El diario de un humano

Un diario

-¿Qué crees que haya recordado? -Dante estaba limpiando un poco, mientras que Zeus estaba echado en todo el sofá.

-No lo sé, pero es algo fuerte, por como se puso.

-Odio esto, odio no saber nada de él, le estamos confundiendo más de lo que ya esta.

-Pues en un principio tú tuviste la culpa, ¿porque le trajiste? ¿porque no le dejaste para que viviera como lo ha echo hasta el día en le trajiste?

-No lo se, sabia que una parte de mi lo quería de entretenimiento, pero otra simplemente se negaba a hacerle daño.

-Eso es lo que tenemos nosotros, fuimos humanos, nada lo va a cambiar, por eso ese lado que haz querido abandonar esta aun ahí, le hizo despertar Samuel, somos vampiros completos pero transformados, no nacidos y esa humanidad aún esta en nosotros.

-Creo que te esta saliendo humo de la cabeza, que eso a sonado coherente -se burlo Dante, mientras tomaba el vaso de agua que había dejado ahí Zeus, ni si quiera le había tomado.

El rubio miro hacia la segunda planta, pensando que es lo que hará Samuel cuando recuerde aquellos días donde él era el causante de aquel sufrimiento.

Samuel despertó, desconcertado, abrazando una almohada, se sentía cansado, además que su estómago le dolía un poco, puesto que había casi devuelto todo lo que había consumido en el día.

Lentamente se levantó, recordó todo lo que paso esa tarde y las lágrimas no tardaron en salir, mientras abrazaba sus rodillas, había recordado lo que había vivido con sus padres, la infancia casi feliz que tuvo, ya que, como en toda familia había ciertos problemas, pero lo fueron superando uno a uno, hasta que llegaron sus quince años, fue lo que más le dolió, ya que era por su culpa, se había culpado todo ese año la muerte de sus padres, ¿porque tenia que haber dicho que no iría? Ahora mismo estaría con ellos, sin sufrir estos sentimientos de soledad.

Ya hacia una tarde, el sol apenas estaba bajando, los Galacia habían llegado a casa, después de ir a pasear al menos un día como familia, lo hacían para distraerse ya que el trabajo y los estudios (claro que de Samuel) les tenían algo agobiados, por lo que un día de relajación no les vendría mal, así que llegaron a casa después de esa relajación, pero a la madre de Samuel se le había antojado hacer de cenar hamburguesas, ellos no se iban a negar cuando la mujer de la casa hacia de comer de una manera muy rica y apetitosa, por lo que no se negaron, pero había un problema, era que no tenían la carne para hacerla y tendrían que ir a donde la vendían, que era en la ciudad y vivían un poco lejos (no mucho pero si algo retirado).