-¡Tiene tus ojitos!- exclamó Aura señalando a Noah.
-Seguro le cambian cuando crezca.
-Qué negativo que sos- bufó- yo estoy segura de que sus ojos van a seguir siendo celestes.
-De acuerdo- Noah cedió, pero internamente él creía que no era así- tengo que irme a trabajar- suspiró pesadamente y se levantó del sofá para agarrar su abrigo y ponérselo. Aura besó sus labios y le deseó suerte.
Noah partió hacia el local de zapatillas en el cual trabajaba y saludó a sus compañeros, Trevor y Luz.
-Hola, Noah. ¿Sabés? Me voy a atender a esa bonita chica de allí.- dijo Trevor de forma despistada y se acercó a una chica rubia vestida con ropa deportiva. Trevor se consideraba todo un casanova.
-Ya empezó- rió Luz sentándose sobre un taburete esperando a que alguien entre al local.
-Algún día se le pasará.
-¿Y cómo está Ignacio?- le preguntó volteándose a verlo.
-Bien, sigue en el hospital. Todos los días parecen interminables sin ese pequeño en casa- le respondió en un susurro.
-Es comprensible.
Noah se quedó en silencio mirando fijamente la estantería que tenía a su lado hasta que Trevor se paró frente a él y le dio unas palmaditas en la mejilla.
-¿Qué te pasa?- preguntó el treintañero.
-Nada, sólo... pensaba.
-Dejá de pensar ya, por favor- rió Trevor- dale, ahí está esa niña esperando por ser atendida. Movete, dale.
Noah asintió y fue rápidamente a atender a la pequeña niña de unos trece años junto a su madre que estaba observando algunas cajas con zapatillas deportivas.
-Hola, soy Noah. ¿En qué puedo ayudarlas?- preguntó cordialmente mientras les brindaba su sonrisa patentada de comercial.
La mujer se dio media vuelta y analizó a Noah con el seño fruncido.
-De usted, claramente nada. Hace un poco más de quince minutos que estamos esperando por su insulsa atención. Ya nos íbamos- espetó la mujer y agarró a la niña del brazo jalándola hacia la salida mientras ella modulaba un perdón y sonreía levemente agitando su mano de un lado a otro casi imperceptiblemente.
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Hola, preciosuras!
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#HAPPY!
Okeeeeeeeeeeeey
Nos leemos mañana!! Los amodoro!!
Bye!!
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Ignacio
Literatura FemininaSer espectador muchas veces es algo hermoso, porque se puede apreciar la escena. Sus primeras y calmas respiraciones, su primera sonrisa deslumbrante, sus primeras risas melodiosas, su primer macana, su primera palabra pronunciada con suma ternura...