habitaciones, estaba tan cansada...a noche a penas pude pegar ojo.

Estábamos divididas en dos aulas, por el tema de la comodidad. De pronto, se escuchó un fuerte estruendo y gritos de chicas acompañados de voces de hombres. Nadie entendía que demonios estaba pasando. De un momento a otro, abrieron la puerta del aula en el que estaba yo...


DIAMONDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora