Capítulo 12

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Sentí que el aire dejó de entrar en mis pulmones, tenía una sensación de ahogo. ¿Peter había sido el maldito que obligó a un niño a hacer todo eso? Aunque en parte no me sorprende. Seguía sin poder creerme lo que Blake acababa de explicar. Siempre me había estado quejando de mi familia, de la situación en la que crecí, pero ahora pienso y me siento afortunada, no porque mi vida sea perfecta, si no porque por muy mal que llegue a estar, no será nada comparado con lo que él tuvo que lidiar siendo tan pequeño.

Cuando al fin reaccioné, miré a Blake, tenía la mirada triste y miraba hacia el suelo... ¿estaba...llorando?

-Blake...-susurré. Él levantó la cabeza y nuestras miradas se cruzaron. Tenía el ojo cristalizados-Tranquilo, te dejo un rato para que te relajes y te sientas mejor.

Me levanté dispuesta a irme hacia mi rincón de aquella oscura habitación, pero Blake me lo impidió cogiéndome con fuerza del brazo sin tan solo mirarme.

-N...no te vayas-pidió el en un tono apenas audible- es la primera vez que he compartido esto con alguien, no estoy acostumbrado a sentir este nudo en el pecho. Sólo te pido que no me dejes solo Brooke, no ahora.

Me miraba fijamente con sus ojos cristalizados reteniendo las lágrimas, hasta que sus ojos no aguantaron más y un par de gotas descendieron por sus mejillas. Con cuidado le acaricié la cara aprovechando para eliminar el rastro que habían dejado sus lágrimas. Realmente odiaba verle así, un chico tan fuerte, tan serio y rudo a veces, echo polvo...

-Así mejor- le dije con una sonrisa. Hasta ese momento no me había dado cuenta de lo cerca que estábamos del otro, podía llegar a sentir su respiración en mi cara.

-Ahora es a mí a quien le toca darte las gracias. Gracias- dijo con una sonrisa torcida.

-¿Por qué no intentas dormir un poco? Debe ser tarde...

-¿Ahora eres tú la que hace de enfermera? ¿O tal vez debería decir niñera...?- dijo haciéndose el pensativo- quédate conmigo- dijo serio esta vez.

-Blake, mi cama está a pocos metros tuy...- no pude acabar la frase, ya que me interrumpió depositando sus labios sobre los míos con cuidado. Tardé unos segundos en reaccionar, no me lo podía creer, Blake me estaba besando, y con ese mínimo acto una sensación de felicidad me invadió, toda la angustia, el miedo, la desesperación desaparecieron. Era un beso lento, sin prisa, Blake acunaba mi cara con su gran mano, no sé cuánto tiempo estuvimos así, pero al poco rato tuvimos que separarnos para recuperar el aire perdido.

-E-esto yo...- empecé a decir, en ese momento no me podía sentir más estúpida, ¿en serio, tartamudeando?

Blake me miraba con gracia, apuesto lo que sea a que estaba hecho un tomatito, por su mirada pude intuirlo. Me sorprendió la delicadeza con la que me acariciaba la cara. Como si tuviera miedo de hacerme daño, de que pudiera romperme. Sus ojos no desviaron la mirada de los míos en ningún momento, llegué incluso a sentirme algo intimidada por esos ojos como de costumbre, me preguntaba en que estaría pensando en estos momentos...

-¿Vas a dormir conmigo ahora, Brooke?

-Yo...n-no sé qué...-volvió a juntar sus labios con los míos volviendo a cortarme a mitad de frase, aunque en parte lo agradecía ya que vete tú a saber las tonterías que podría haber soltado.

-¿Vas a dejar que termine alguna frase hoy?

-Respóndeme con lo que quiero oír y no te volveré a interrumpir a menos que tú me lo pidas, claro- me contestó con gracia, guiñándome un ojo.

-¡Eso es chantaje, Blake!-dije haciéndome la ofendida.

-Llámalo como quieras.

Blake se estiró en el colchón y palmeó el espacio que había dejado para mí. Negando con gracia me estiré en un lado mirando hacia el techo, sin poder evitar sentirme algo incómoda por la situación

-Relájate, Brooke, no voy a comerte.-dijo antes de darme un pequeño beso en la mejilla.

-Buenas noches.

Los minutos pasaban y yo no lograba conciliar el sueño, en cambio Blake quedó traspuesto en seguida. Tenía la respiración tranquila, sus ojos, cerrados delicadamente, parecía estar tan relajado que era difícil de creer y todo, parecía un pequeño niño soñando con caramelos, excepto por lo obvio, era tan perfectamente bello...

De un momento a otro, el colchón se movió y me vi envuelta entre sus brazos, estaba tan cansada y cómoda que acabé durmiendo yo también.

De un momento a otro, el colchón se movió y me vi envuelta entre sus brazos, estaba tan cansada y cómoda que acabé durmiendo yo también

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LO PROMETIDO ES DEUDA!!! NUEVO CAPÍTULO, A PARTIR DE AHORA CADA JUEVES NUEVO CAPÍTULO!! UN BESO ENORME!

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