14. Arreglemos todo

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Los dos llevaban media hora mirándose el uno al otro sin decir nada. Ho Seok había conseguido que Soo Jung no se fuera y temía, que si decía cualquier otra cosa más esta lo hiciera.

–¿Desde cuándo? –Soo Jung preguntó, rompiendo el silencio.

–Desde que cortó con su novio.

–¿Y cuándo fue eso?

–No hace mucho.

Soo Jung sabía que su matrimonio era por conveniencia, pero llegó a creer que con los años Ho Seok había desarrollado algo de amor por ella. Por lo menos, el mínimo para no tener que engañarla. Se sentía decepcionada y herida.

—Arreglémoslo –Ho Seok dijo agarrando con fuerza las manos de su novia–. No hace falta que rompamos el compromiso, yo te quiero.

Soo Jung no se terminaba de creer del todo las palabras de su novio, pero ya quedaba menos para la boda y no quería romper el compromiso cuando faltaba tan poco.

–Adelantemos la boda –propuso Soo Jung.

–De acuerdo.

No hubo ningún cambio de expresión en el rostro de Ho Seok y eso tranquilizó a Soo Jung.


*


El timbre no dejaba de sonar y Yoon Gi no tenía intención de levantarse a abrir. No quería ver a nadie y mucho menos a Ho Seok, aunque intuía que él no podía ser.

Después de cinco minutos todo quedó en silencio y el pelinaranja pensó que la persona tras la puerta había desistido. Sin embargo, tras un momento de silencio la puerta se abrió. La persona que tocaba había entrado.

Yoon Gi no sabía si levantarse o quedarse en la cama escondido.

<<¿Y si era un ladrón?>> Pensó.

Optó por su segunda opción y se cubrió hasta la cabeza con la manta. Se quedó en silencio escuchando como los pasos se acercaban, ¿quién podría ser?

–Hyung. –Cuando reconoció la voz de Jimin asomó la cabeza–. Tienes que salir de casa o te quedarás sin trabajo, ¿y quién te mantendrá?

–¿Qué haces aquí? –Preguntó extrañado.

Yoon Gi se sentó en la cama y le hizo un hueco a Jimin para que hiciera lo mismo.

–Deberías darme las gracias –sonrió Jimin–. He hablado con tu jefe y le dicho que estas enfermo. Tienes tres días para volver al trabajo recuperado.

Al mayor se le había olvidado por completo su trabajo, era el segundo día que no iba.

–Gracias –dijo avergonzado. Si perdía su trabajo, el casero lo echaría a la calle por no pagar las facturas.

Jimin sonrió y palmeó suavemente la espalda de Yoon Gi.

–Todo se arreglará hyung.


*


Yoon Gi se daba una ducha mientras Jimin preparaba algo de ramen para los dos. Toda esta situación le recordaba a los viejos tiempo, donde Ho Seok no estaba y todo entre Jimin y él era mucho más fácil.

Terminó de ducharse y amarró la toalla a su cintura, después de secarse. Sintió el olor a comida y fue a la cocina donde estaba Jimin. Siempre comía antes de vestirse.

–No encontré nada más para comer –dijo Jimin cuando vio entrar a Yoon Gi–. La nevera está vacía.

–No importa. –Yoon Gi se sentó al frente del menor y cogió los palillos para empezar a comer.

Todo estaba en silencio, solo se escuchaba el sorber de los fideos pero, ninguno de los dos se sentía incómodo. Yoon Gi echaba de menos la estabilidad y tranquilidad que Jimin le daba a su vida.

Terminaron y Jimin lavó los platos mientras Yoon Gi se vestía. Jimin solo había venido a decirle a Yoon Gi lo del trabajo, pero se había quedado más tiempo del necesario. Y ahora, no se quería ir.

–Ya me voy –dijo Jimin dirigiéndose a la puerta. Yoon Gi se encontraba en el cuarto y Jimin no quería verlo, o sino no se iría.

–Espera. –Yoon Gi apareció con la camisa medio puesta y los pantalones desabrochados–. Quédate esta noche. Veamos una película.

Jimin no se negó, eso era lo que esperaba, una excusa para quedarse.

Después de terminar de vestirse, el mayor colocó en la televisión una película de animación, se sentaron en el sofá y empezaron a verla.

Jimin no sabía de qué iba la película y ya llevaba cuarenta minutos reproduciéndose. No podía prestarle atención teniendo a Yoon Gi a su lado cada vez más cerca. A los diez minutos había notado como el mayor poco a poco acortaba la distancia, pero no le había dado importancia. Sin embargo, cuando ya tenía su mano rozando la de Yoon Gi se había quedado en blanco por completo.

Yoon Gi tampoco estaba prestando atención a la película, tenía muy claro que quería arreglar las cosas con el chico. Cenando había tomado la decisión de quedarse con la estabilidad que le proporcionaba Jimin, en vez de seguir esperando una nueva oportunidad con Ho Seok, habían pasado ya cinco años. Ya no había esperanza para ellos y, después de hacerle tanto daño a Jimin, se había dado cuenta. Ho Seok y él tuvieron su momento, y ahora era el momento de Jimin con él.

Yoon Gi colocó su mano encima de la de Jimin, esperando que este se apartara, sin embargo, el otro no lo hizo; y eso le dio luz verde para intentar salvar la relación que sí tenía un futuro a la vista.

Jimin de pronto se sintió observado y miró a Yoon Gi, quien lo observaba fijamente.

–Arreglemos las cosas –dijo el pelinaranja acercándose y besando los rosados labios de Jimin–. Te quiero.

What Am I To You?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora