El diario de un humano

Libertad

La impresión era lo único que tenia, ver como aquellos dos vampiros peleaban entre si, sin piedad, sin remordimiento.

No sabia que hacer, no sabia que gritar, que locura hacer para que se detuvieran y los dejaran en paz.

Pero no entendía que le pasa a su cabeza, que no quería perder al vampiro que tenia como amo.

Observo a los pocos vampiros que había en las gradas, todos sonreían además que otros murmuraban que Dante seria el que perdería, así que el humano le pertenecería a Sebastian.

Se le heló la sangre, sabia como era Damian, le gustaría convivir con él, pero no conocía a Sebastian.

- ¡Hey! ¡Sebastian! ¡Aquí esta tu recompensa! - Grito uno de los vampiros que había dejado atrás del pasillo.

- Guardamelo, que después sera mi cena - Esta vez fue Sebastian, haciendo que Samuel temblara.

Dante detenía los golpes, se podía escuchar el crujir de sus huesos, como aquel pelirrojo hacia que tan solo con un golpe retrocediera pasos.

- Samuel no sera tuyo - Exclamo Dante con furia.

- Ya lo veremos - El pelirrojo uso su velocidad así que apareció detrás de el rubio, propinandole una patada en la espalda que hizo un sonoro tronido, como si se la hubiera quebrado (que tal vez así lo fuera).

Samuel no sabia que hacer, vio a lo lejos a Jade y Zeus, estos estaban recargados en algunas tribunas, mientras apreciaban la pelea.

No dudo dos veces en correr. Corrió hacia ellos pensando que pudiera ser la salvación para su "amo".

- ¿Qué pasa Samuel? - Preguntó con cautela Zeus.

- Dante esta peleando, ¡¿qué no harán nada?!

- No, no tenemos eso permitido - Contestó Jade - Es una pelea por un humano, así que no puedo meter las manos.

- ¡¿Es verdad lo que están diciendo?! ¡Es su amigo! ¡¿Qué no significa nada eso?!

- Es nuestro amigo, pero el tiene sus propios problemas - Esta vez fue Zeus.

- No se que clase de amigos son ustedes, dejan a uno como si nada ¡le esta ganando! ¡Va a perder!

- ¿Y eso que importa? Tu seras libre de Dante, estarás con Sebastian, ¿eso no era lo que querías? - Cuestiono Zeus, parecía que estaban viendo a otro peli-azul, no el alegre que siempre estaba, esta vez estaba serio.

- No... Yo no... Y no quiero eso - Balbuceo, no se quería alejar de su "amo".

- ¿Porque no Samuel? - Pregunto la pelirroja.

- Por... Por...

- ¡Hijo de puta! - Ese grito le desconcertó, era de Dante.

Voltearon a ver, para toparse a un Dante mal herido, tenia un brazo roto y de su ceja izquierda la sangre escurría a borbones.

- Dante... - Su nombre salio mas que en un susurro.

- Se acabo Dante - Sebastian levanto su puño, dispuesto a golpearlo y tumbar su cabeza.

- ¡NO! - Grito Samuel, ganándose la mirada de todos - ¡DANTE! - Brinco las bardas y corrió hacia él.

Mientras que todos miraban impresionados, Zeus sonreía triunfante, mientras dirigía la mirada a un lugar específico de lo alto de las tribunas.

- No... No lo maten - Samuel llego a Dante, abrazándolo, tenia ganas de llorar, su corazón se sentía con pesadez - Q-quiero quedarme con él.

- No, el perdió así que tu me perteneces.