Capítulo 6 Nuevo Inicio
Disclaimer: Inuyasha no es mío, los personajes aquí utilizados son de Rumiko Takahashi
Respiró profundo el aire fresco de la mañana y no pudo evitar preguntarle al viento, que sería de su vida en este año.
Tras haberse instalado en la que sería su nueva habitación por un año, luego de haber hablado con su madre tomó un baño y decidió llamar a su amiga Sango.
- Kagomeee- Gritó la castaña
- Sango me vas a romper los tímpanos
- Anda, cuéntame cómo amaneciste con Sexymaru- dijo con un tono de picardía
- Sango, es un cubo de hielo y sabes que eso es imposible
- Lo imposible es lo que aún no ha sucedido
- Sango- interrumpió la pelinegra a la vez que se tiraba en la cama
- Ay, Kagome, algún día te tendrás que enamorar de nuevo y que mejor que el mayor de los hijos Taisho
- No lo creo, además ni lo conozco
- Pero lo vamos a conocer, vivirán juntos Kagome todo un año, todo puede pasar
- Sango- suspiró- no cambias, tengo que colgar. Izayoi está en la otra línea
- Esta bien pero nunca huiras de lo que está destinado para ti y ni de quien.
- Claro, claro- dijo para luego tomar la otra llamada
- Kagome, mi niña, ¿Cómo llegaron?
- Llegamos bien, creo
- ¿Te dormiste cuando iban de camino?
- Sii, estaba muy cansada
- No te preocupes, siempre pasa. Sabía que llegarías bien, mi llamada es por otro motivo
- Dígame
- Sabes, Sesshomaru se toma muy enserio el trabajo y no le gusta cocinar, así que dudo que mucho que se esté alimentando bien
- No se preocupe- interrumpió- yo me encargaré – dijo mientras sonreía- es lo menos que puedo hacer
- Muchas gracias mi niña, cuanto hubiese deseado que pasaran la navidad junto a nosotros, hablando de eso, en la última habitación sino mal recuerdo ahí están las decoraciones navideñas del último año que estuve ahí, puedes usarlas
- Sii, muchas gracias, ya me estaba falta el ambiente navideño.
- No te quito más tu tiempo, te quiero.
- Yo también, adiós.
Después de hablar con Izayoi se dirigió a la última habitación y efectivamente ahí estaban las decoraciones navideñas junto con varias cortinas y adornos para la casa. Buscó en el área de lavado las herramientas para la limpieza y empezó a limpiar. Para cuando terminó el lugar estaba completamente diferente, Un gran árbol navideño a la esquina de la sala, luces navideñas en el balcón, un corona en la puerta y el interior más claro y vivo con cortinas moradas con blanco. Quedó orgullosa del resultado, había estado tan concentrada que no se había dado cuenta que había anochecido, eran ya las 10 de la noche y ni rastros de Sesshomaru, en verdad se tomaba el trabajo muy enserio.
Volvió a tomar un baño y optó por preparar algo para cenar. Era una cocina muy linda y amplia, con un desayunador en el centro, y un comedor próximo a este. Al terminar de preparar y cenar faltaba poco para las 12 así que decidió ir a dormir.
Por otro lado, Sesshomaru se había pasado el día maldiciéndose por haberse llevado del cansancio, porque así era que lo llamaba, una acción provocada por el cansancio el haber besado a Kagome la noche anterior y había estado de muy mal humor y que todos le salían huyendo, sumado con todas las reuniones que tuvo que posponer por la boda de su medio hermano.
Eran pasadas las 12 de la noche cuando llegó a su apartamento, nunca se imaginó que estaría tan diferente a como lo dejó en la mañana, se sentía como en casa, tal vez la llegada de Kagome no sería tan mala después de todo.
Recorrió todo el lugar, la sala donde estaba el árbol de navidad, el balcón con las luces, había cambiado todo de lugar y aunque no le gustan los cambios se sentía bien. Cuando fue a la cocina a beber agua antes de acostarse vio en la mesa unos platos y una nota que decía "Para cuando llegues seguro estaré durmiendo, esto es para ti, espero y te guste. - Kagome" el plateado sonrió y se dedicó a cenar, después de todo con todo el trabajo y sus pensamientos no había probado nada desde hace horas.
La mañana siguiente cuando terminó de prepararse para ir a trabajar, pasó por la cocina y no pudo evitar sorprenderse, en el comedor había jugo de naranja, pan tostado, café, frutas y demás.
- Si no te gusta puedo preparar otra cosa- escuchó decir una voz tras el
- ¿Qué haces despierta a estas hora?
- He dormido lo suficiente ya, ¿desayunaras o te quedaras ahí parado?
- ...
- Sino te hizo daño la comida de anoche está tampoco lo hará- dijo mientras se sentaba a desayunar, acción que momentos después el secundó. Desayunaron en silencio hasta que el añadió.
- Iremos a mi oficina, hoy inicias las prácticas.
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El hilo rojo del destino
FanfictionEl, un alto empresario de una cadena de hoteles, frío, calculador y arrogante, de cabellos plateados, mirada fría pero con ojos color miel parecidos al sol. Ella, una camarera de la cafetería de su familia, estudiante de la carrera de medicina, cabe...