Bianca, después de todo se había despedido de sus amigos y había vuelto a su casa, tomó su móvil, y decidió llamarlo, necesitaba oír su voz de todas formas.
*Conversación telefónica*
–Hola?.-Su dulce voz se oía desde el teléfono.
–Abraham...-Susurró ella su nombre.
–Bianca..-Repitió la misma acción.-Te he hechado de menos.-Esa palabra era necesaria para sus oídos, necesitaba que el le dijera eso.
–Yo también Abraham, mucho.
–Necesitaba oír tu voz, la que me transmite paz, la mejor de las melodías.-Dijo él, suspirando y cerrando sus ojos aunque ella no pudiera verlo.
–Yo lo mismo, por eso te llame.-Dijo con una sonrisa ámplia en su rostro.
–¿Vienes a mi departamento?.-Dijo el rápidamente cambiando de tema.
–Vale, voy, en unos minutos estaré allí.-Le avisó mientras observaba el reloj.
–No te tardes, bonita.-Dijo el bromeando y ella rió.
–No tardaré, guapo.-Dijo ella mordiéndose el labio inferior y luego riéndose.
–Te esperaré con protecciónes.-Dijo aguantando la risa.
–¡¡Abraham!!.-Exclamó ella riéndo.
–De acuerdo, eso ha sido una pequeña bromita.-Rió.–Pero sabes que cuando tu quieras solo debes pedirmelo, y yo te lo daré con todo el gusto y placer.
–Abraham, ya, por favor.-Dijo tentada de risa.
–Bien, te espero.-Dijo al fin y al cabo de todo.–Te adoro.
–Yo aún más.-Dijo embobada de amor, pero pronto volvió a la realidad ya que ha estado 10 segundos con el telefono en el oído cuando ya Abraham había colgado, rió de sí misma.
Y dejó su móvil sobre la mesa pequeña que hay en su habitación, para ir a ducharse y ponerse una remera negra algo corta pero solo hasta el obligo con la frase "Stay Beautiful" escrita sobre el centro, y un precioso short rosa floreado, y unas vans negras.
Una vez lista, salió de su casa, pero no antes sin pedirle a su madre, quien, si ella no le mencionaba donde iría se enojaría mucho, y no quería más problemas por hoy, al llegar, pudo contemplar desde las habitaciones del piso de Abraham, que parecía estar solo, ya que no se veía ninguna luz de ninguna parte de la casa encendida más que la suya, rió ante eso, como podría ese chico estar siempre solo en su casa.
Tocó el timbre de su piso y al instante se oían pasos bajando las escaleras, supuso que era el, la puerta se abre dejando ver a un perfecto chico de remera blanca y camisa roja sobre ella, pantalones jean negros, y unas All Star negras, estaba guapísimo, realmente guapísimo.–Hola guapa.-Sonrió apoyandose sobre el marco de la puerta y observándola de pies a cabeza.
–Hola, guapo.-Imitó su mismo gesto.
–Asegurense de no hecharse ningún polvo delante de todos.-Se oyó una voz masculina desde el pasillo que luego estalló a carcajadas con otras más.
–Quienes son ellos, Abraham?.-Susurró ella al ver a tres muchachos sentados en los primeros escalones de la escalera, uno era de remera verde, otro remera blanca, y el otro roja.
–Mi vecino y sus amigos.-Contesta rodando los ojos, y ella ríe.–Vamos a mi departamento.-La toma de la mano y entran intentando evitar a aquellos muchachos, pero resulta imposible, ya que simplemente la piropeaban a Bianca y eso a Abraham lo ponía extremadamente molesto.
–Oye preciosa, si en algún momento te aburres del mani de tu novio sabes que te espera mi banana.-Dijo el de remera roja quien parecía ser el lider, mientras la observaba, era algo guapo, pero no más que Abraham.
–Aprende a piropear, ridículo.-Rió ella a carcajadas, el simplemente sonrió pervertidamente.
–Muchacho, yo si tuviera a esa hermosa flor le haría todo lo que seguro tu no le hiciste aún.-Volvió a gritar el de remera roja.
–Cierra tu sucia boca, ella no es puta como con las que te acuestas, Zed
《Zed, que bonito nombre》.-Decía su subconsciencia, intentó borrar ese pensamiento.
–Claro que no lo es, y eso es lo que me atrajo de ella.-Dijo mirando a Abraham con desagrado pero a Bianca con encanto.
–Eres preciosíma.-Dijo el encantador chico de verde guiñandole un ojo, ella simplemente no contestó pero se sintió algo sonrojada, Abraham lo notó y enfureció, la tomó del brazo y la hizo subir junto a el.
–Nos vemos preciosa.-Dijo el de verde y ella no pudo evitar darse vuelta, acto seguido de eso el le guiño un ojo.
–Cierra tu enorme boca, Axel.-Gritó Abraham con todas sus fuerzas.
Entró a su departamento a la fuerza, cerró la puerta con llave, y la soltó aún algo enfadado.
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Perdonenme por no activar muy seguido, estuve una semana fuera de mi casa ggg
Espero que les aya gustado el cap, nos leemos en la próxima.
No se olviden de votar si les gusto y si lo leyeron:)
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Ayúdame 《Abraham Mateo》
FanfictionAbraham siempre humillo a Bianca por una buena razón, aunque luego de la muerte de su hermano Nicolas, todo resultó mucho peor: todos la culpaban de ello ¿Un secreto? Nicolas era el mejor amigo de Abraham, por esa misma razón, el también la culpaba ...