Enemigos del pasado

294 20 3
                                    

-¡ZICO! ¿¡QUÉ RAYOS HICISTE!? – Decía una alterada Su Min a Zico quien acababa de llegar a casa de los hermanos después de haberlo llamado.

-¿A qué te refieres? – preguntó confundido.

-¡El tipo al que le diste el somnífero está en coma, casi moribundo!

-¿¡Qué!? ...Pe-pero yo no hice nada, solo se lo di como me dijeron.

-Explícanos exactamente cómo fue que se lo diste.

-Bueno yo se lo eché en el agua aprovechando que iba a tomarse una pastilla y...

-Espera, ¿se lo diste con una pastilla? ¿De qué era?

-¡Que voy a saber yo! Era un frasquito blanco fue lo único que pude ver – Su Min y Pyo se quedaron pensativos para ver qué clase de pastilla podría ser que reaccionó de manera negativa al mezclarla con el somnífero.

-¿Y si eran pastillas para el corazón? ¿Y si el tipo tiene problemas cardíacos y tuvo algún efecto secundario? –Pyo comenzaba a tener un ataque de pánico - ¡Ayy no, ya lo matamos! ¡Matamos a un hombre! No, no,no...

-¡Ya basta! – Su Min le dio una cachetada a su hermano para que se tranquilizara – nosotros no hicimos nada, fue este idiota.

-¿¡Cómo!? ¡Ustedes fueron los que me dijeron que le diera eso en primer lugar!

-¡Pero no que se lo dieras junto con una pastilla, ese somnífero era muy fuerte!

-¡Maldición!... debí haber estado loco al meterme con ustedes, de verdad no se en que estaba pensando – Zico salió azotando la puerta a sus espaldas, estaba molesto y también asustado porque pudo haber matado a un hombre, solo esperaba que no muriera de verdad.

Acostado con los ojos cerrados en la misma banca de la plaza que había sido su cama hace un tiempo, pasaba por su cabeza las consecuencias de sus actos. Si ese hombre muere tendrá que cargar con eso a sus espaldas y él no es un asesino. ¿Qué diría su familia? Que es una basura, una vergüenza, si su madre supiera que mató a un hombre moriría. "¿Qué voy a hacer?" pensó varias veces hasta casi quedarse dormido, pero algo llamó su atención. Abrió uno de sus ojos y vio a aquel niño de la otra vez junto con su perro.

-Hola niño, hola perro – saludó Zico.

-Yo no soy niño ni el perro, él es Mochi y yo soy Taewoon – Taewoon, igual que su hermano.

-Vete, no estoy de humor – volvió a cerrar los ojos.

-¿Qué te pasa?

-No es asunto tuyo – el niño no le dijo más nada pero el perro lamió su cara - ¡AY! ¡Qué asco!... ¿¡Qué es lo que quieres!? – dijo sentándose y el niño retrocedió asustado ante su reclamo – Lo siento... ¿Qué quieres?

-Bueno, hmm, yo, hmm.

-Ya, escúpelo.

-¿Me compras un helado? No tengo dinero.

-¿Porque no le dices a tu madre o a la señora que te cuida que te lo compre?

-Está trabajando ahora... ¡Anda! ¡Cómpramelo! – Zico no pudo negarse ante los inocentes ojos del niño y prefirió comprárselo antes de que comenzara a llorar.

-Aish, de acuerdo, pero solo para que dejes el fastidio – se acercaron a un puesto de helado y Zico le compró uno doble de chocolate y limón que era lo que quería - ¿Satisfecho? – el niño asintió disfrutando su helado.

-¡Gracias, Hyung! Eres una buena persona.

-No me conoces, no puedes saber si lo soy.

-Sé que lo eres, en tu cara se ve.

Negocios SuciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora