Negocios Sucios

Recapacitar

-FLASHBACK-

El joven Jaehyo regresaba emocionado a su casa para mostrarle a su madre el 10 que se había sacado en matemáticas. Era el primer 10 de su vida por el que estudió mucho para poder pasar de curso y así enorgullecer a sus padres, o por lo menos a su madre.

-¡Mamá, ya llegué! – exclamó pero al parecer no había nadie en casa. Su hermano debía de estar en la universidad a esa hora y su padre en el trabajo. El chico entró a su cuarto y notó una nota sobre su almohada que tenía la letra de su madre.

"Adiós, lo siento"

Jaehyo corrió apresurado hasta el cuarto de sus padres abriendo el clóset y las gavetas y las cosas de su madre no estaban. El chico arrugó la hoja de papel en sus manos con rabia al ver lo que su madre había hecho. Su madre, en la que siempre había confiado, abandonó a su hermano y a él dejándolos con su abusivo padre alcohólico.

Jaehyo siempre fue de esos chicos que se iban de fiesta y llegaban tarde a su casa, y él lo hacía simplemente para escapar de su cruda realidad. Pero después del abandono de su madre, comenzó a meterse en peleas en la escuela y peleas callejeras junto con su mejor amigo B-Bomb.

-La familia es un asco ¿verdad B-Bomb?

-Sí, mi familia es tan conservadora que no me deja hacer lo que quiero, ¿puedes creer que ya no me dejarán ir a fiestas porque y que llego muy tarde? ¡Bah!... Pero cuando tenga suficiente edad me iré y no los veré más nunca.

-Nos iremos juntos...

-FIN DEL FLASHBACK-

Un pequeño rayo de luz entraba por sus aún entrecerrados ojos que poco a poco fue abriendo. Sentía su cabeza pesada y estaba algo mareado, pero se levantó como pudo dando tumbos. Jaehyo se acercó hasta la puerta de la habitación donde se encontraba pero antes de llegar se desplomó quedando sentado.

-¡Oh, ya despertaste! – una chica de piel muy blanca, de cabello castaño claro por los hombros y flequillo entró al cuarto ayudando a Jaehyo levantarse y poniéndolo de nuevo sobre la colcha – Que pesado eres, deberías dejar de comer tanto.

-¿Quién eres? ¿Dónde estoy?

-Mi nombre es Amy, y este lugar es una casa hogar para niños.

-¿Cómo llegué aquí?

-¿No recuerdas? – Jaehyo negó con la cabeza – Te intentaste suicidar. Yo vi cuando saltaste del puente hacia el río y fui por ayuda para sacarte – Jaehyo comenzaba a recordar. Después de dejar aquel galpón abandonado condujo por horas sin ningún rumbo en específico. Se sentía demasiado mal por haberle disparado a su mejor amigo que lo que quería era morir. Llegó hasta un pequeño pueblo y se detuvo frente a un puente por el que pasaba un rio por debajo de él y sumido en su llanto y desesperación se lanzó de este para acabar con su miserable vida – Hey, tierra llamando a Marte, ¿sigues ahí?

-¿Eh?

-Quitarse la vida no es bueno, a Dios no le gusta eso. Pero debiste tener una razón muy grande para hacerlo.

-Yo soy una basura, no merezco vivir.

-No digas eso.

-¡TÚ NO SABES LO QUE HE HECHO! – la chica se alejó algo asustado tras su grito. Jaehyo agachó su cabeza cubriendo su rostro con sus manos y comenzó a sollozar – Maté a mi mejor amigo, yo no quería pero lo hice... ¡YO NO MEREZCO VIVIR!

Jaehyo se levantó y salió corriendo de la habitación hasta fuera de la casa. La chica fue tras de él para detenerlo. Llegó hasta aquel puente de donde había saltado anteriormente y quiso hacerlo de nuevo pero la chica lo sostuvo por la cintura mientras él se retorcía intentando soltarse y una vez que se cansó cayó de rodillas llorando sin parar.