Miedo

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Multimedia Dante

Dante llego a su mansión, aun pensando en como no había podido matar a aquel humano tan solo de acordarse de su esclavo, ¿tanto apego tenía?

Llegando se encontró a Matthew y el sirviente que tenían llamado Thomas sentados en el salón jugando poker.

- Que bueno que llegas, Thomas me esta ganando desde hace un rato - Se burlo el oji-azul.

- No es para tanto, solo te he ganado algunas partidas - Rió Thom.

- ¿Cómo esta el humano? - Pregunto sin mas Dante.

- E-esta durmiendo señor... Ya esta mejor - Contestó el humano.

- Bien - Camino a las escaleras - Si se quieren quedar por mi no hay problema.

Dante se perdió en la segunda planta.

- De nada - Dijo Matthew lo que hizo que Thomas se asustara.

- No le digas nada, puede que nos eche a patadas o nos mate.

- No puede, mi padre es su amigo, pero me calmare solo por que a ti si te puede hacer algo.

....

Dante entro a su habitación y observo a el castaño, estaba casi en medio de la cama, se había acomodado en su enorme cama.

Lo observo por unos instantes, se le veía tan tranquilo, tenia largas pestañas y unos labios finos.

Dante entro al baño y se dispuso a darse una ducha, quería olvidar un poco a aquel humano, le estaba volviendo loco, cada vez pensaba mas en el.

¿Y si lo mataba? Esa idea se descarto de su mente cuando visualizo a Samuel muerto, con esos ojos color miel apagados y su boca manchada de sangre, su corazón se contrajo y sintió cono si le hubieran quitado algo.

Entonces no podría matarlo, mas que tratarle mal para que esa cara de inocente no lo cautivará mas.

Entro y dejo que el agua fría corriera su cuerpo, no sabía si de verdad estaba fría, pero el contraste que podía sentir en su piel si se tratara de agua caliente.

Salio con la toalla enredada en su cintura y de nuevo observo a el pequeño humano, se le veía tan pacifico al dormir, además que esos finos labios le estaban llamando para apoderarse de ellos.

Fue al closet y saco un pijama, además de sacar de los cajones del mueble que estaba a un lado un bóxer, para ponérselos y después entrar a la cama a un lado de el humano.

Lo observo de nuevo y podía ver el semblante tranquilo que tenia, a menos podía ver otra cara de Samuel a parte de esa que mostraba cuando estaba con el.

Ese semblante era el del miedo, el que le había enseñado a tener nomas de pisar aquella mansión.

Suspiro y chisteo los dientes, nunca antes había sentido este sentimiento, era entre la confusión y la necesidad, la confusión venia de no saber que hacer con el humano y la necesidad de no querer deshacerse de el, si no de quedarse mucho las cerca a el.

Dante seguía perdido en sus pensamientos hasta que Samuel empezó a removerse en la cama, además de decir cosas sin sentido, murmullos bajos diciendo quien sabe que.

- No... Por favor... Duele... - Decía entre cortado mientras seguía sumergido en aquel sueño.

Dante no sabia que hacer, el pequeño humano estaba teniendo una pesadilla y no sabia si despertarlo era una opción ya que se asustaría de igual manera al verlo junto a el.

El diario de un humanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora