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Ciel paseaba por la mansión curioso, en su sueño pudo reconocer el lugar ¿porque la mansión? Subió a la planta de arriba que tantas veces había explorado, en toda la mansión solo habían dos puertas cerradas la del cartel de "Sebastián" y una habitación en la planta de arriba, nunca había decídido abrirlas. Pero hoy era diferente, estaba dispuesto a entrar a esos lugares, quería saber a toda costa que había en ellos.
A fuerza bruta no podría abrirlos pero había traído algunas palancas y con un poco de ingenio consigio sacar las puertas que cayeron al suelo. La habitación estaba intacta, la cama hecha con un conjunto de ropa a los pies , en la mesita una taza un candelabro y un joyero, el armario entreabierto dejando ver la ropa del interior, era como estar en el sueño de la noche anterior. Aun sin haber revisado nada Ciel sabia que bajo la almohada había una pistola y que tras la otra puerta había un vestidor y un cuarto de baño, se sentía más en casa que nunca antes en ningún lugar. Se sentó sobre la polvorienta cama, toda su curiosidad por el lugar comenzó por el nombre que compartían tanto el menor como el Conde y las numerosas leyendas sobre la mansión "la mansión impenetrable" la llamaban, "el mayordomo infalible" llamaban al mayordomo de la mansión que siempre acompañaba al Conde. El Conde desapareció en 1891, poco después en el panteón Phantomhive apareció el ataúd con el Conde masacrado dentro. Era un ataúd blanco inmaculado, adornado con finos detalles en plata donde el aniñado Conde de 16 reposaba como dormido, extrañamente tranquilo, ese fue el último avance en el caso "Phantomhive " se dio por hecho que el mismo que mato a sus padres lo mato a él. Ciel tenia la corazonada de que no fue así, que paso algo ahí. Ensimismado miraba la nada buscando respuestas, el resto de la mansión había sido pasto del tiempo y el desuso pero esa habitación parecía haber permanecido igual que el día que se cerró. Se levantó de la cama y paso al vestidor en el que había tirado en un sillón un traje mucho mayor que el de la cama, toda esa imagen junto a el cálido sol que entraba de le hacía nostálgico y un gran sentimiento de vacío invadió al menor ¿porque? ¿De quien era ese traje? El lo sentía importante, estaba seguro que era del hombre del sueño. Debía estar loco cuando andaba buscando una persona de un sueño, pero ese lugar era real y en su interior sabia que ese hombre también ¿porque lo necesitaba de repente tanto? Antes de que se diera cuenta habían empezado a brotar cristalinas perlas de sus ojos que rodaban cayendo al suelo, ni siquiera sabía si existía ¿como puede doler tanto algo que no existe?
El suave ronroneo del felino lo intentaba reconfortar y Ciel lo acariciaba aceptando su consuelo y se disponía a salir del lugar cuando noto que en la mesita faltaba algo, la pequeña caja del joyero no estaba y el rodal del polvo confirmaban que había estado ahí. Ciel se sobresaltó mirando a su alrededor buscando cualquier causa probable y hecho a correr, lo último que quería era estar en una mansión abandonada con un intruso. Poco después se encontraba galopando camino a la casa, todo lo veloz que era el animal.

Ciel acababa de marcharse y Sebastián aprovechaba su demoníaco poder para terminar las tareas y salir tras el a la mansión. Ciel había entrado en una de las habitaciones que con tanto esfuerzo había sellado Sebastián, el cuarto principal, el otro cuarto que estaba intacto. Para Sebastián eran sentimientos cruzados, realmente había sido Ciel quien lo había abierto, el mismo Ciel por el que lo selló . Con un suspiro espero a que se intentará en la otra sala para recuperar algo que desde que selló la sala había estado intentando recuperar. Los pasos del menor se adentraban en la sala pero inesperadamente otros se hacercaban, con un rápido vistazo vio a Undertaker apoderándose del joyero que tanto había intentado proteger. Alarmado entra atacando al otro por la espalda, pero se defiende y cambia de forma llamando al menor, obligando a Sebastián a esconderse bajo la cama. Ciel se asusta y corre pero el felino se queda en la habitación y Sebastián salía enfurecido.
- Devuélveme el joyero
- Hehehe, no esperaba que lo hubieses dejado aquí... Algo tan importante para Ciel como el anillo de los Phantomhive y ¡sorpresa! ¡Un colgante! - Undertaker alzó la mano dejando colgar un colgante relicario con forma labrado con forma de brújula
- Tsch - Sebastián lanzó una colérica mirada al peliblanco - Eso no te pertenece - Undertaker abrió
El relicario dejando ver una foto de Sebastián abrazándose a Ciel
- no me pertenece pero podría serme de mucha utilidad - clavó su larga uña en el debilitado material y arranco la imagen - podría usarlo a mi favor Hehehe

Kuroshitsuji : EtéreoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora