17. La decisión final.

3K 259 153
                                    

Todos se movían de un lado a otro, Ho Seok veía como los invitados iban llegando y sentándose en sus respectivos lugares. Llevaba con el traje puesto desde hacía una hora y no veía el momento de que todo esto acabara.

Él quería una boda íntima pero Soo Jung había insistido en invitar a más gente de la necesaria, y no paraban de llegar invitados. A pesar de su incomodidad, Ho Seok recibía a todos los invitados con una gran sonrisa en su rostro. Era su gran día, tenía que estar feliz, ¿no?

Cuando Nam Joon llegó acompañado de Jin, su cuerpo se relajó, tener a algunos amigos le ayudaría a sobrellevar el momento.

—¿Le dijiste a Yoon Gi lo de la boda? —Preguntó cuándo sus dos amigos estuvieron lo suficientemente cerca como para escucharlo.

Nam Joon asintió y le dedicó una mirada de reproche.

—No puedo seguir siendo vuestro intermediario —comentó—. También conozco a Jimin y le estáis haciendo daño.

Ho Seok bajó la cabeza ante las palabras de su amigo y los otros dos chicos se fueron a sus respectivos asientos. Nam Joon tenía razón pero, ¿qué más podía hacer? Él era demasiado cobarde como para hacer las cosas sin ayuda.

Sin embargo, esa noche lo tenía muy claro, si por casualidad Yoon Gi aparecía, él se enfrentaría a su padre y dejaría a Soo Jung. Solo necesitaba ese pequeño empujón, solo necesitaba saber que tras todo el daño Yoon Gi todavía seguía amándolo.


*


Yoon Gi no se había podido concentrar ni un momento en el trabajo, había recibido ya tres broncas de su jefe y tenía la certeza de que alguna más se llevaría antes de que acabar su turno.

Tras volver del mini viaje con Jimin, ninguno había comentado nada de lo que había dicho Nam Joon por teléfono. Parecía un tema tabú, se habían despedido sin mencionar ni una sola palabra. Básicamente, Jimin se había despedido de Yoon Gi echando humo por las orejas. Estaba enfadado y Yoon Gi no le podía prometer nada a su novio, pues le estaría mintiendo.

Yoon Gi había estado pensando todo el día en la boda de Ho Seok y su rendimiento en el trabajo se había visto perjudicado por ello.

El pelinaranja le había dicho a Jimin que lo elegía a él pero, ahora no estaba tan seguro. No se veía capaz de superar de nuevo la marcha de Ho Seok.

Al acabar el trabajo, cogió un taxi y se dirigió a un solo lugar, el lugar dónde aclararía todas sus dudas para siempre. Tenía que ver a Ho Seok antes de que fuera demasiado tarde.

Parado al frente del lugar, vio como la gente iba entrando. Todos iban vestidos de etiqueta, con elegantes trajes y vestidos. Él estaba fuera de lugar en todos los sentidos. No tenía invitación y su aspecto dejaba mucho que desear. Yoon Gi vestía unos pantalones vaqueros rotos a la altura de la rodilla y una camiseta blanca que se le pegaba a la piel. No tenía pintas de ir a una boda.

Observó por un rato a los invitados, debatiéndose entre entrar o no. Y cuando ya estaba decidido, lo que vio lo hizo volver hacia atrás. Soo Jung se bajaba de un BMW negro, su vestido era precioso, de un blanco perlado espectacular. Sus hombros y su espalda estaban al descubierto, sin embargo, no se veía obsceno sino glamuroso. Su cabello rubio estaba recogido para un lado y se sostenía con una tiara plateada que dejaba caer en cascada un velo blanco. Dos niñas iban sosteniendo la larga cola del vestido y ella avanzaba como si de una princesa se tratase. Yoon Gi estaba viendo a la futura novia de Ho Seok y se había petrificado al notar la felicidad que desprendía la mujer.

El sonido de su teléfono móvil lo sacó de sus pensamientos. No sabía cuánto llevaba sonando pero, este no paraba de vibrar.

Hyung, ¿ya comiste? —La voz de Jimin sonaba alegre. Al parecer ya había salido de clases—. Tengo un rato libre antes de irme a trabajar, ¿comemos juntos?

Yoon Gi se sentía fatal, estaba a punto de traicionar la confianza de Jimin de nuevo. Sus manos comenzaron a temblar y el teléfono casi se resbala de sus manos. No tenía la suficiente fuerza como para responderle a su novio sin delatar sus intenciones.

Yoon Gi —volvió a hablar Jimin—. ¿Estás ahí?

La cabeza del pelinaranja comenzó a doler. Si seguía entre tanta presión su cabeza estallaría.

¿Quieres que comamos juntos? —Volvió a insistir el menor. Y Yoon Gi solo soltó un ligero murmullo de confirmación—. Entonces no vemos donde siempre, hyung.

La llamada finalizó y Yoon Gi volvió a mirar el lugar de la boda. La novia ya había entrado, sin embargo, él ya no tenía fuerzas para imitarla. Se dio la vuelta y cogió un taxi.

<<Es hora de dejar atrás el pasado>> Se repitió mentalmente mientras se alejaba del lugar.


*


—Pensé que no vendrías —dijo Jimin cuando Yoon Gi se sentó al frente suyo—. He pedido lo de siempre, ¿te apetecía otra cosa?

Yoon Gi negó con la cabeza y miró a Jimin. El moreno sonreía de oreja a oreja, haciendo que sus ojos formaran dos medias lunas. El menor era ajeno a lo que pasaba por la cabeza de Yoon Gi, pero tampoco estaba exento de toda culpa.

Jimin no sonreía porque sí, tenía a Yoon Gi delante y eso le confirmaba que esta vez había ganado. Y es que, él sabía dónde había estado su novio minutos antes pues lo había estado esperando a que saliera del trabajo. Sin embargo, cuando lo vio salir tan decidido, le entró curiosidad por saber a dónde tenía que ir.

Al principio, Jimin temió que Yoon Gi entrara a la boda, y justo cuando lo vio dar el primer paso, llamó. Eso no era jugar limpio pero, ya estaba harto de siempre ser el segundo plato.

—Aquí tienen su comida —anunció la camarera dejando dos raciones de sopa humeante en la mesa.

Jimin fue el primero en dar un sorbo a su comida y Yoon Gi lo imitó poco después.

—Está deliciosa —comentó Jimin.

—¿No vas a preguntar?

Yoon Gi estaba que se moría por dentro, la culpa lo torturaba y ver a Jimin tan sonriente y calmado no lo ayudaba.

—¿Preguntar qué? Hyung

—Sobre lo que dijo Nam Joon.

Jimin volvió a sonreír y poco después le siguió una carcajada, Yoon Gi era demasiado puro como para esconderle las cosas. Sabía perfectamente que después de todo el daño sufrido, el pelinaranja quería hacer las cosas bien.

—Hyung, no te preocupes —comenzó Jimin—. Sé que la boda se está celebrando en este momento. Sin embargo, estás aquí, comiendo conmigo. No necesito nada más.

Yoon Gi se relajó ante las palabras de su novio y siguió comiendo de su sopa.

Al terminar de comer, el teléfono móvil del mayor anunció un mensaje entrante. Era de Nam Joon.

La boda ha terminado.

—¿Quién es? —Preguntó curioso Jimin.

—Nada importante. —Yoon Gi sonrió y se acercó para depositar un ligero beso en los labios del moreno.

<<Solo es el aviso de que nuestra relación hacomenzado de nuevo. Y esta vez, es para siempre.>>

What Am I To You?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora