Marcado de por vida

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Ya era de día, y Samuel seguía dormido, tenia mucho que no dormía con comodidad aunque fuera el sillón de la pequeña habitación de Thom, quien se ofreció a dormir ahí pero Samuel lo negó y fue el quien dormía en el, pero agradecía tener un lugar como en donde descansar.

Damian decidió que dejara al humano dormir todo lo que quisiera, conocía a su amigo y sabia lo cruel que llegaba a ser, los demás esclavos que tuvo no soportaron la carga que ponía su amigo, por lo que terminaban siempre en un camino, en un simple destino, la muerte, pues se sentían en presión, no sabían que hacer, siempre terminaban en el suicidio si no es que terminaban como comida para su amo, pero su destino es el mismo, la mismísima muerte.

El vampiro recordó con nostalgia a Sebastian, que era uno de los mejores amigos que tenia, en total eran 3, se conformaba del rubio Dante, el pelirrojo de Sebastian y el mismo, eran de personalidades diferentes pero era una alianza que todos temían, ya que eran de los que tenían mas edad en la región y que estuvieran juntos causaba temor entre los vampiros y por obvias razones no se limitaba a molestarlos, ¡Que tiempos eran esos! Pero con la repentina desaparición de su amigo pelirrojo solo quedaron Dante y el, aunque aun así demostraban superioridad, extrañaba hacer las locuras al lado de su querido amigo.

Samuel vino a despertar en eso de las 12 pm, pero el vampiro no lo culpo, llevaba semanas adentro de esa mansión y no quería ni imaginar como su amigo lo llego a tratar, pero no podía hacer nada, solo tenia que soportar su comportamiento y lo que le podía llegar a hacer al pobre humano, pero aun así intentaría que el pequeño no sufriera tanto, además de que quería que esa actitud suya cambiara de una vez por todas, no era necesario que tratara a todos así, con un simple castigo todos entendemos, pues claro, ellos también fueron humanos y todos alguna vez de pequeño fuimos castigados, y aunque aveces llegábamos a hacer lo mismo, ya sabias que te podían castigar y te limitaba a no hacerlo, pues este era nuestro caso, pero no era necesario que llegáramos a la violencia y que clase de violencia.

Ya se dirigían a la casa de su amigo, podían llegar en un momento a otro si el vampiro corriera hacia aquella mansión, pero prefería que el humano se despejara con la caminata, por ello caminaba a su lado, aunque el también disfrutaba caminar, apreciar cada detalle de la luz del día, pero no lo hacia con mucha frecuencia ya que llegaba a lastimar su vista, además de que no podía salir muy a menudo a la luz ya que se notaria claramente su piel grisácea, demasiado blanca para la de un humano y llamaría la atención de los cazadores, aunque no llegaban a ser una amenaza si que eran una molestia, pero quitando todo eso, le recordaba los momentos buenos antes de ser un vampiro, cuando aun era un ser viviente, eran buenos recuerdos.

Ya llegaron a esa mansión y Damian tuvo un mal presentimiento, pero decidió dejarlo así ya que no tenia ni idea de por que.

- Puedes venir cuando quieras Samuel, bueno si te deja tu amargado amo - Hablo Damian.

- Si muchas gracias señor - Contesto Samuel.

- Anda entra que tu amo a de estar desesperado, adiós pequeño - Damian revolvió el cabello de Samuel, quien se ruborizó ante el acto.

- Adiós señor Hoffman - Se despidió tímido.

Entro a la mansión, lo primero que busco fue a su amo, pero no parecía estar ahí, por lo que decidió subir escaleras arriba para buscarlo en su habitación, un grave error. Llego donde estaba aquella habitación y toco la puerta, pero nadie le respondió, por lo que decidió ir a la sala, donde escribiría en su diario, pero tan pronto que se dio la vuelta, la puerta se abrió y unos brazos lo atraparon, metiéndolo a la fuerza a la habitación, el se asusto y trato de safarce forcejeando y tirando patadas y manotazos a diestra y siniestra, pero no pudo mas cuando lo aventaron una superficie blanda, que supuso que era la cama, abrió los ojos como platos cuando sintio un cuerpo sobre el suyo, para toparse a Dante, con una mirada lujuriosa y enojada a la vez.

El diario de un humanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora