El diario de un humano

Un dia sin mi amo

Samuel caminaba a un lado de el alto vampiro, iban callados lo que le torno aires de incomodidad, hasta que el vampiro se le ocurrió hablar.

- ¿Cómo te llamas? - Preguntó Damian.

- S-Samuel G-Galacia - Dijo tímido.

- Samuel, bonito nombre, yo me llamo Damian Hoffman. Conmigo puedes tener confianza, yo no soy como el aburrido de tu "amo" - Dijo haciendo comillas.

- E-es que aun siento q-que me puedes c-castigar.

- Mira es solo un día, así que no creo que te llegue a castigar.

- Esta bien.

Samuel cada vez se sentía un poco mas en confianza, ya que aquel hombre parecía bueno, pero saben lo que dicen: "No juzgues un libro por su portada", tal vez estaba subestimando a Damian y a lo mejor llegaba a ser mucho peor que Dante.

Entre tanto pensamiento llegaron a una mansión, era mas grande que la de su amo, y parecía mucho mas antigua, llegaron a la puerta y antes de entrar Damian lo detuvo.

- Bueno Samuel, adentro esta mi esposa y mi hijo, ellos tampoco tratan mal pero no son igual a mi, puede que te contesten un poco como decirlo... ¿secos?, ¿toscos? - Dijo Damian - Bueno después veras como son.

Damian entró a su casa, y era demasiado grande, tanto que Samuel tuvo que dar una vuelta completa para poder apreciarlo bien, la sala estaba conformada por cuatro sillones grandes de color rojo, una alfombra de color negro y en medio de los sillones estaba una mesa medio pequeña, en aquella sala estaba una mujer peli-negra, delgada y blanca de piel, tenían una libro en las manos y al parecer tenia unos ojos preciosos verdes, mucho mas claros que los de Dante, en frente de esa mujer estaba un joven, tenía el cabello largo que le llegaba a los hombros, sus ojos eran azules un poco mas claros que Damian, y sus facciones eran una clara combinación entre aquella mujer y Damian.

- Bienvenido señor Hoffman - Se escuchó una voz conocida por Samuel.

- Gracias Thomas.

- ¿T-Thom? - Pregunto inseguro Samuel.

- ¿Samuel? - Dijo el - ¡Samuel! ¡Cuanto tiempo!

Thom era aquel amor perdido de Samuel, era alto solo un poco mas que el, sus ojos eran de color café claro, su cabello era corto y del mismo color que sus ojos, tenia una piel bronceada, sin quedar muy morena. Y aquí estaba la respuesta de su misteriosa desaparición, se había convertido en el esclavo de este vampiro, ¿el sabría como es realmente Damian? Tal vez era un ser despiadado, pero la manera en que sonreía Thomas y en la manera en que le contesto daban otra impresión.

- ¿Se conocen Thomas? - Pregunto el oji-azul.

- Si, es un compañero que tenia en mi antiguo trabajo señor - Contesto el, son aires de respeto, ya que Samuel noto que le decía "señor" en vez de "amo" como lo hacia llamar Dante.

- Que bueno que se conocen, así le alegras un poco el día a Samuel, es el nuevo esclavo de Dante y ya sabes como puede llegar a ser ese amargado.

- Lo se señor, usted me ha contado mucho y además nos ha tocado tratar con el.

- Bien, dejemos la charla. Vayan a divertirse un rato, tendrán mucho que platicar, si necesitamos sabes que te gritaremos.

Con eso se retiro Damian, donde fue hacia aquellas personas que estaban sentadas en la sala, Samuel se fijo mucho en el joven, parecía que era su hijo, ya que era una mezcla entre las facciones de Damian y aquella mujer, aunque desde lejos se pedían notar esos ojos azules que eran una clara mezcla entre los azules de Damian y los ojos verdes esmeralda de aquella mujer, ciertamente era un color precioso.