El muérdago

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Cap. 4 El muérdago

Disclaimer: Inuyasha no es mío, los personajes aquí utilizados son de Rumiko Takahashi.

Luego de llorar por varios días entendió y aceptó que en verdad la única que se enamoró en esa relación fue ella. Los días pasaron normal Naomi e Izayoi retomaron su antigua relación, Inuyasha y Kikyo preparándose para la boda que sería en pocos días y Sesshomaru sin dar rastros de vida como siempre pero ahora Izayoi y Kagome pasaban más tiempo juntas, eran como tía y sobrina e iban hoy a comprar el vestido para la boda de Inuyasha.

- Ya llegué – dijo Kagome desde la entrada

- Adelante- gritó desde arriba Izayoi, recogió sus cosas y bajó.

- ¿El señor Inu no Taisho no iba a venir con nosotras?

- No, dijo que las mujeres duramos mucho para comprar y que prefería quedarse en casa. Así que vamos que hay muchas tiendas que ver- dijo mientras la empujaba hacia el auto de su esposo – sabes conducir, ¿Cierto?

La pelinegra asintió así que Izayoi le pasó la llave y se dirigieron al centro comercial, pasaron la tarde buscando el vestido adecuado hasta que lo encontraron así que decidieron sentarse a comer un helado.

- Kagome

- ¿Si? – dijo mientras dejaba de comer su helado

- ¿Estas bien? Digo, con todo esto de la boda

- Claro que sí, estoy bien – dijo mientras le brindaba una sonrisa

- Puedes confiar en mí, dime la verdad

- A la verdad- dijo mientras movía su helado- llegué a querer de verdad a Inuyasha pero el no a mí, se va a casar y no puedo hacer nada, solo quiero que sea verdaderamente feliz- luego de haber dicho esto Kagome sonrió a lo que Izayoi solo asintió.

- ¿Y no hay nadie que te guste?

- A la verdad no, ni tampoco quiero gustarle a alguien, soy feliz así :D

- Pero no eres verdaderamente feliz, estoy segura que sientes que te falta algo y es como hace varias semanas le dije a Sesshomaru, todos necesitamos a alguien que nos ame. Eres una hermosa persona en todos los sentidos, deberías darle otra oportunidad al amor.

- Lo sé, pero ahora no quiero pensar en eso, y ya que mencionó a Sesshomaru, ¿no ha sabido de él?

- No- suspiró- él es así, es muy independiente de nosotros, así que llama muy poco.

Después de esa conversación la pelinegra al ver la tristeza de Izayoi la tomó del brazo y salió casi corriendo con ella por todo el centro comercial a hacer cosas para que ella se alegrara, comieron pizza, se tiraron fotos y compraron los zapatos y accesorios acordes con el vestido. Al fijarse en la hora vieron que ya era tarde así que decidieron volver a casa, al llegar ya eran las 11 de la noche así que Kagome durmió en la casa de los Taisho, no era nada nuevo para ella ya que en los últimos meses la familia Higurashi pasaba mucho tiempo con los Taisho.

La boda de Inuyasha se acercaba pero antes debían hacer las decoraciones navideñas de la casa, Kagome junto a su familia decoraron la casa esa tarde y luego Naomi le dijo que vaya a ayudar a su amiga Izayoi, amaba ver a su hija feliz y sabia más que nadie que al igual que a ella Izayoi le irradiaba una calidez y un cariño que la hacía feliz.

Kagome aceptó y luego de haber terminado se dirigió a ayudar a Izayoi, cuando llegó el personal de servicio e Izayoi estaban casi terminando solo faltaba poner el muérdago en la puerta así que Kagome se ofreció a hacerlo, subió a una escalera lo colocó y cuando intentaba bajar pisó en falso y cayó, cerró los ojos esperando el golpe pero este nunca llegó, solo sintió unos fuertes brazos que la sostenían, pero lo que nunca se imaginó fue que esa persona la llegara a salvar de algo y mucho menos que estuviera ahí.

- ¿Señorita Kagome está bien? – preguntó una las chicas del servicio.

- Sí, estoy bien. – respondió mientras abría los ojos- gracias- le dijo a quién aun la tenía en brazos pero no pudo evitar reflejar en su rostro la sorpresa al ver que quien la tenía aun en brazos era Sesshomaru, a la vez que los dorados orbes se enlazaban con los marrones.

- ¿Sesshomaru? – dijo Izayoi que venía llegando de la cocina

- Mire señora, están debajo de muérdago deben darse un beso – dijo otra de las chicas que ayudaban en la casa.

- Es cierto.

- ¿Un qué? – interrumpió Kagome a la vez que bajaba de los brazos de Sesshomaru

- Un beso- dijo el

- ¿Qué? ¿Por qué?- Kagome preguntaba nerviosa y no pudo evitar sonrojarse

- Un beso, es la tradición del muérdago, y ya que no hay ninguna relación que los une debe ser en los labios, el muérdago es una buena señal - añadió Izayoi (N/A: no sé si en verdad es así chicas, no me maten)

- O sea que debemos hacerlo- dijo Sesshomaru mientras tomaba por la cintura a Kagome y la acercaba hacia él, puso la otra mano en su mejilla y mientras la acariciaba, unió sus labios con los de ella, un beso que transmitía amor, duró más o menos 5 segundos, mientras, ella quedaba en chock ni siquiera pudo mover un músculo hasta que Sesshomaru se separó y respondiendo con un – listo- se dirigió al despacho de su padre mientras dejaba a una Kagome sorprendida.

En la noche ninguno de los dos podía dormir. El, pensando que no debía dejarse llevar de sus impulsos y que debía alejarse de ella. Mientras ella no podía dejar de pensar en lo que pasó ya que no fue un simple beso, este transmitía algo como un "Te extrañé"

Al otro día Kagome se dirigía a la casa de los Taisho ya que su madre le dijo que Inu No Taisho quería hablar con ella, al llegar se encuentra con Sesshomaru y no pierde la oportunidad para preguntarle sobre lo que pasó la noche anterior.

- Sesshomaru

- ...

- Deja de ignorarme

- ... - sigue caminando

- Es a ti que te estoy hablando – ya comenzaba a enojarse

- ¿Qué quieres?

- Quiero que me expliques ese beso de ayer

- Un simple beso- dijo mientras seguía caminando

- No pareció un simple beso

- Piensa lo que quieras

- No quiero pensar lo que quiera, quiero una explicación

- No tengo por qué dártela

- Ahhhhh- ya se estaba enojando- eres un niño malcriado

- ¿A quién le llamas niño malcriado? – dijo mientras se le acercaba tanto que podía escuchar su respiración.

- Con ustedes dos quería hablar- dijo Inu No Taisho mientras ellos dos se separaban bruscamente.- Kagome, Sesshomaru y yo hablamos con Koga para organizar lo de tu año de servicio en la clínica pero deberás de transferirte al oeste en menos de una semana ya que la clínica de este lado del país ya está completa.

- Pero yo no tengo a nadie por ahí con quien vivir – dijo triste Kagome

- Por eso quería verlos a los dos, Sesshomaru, dado que Kagome no tiene familia cerca por allá y no podemos dejar que viva sola, ella irá a vivir contigo, no importa lo que digan no pueden refutar nada, Kagome tu madre y yo ya hablamos y Sesshomaru, debes acatar mis órdenes. No los interrumpo más. Ahh y Sesshomaru, hijo, enamórate de una forma más linda por favor- dijo para luego perderse por una de las grandes puertas de la mansión, dejando a la parejita de enamorados sorprendidos.

Luego de un momento, ambos tomaron caminos separados, debían arreglar todo para mañana pues sería la boda de Inuyasha.

El hilo rojo del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora