Confesión y confusión

225 18 0
                                    

"DING DONG" – el timbre sonó.

-¡Ya voy! – contestó Taeil y fue a abrir la puerta – ¡Zico! ¿Dónde estuviste?

-Siéntate, te contaré todo.

Zico le contó todo a su amigo, sobre lo que le obligó a hacer Jaehyo, el chantaje con su madre, que estuvo secuestrado y también lo que le pasó a B-Bomb. Taeil estaba muy sorprendido con todo lo que le dijo.

-¡Ese Jaehyo!. De verdad que ahora sí se pasó de la raya... ¿Y a dónde se fue?

-No lo sé.

-Seguro se mató por ahí.

-No digas eso, que feo – lo que dijo Taeil lo puso pensativo. Jaehyo ya estaba trastornado, y la culpabilidad de haberle disparado a su amigo, aunque fue por accidente, lo debió de haber puesto peor.

-Por cierto, Su Min te estuvo buscando ayer y ha llamado varias veces para saber de ti.

-¿En serio? Qué raro... la llamaré – Zico le marcó, pero no le atendió – Iré a verla para ver lo que quería...Chao Taeil, nos vemos luego.

¿Desde cuándo Su Min le importaba él? ¿O será que lo estaba buscando para que los ayudara en algún trabajo? Sí, seguro era eso, ¿qué más podría ser?. Por poco iba a ir a su antigua casa olvidando que ya se había mudado, y en el camino de regreso, se encontró al pequeño niño Taewoon quien estaba sentado en una acera llorando.

-¿Taewoon? ¿Qué ocurre? – el chico levantó la cabeza con sus pequeños ojos llenos de lágrimas.

-Mochi, murió.

-Oh, lo siento, ¿cómo pasó?

-Un carro lo atropelló. Lo extraño mucho – Zico se sentó a su lado y consoló al niño acariciando su cabeza.

- ¿Quieres que te compre un helado? – el niño negó – Hmm, ¿qué quieres entonces?

-A Mochi.

-Él no va a regresar, está muerto – el niño comenzó a llorar más fuerte. Zico se dio un golpecito en la cabeza porque no debió haber dicho eso – Lo siento de verdad... Ya debo irme, cuídate – se levantó pero el niño jaló de su pantalón.

-No te vayas, no quiero estar solo.

-Vete a tu casa con tu madre y tus hermanos.

-No, yo quiero estar contigo, Hyung – Zico se quejó. No podía quedarse con el niño porque debía ir a donde Su Min pero insistió tanto que decidió llevárselo.

Caminando a casa de Su Min, el niño ya se veía un poco más animado al estar con la compañía de Zico. El niño lo tomó de la mano como si fuera su hijo o su hermano menor lo que le pareció tierno en sentir esa pequeña manito en su grande mano. En cierta forma le recordó a él cuando era niño e iba a todas partes con su hermano Taewoon y éste lo tomaba de la mano para que no se perdiera.

-Espérame aquí abajo ¿sí?

-Yo quiero subir contigo.

-Aish, está bien – subieron hasta el piso del apartamento de Su Min y Zico llamó a la puerta. Su Min abrió, estaba algo despeinada y con una enorme sudadera y unos shorts de pijama. Enseguida cuando vio a Zico, abrió mucho los ojos por la sorpresa y le lanzó la puerta en la cara – Su Min ¿Qué sucede?

-¿Por qué vienes así de repente sin avisar? Estaba durmiendo y no estoy presentable.

-¿Qué haces durmiendo a esta hora? ¿Y de cuando acá te importa que te vea en esas fachas? ¡Abre ya! – la chica abrió un poco la puerta y asomó la cabeza - ¿Me dejaras pasar?

Negocios SuciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora