Reencuentro

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El corazón de Zico dio un vuelco al escuchar las palabras de su amigo "Hyeri está de vuelta en Corea". ¿Será que ella lo recordaría? ¿Será que sería prudente ir a buscarla y verla después de tanto tiempo?

-Kyung, ¿cómo sabes que regresó? – Zico salió de la casa para hablar en privado.

--Lo vi en las noticias en internet, dice que el Presidente Lee del grupo Star vuelve a Corea con su familia después de 4 años... ¿Qué piensas hacer? ¿Irás a buscarla?--

-¿Debería hacerlo?

--No lo sé, aunque tú la ayudaste igual estuviste implicado en el secuestro. Deberás pensarlo bien— Zico trancó. Entró a la casa de nuevo y Su Min estaba sentada sobre su colcha mirándolo curiosa.

-¿Pasó algo? – dijo al ver su distraído rostro.

-¿Ah?... no, no pasó nada – éste se sentó en una silla de la mesa de la cocina y pensando en Hyeri una sonrisa se dibujó en sus labios.

-Si pasó algo, y algo bueno por lo que veo.

-Sí, lo es... ¿Y ya te sientes mejor? ¿Dónde estará Pyo? sí que tarda.

-Aquí está la medicina – Pyo entró corriendo por la puerta.

-¡Al fin!... Bueno, ya me voy a casa. Que te mejores, Su Min.

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-¿De verdad no puedes quedarte? – preguntó su madre con rostro entristecido.

-No, pero te prometo que algún día lo haré – le dio un último abrazo y beso en la mejilla y se dio vuelta para irse.

-Espero, Ji Ho – su padre ya había decidido a dirigirle la palabra – Quiero hablar contigo, salgamos...Hijo, yo...

-Antes de que digas algo quiero decirte que estoy realmente arrepentido y que estás en todo tu derecho de estar molesto conmigo. Sé que nunca fui un buen hijo pero cuando regrese, prometo ser el mejor y hacer que te sientas orgulloso de mí.

-Hijo, aunque no te lo demuestre yo te quiero mucho y estuve muy triste y preocupado cuando te fuiste. Yo tampoco he sido el mejor padre y tal vez sea mi culpa que te hayas comportado como lo hiciste. Lo siento – Zico abrazó a su padre y besó su frente.

-Errar es de humanos – al terminar de despedirse, Zico salió del jardín hasta la calle de la urbanización para tomar el autobús que lo llevaría al trabajo.

-¡Ji Ho! – giró al escuchar que su padre lo llamaba – Feliz cumpleaños.

El día estaba fresco y soleado, Zico se sentía la persona más feliz del mundo después de reencontrarse con su familia y de enterarse que Hyeri estaba de vuelta. Ella fue la única chica por la que llegó a sentir algo, no sabía si era tan solo amistad o algo más, pero el hecho de escuchar si quiera su nombre sabía que se trataba de algo más.

-FLASHBACK-

-Te traje de comer.

-¿La misma basura de siempre? – hizo un mohín.

-No, esta vez te preparé algo – la chica abrió la bolsa y sacó un envase en donde había kimbap y kimchi - ¿Hiciste esto para mí? – Zico asintió – No sabía que cocinaras.

-Es lo único que sé hacer, mi madre siempre lo hacía y yo aprendí viéndola... pruébalo y dime que tal está – la chica tomó un bocado y se quedó masticando y saboreándolo. Se estaba demorando en masticar y Zico estaba ansioso por su respuesta. Ella hizo una mueca de desagrado - ¿Tan mal está?

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