Cuidando sus cosas

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El otoño ya se acercaba y el clima era fresco y agradable. Los días habían pasado tranquilos y no volvieron a ver señales de Jaehyo y los otros. Zico llamó a Kyung para salir a pasear, así éste podría ver a Taeil que tenían mucho tiempo sin verse. Los amigos solo querían pasar una tarde agradable como tres chicos normales que salen a comer y a pasear por ahí y olvidarse de sus turbulentas vidas que uno ya había dejado y el otro esperaba poder hacerlo, pero los problemas seguían viniendo a él, pero prefirió olvidarse de todo eso por ese día y disfrutarlo al máximo.

-Saben chicos, estuve pensando durante todos estos días y estoy pensando en dejar las estafas. He estado mucho tiempo haciéndolo y no quiero hacer a esto el resto de mi vida. Ya estoy viejo, debería dedicarme a otra cosa más productiva.

-Ay, no exageres Taeil, apenas tienes 24 años, no estás viejo. Pero me parece muy bien tu decisión, es lo mejor que puedes hacer. Yo cuando lo dejé y regresé a mi casa me sentí liberado... y limpio – dijo Kyung riéndose – Vengan vayamos a comer algo – el chico agarró a sus dos amigos de la muñeca y los jaló hasta la feria del centro comercial en donde se encontraban. Al llegar ahí, Pyo y Su Min estaban sentados en una mesa y le hicieron señas para que se acercaran - ¿Quiénes son?

-Son unos amigos que conocí cuando salí de prisión, y Taeil también los conoce, mucho antes que yo – Zico había invitado a los hermanos sin decirles nada para que se reencontraran con su viejo amigo Taeil, y sobre todo para que él viera a Su Min ya que pudo notar aquella vez que a él le gustaba.

-¿Porqué los invitaste? – preguntó Taeil a Zico en voz baja no muy contento por su decisión.

-Yo no los invité – dijo Zico en falsa inocencia pero su sonrisa lo delataba fácilmente. Empujó a su amigo para que se sentara al lado de Su Min y pudo ver su cara tonarse algo roja.

-¡Taeil! Tanto tiempo, ¿por qué no nos llamaste? Pensamos que te había pasado algo – Su Min le hablaba a Taeil pero este mantenía su mirada fija en la mesa. Se veía realmente nervioso, cosa que era extraño en él.

-¿Y Tú eres? – preguntó Pyo a Kyung que se había sentado a su lado.

-Soy Park Kyung, mucho gusto – Pyo y Su Min se presentaron con Kyung y después estos tres se levantaron para ir a comprar la comida dejando a Taeil y Zico cuidando la mesa.

-Eres adorable – río Zico y Taeil lo fulminó con la mirada – Es obvio que te gustaba y aún te gusta, ¿por qué no la buscaste y le dijiste lo que sentías?

- Ella nunca me vio como algo más, tan solo me veía como su amigo, y aceptémoslo ¿Qué chance podría tener con una chica como ella? ¡Hasta es más alta que yo!... y es tan hermosa, con un cuerpo increíble, y yo soy tan enano y con cara de tonto...nah, jamás se fijaría en alguien como yo – A Zico le hacía gracia ver a su amigo en ese plan de chico enamorado dejado en la friendzone. Siempre lo había conocido como el estafador que era y que estaba por dejar de ser y ahora sí lo veía como un chico con problemas normales de la juventud que no incluía maleantes.

-¡Aquí está la comida! – Kyung y se dirigía de regreso en la mesa con una bandeja con varios platos y el resto lo traían Su Min y Pyo.

Los chicos estuvieron comiendo y conversando amenamente, Kyung de vez en cuando echaba unos chistes al igual que Pyo. Ambos se estaban llevando muy bien pero a Zico le preocupaba que se hicieran muy amigos ya que a pesar de todo, Pyo seguía siendo un delincuente y Kyung ya se había alejado de esa vida y no quería que anduviera con esas malas juntas, ya era suficiente con él.

-Supe lo de tu padre Su Min, lo lamento – ella bajó la mirada algo triste - ¿y qué hicieron después? ¿a qué se dedican?

-Yo soy editor – contestó Pyo – y Su Min, ehhh...-no se le ocurría que decir.

Negocios SuciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora