Kuroshitsuji : Etéreo

9

Ciel sujetó a ambos de lados muñecas suavemente y estiró de ellos.
- N... No... Discutais estúpidos - Su respiración todavía estaba errática
- No estamos discutiendo Ciel - Undertaker acariciaba los mechones del menor y este aparto su mano de un manotazo
- Creo que ya tengo las cosas un poco claras - Ciel intentaba reponerse un poco pero no los soltaba. Lentamente abrió los ojos mostrando sus ahora bicolores ocelos clavando su mirada entre dolida y enfurecida en el peliblanco estirando de él lo dobló hasta su altura - Tú, me has mentido - Soltó a Undertaker y agarró al otro y le dio un bofetón - y tu eres idiota - Ante los estupefactos seres el niño se levantó y salió de la habitación un poco tambaleante.

Ciel realmente no estaba cabreado con ellos, estaba cabreado consigo mismo ¿cómo había podido olvidar cosas tan importantes? ¿Como se había permitido comportarse así de débil? - Tsk - subió al carro y hecho los caballos a galopar camino a la casa.
Llegó galopando, cabreado, confuso. Ahora mismo es como si fuera dos personas, casi como un doppelganger. El Ciel del presente, tímido, retraído y solitario y el Ciel del pasado fuerte, orgulloso y altanero ¿como se supone tenía que lidiar con eso? Soltó a los caballos en el prado y dejó todo en la puerta , lo que había empezado como un soleado día se había ennegrecido y amenazaba lluvia. Ciel siempre supo todo desde el principio, puede que no conscientemente pero utilizo esos nombres como Taker y Lizzy... Entró en su cuarto corriendo las cortinas y cerrando la puerta quedando a oscuras en su cuarto.
- ¡Ciel! - Undertaker aporreaba la puerta y a juzgar por el ruido de la ventana Sebastián trataba de forzarla "suavemente"
- ¡Fuera!¡los dos! - El filo de la death scythe paso por el marco de la puerta cortando el pestillo
- Lo siento mucho, solo quería un poco de lo que tenía el demonio, un poco de ti - Es escucho oso se dejó caer apoyado contra la puerta
- ¡¿y que soy ?! ¿Un cachorro que ha cambiado de dueño? ¿Por eso manipularte lo que recordaba? ¿Por eso me seguiste como gato? ¡Eh ,Taker! Pensé que eras mi salvador pero solo eras el clavo ardiendo al que me aferré ... Pensé que eras diferente... - Undertaker quedó estupefacto ante aquella irrefutable observación - En cuanto a ti - Ciel se esforzaba por no quebrarse pero era mucha presión y sus ocelos comenzaban a encharcarse - y Sebastián prometiste cuidarme , no solo llegaste tarde sino que también dejaste que Undertaker me engañaba. Quien consideraba mi amigo me engaño y quien consideraba mi pareja se rindió y me dejó en manos de quien me engañaba. - Ciel hizo una pausa y mirando a su alrededor cogió una mochila - me voy a casa
- Tu vienes conmigo - Los ojos de Sebastián relucían denotando su seriedad - No voy a dejar que vayas a ningún lado sin mi - Ciel titubeó un segundo y dio un empujón saliendo
- Hehehe le va a ser difícil explicar lo de su ojo marcado o en su defecto su ojo parchado - Undertaker estalló en risas inexplicablemente mientras Ciel tocaba su rostro frustrado. Giró en redondo y se tiró sobre la cama.
Ciel no se había fijado hasta entonces, estaba acostumbrado a sentirse solo. Pero al pasar al lado de Sebastián pudo verlo, sus puños apretados clavando sus uñas en la palma , su mandíbula apretada, su mirada cansada... En cierto modo dio una punzada en el confuso corazón del menor, había estado con Undertaker aun intuyendo que era un engaño pero a Sebastián ni siquiera lo había tocado ¿porque se sentía tan mal? Era como si estuviese cometiendo un acto terrible. Súbitamente cada molécula de su ser confirmaba ese sentimiento, Sebastián era el del sueño. El ser que lo quería incluso ahora después de tanto tiempo Sebastián lo había esperado y Ciel sabia que lo estaba dañando con esa distancia. Dicen que el tiempo lo cura todo pero el dolido corazón del demonio solo latía para él, incluso después de tantos años incluso después de la muerte.
Algunas gotas de sangre caían de las manos, de los apretados puños del demonio al suelo.
Ciel intentaba mantener la calma, todavía no veía todas las fichas del juego, no tenía toda la información, había algo que fallaba ¿porque Sebastián no había ido a por él? ¿Cual era el motivo por el cual Undertaker había intentado monopolizarlo?
En contra de todos sus instintos que le rogaban abrazar al mayor, venció el orgullo y se acostó bocabajo en la cama. Su pecho se sentía apretado, en su garganta un nudo y sus ojos amenazaban delatar lo que realmente sentía, todas aquellas ganas de resolverlo todo, aquellas ganas de olvidarlo todo y abrazarse al demonio.
Undertaker cedió ante la evidencia de que ya no sería correspondido y apretando con dolor el medallón de su pecho el cual contenía una foto de ambos se dispuso a hablar.
- Nunca había imaginado nada tan bueno como tu para mi, alguien tan brillante como tu. Eras como una estrella en medio de mi oscuridad, siempre tan sonriente, eras un niño realmente feliz... pensaba que tu eras para los demas, para los que son como tu, brillantes, no como yo y por eso siempre intente mantener las distancias, no quería consumir tu luz.
Cuando perdistes tu luz pensé que yo tenía que ser una luz para ti, como compensación por haber sido mi luz durante aquellos tiempos. Alguien brillante en quien pudieras apoyarte y así a la vez poder formar parte de tu vida...- Había comenzado a llover, llovía con fuerza martilleando el cristal de la ventana y se oían truenos lejanos -Así comencé a reír aunque mis mejillas dolían y mi pecho se sentía apretado, pero así no traicionaba el sueño de volverte a ver reír. - A pesar de tener una sonrisa , bajo el flequillo de entreveia la mirada más triste que Ciel había visto poner al shinigami, una mirada que amenazaba con dejar escapar algunas lágrimas - En algún momento de ese egoísta pensamiento me enamore de ti y ahí me fije en lo afortunado que era el demonio que había robado tu luz para él solo engullendola con su oscuridad y solo podía pensar en la envidia que le tenía." La única oscuridad que deberías esclarecer con tu fulgor es la mia " pensaba mientras yo reía para ti y tu para el, yo siempre me llevaba las miradas duras y reproches... - Alzó su mano al pecho agarrando un medallón con forma ovalada, Un colgante relicario - Por algún motivo tu luz esta destinada a ser arrebatada por el y yo volveré a ser engullido por la oscuridad - Las lágrimas brotaban por el rostro de el albino mientras salía por la puerta - Dicen que la luz atrae oscuridad, a mayor luz mayor sombra... Espero que su oscuridad no termine matándote otra vez...

Ciel no dijo nada, no sabia que decir solo observo como marchaba quedando a solas con el demonio el cual a pesar de toda su sabiduría estaba bloqueado y no sabia como actuar.
- Fui estúpido - Ciel quebró el silencio con aquella frase escondiendo su rostro en él enorme almohadón - Soñaba contigo, con el ser que me hacía sentir querido... Tenía tantas ganas de encontrarlo... Te vi y me pregunté "¿lo he visto antes?" pero no te relacione y Undertaker completo la historia y yo simplemente lo creí deb- Sebastián abrazo al menor desesperado, quizás aplicando una fuerza un poco excesiva, hundió el rostro en el cuello aspirando la fragancia del menor - Casi había olvidado este olor, estaba tan asustado de olvidarlo...No quería olvidar nada acerca de mi bocchan ... Aquel día, en el que su cuerpo perdió la calidez...pense que moriría por aquel dolor... Tus ojos parecían haber perdido aquel hermoso mirar... Para cuando te encontré otra vez Undertaker había llegado antes y yo estaba débil como para combatirlo. Antes de que pudiera hacer nada, el ya estaba abrazado a ti. Sentía un dolor que no era capaz de sanar. - Sebastian envolvía al menor con su cuerpo y el menor no sabia como reaccionar, no sabia si alejarse o quedarse inmerso en aquel nostálgico momento. Todo su cuerpo luchaba entre la desconfianza y el amor ¿se supone que debía quedarse con un demonio? "un demonio te mato" como un flash paso por su mente y finalmente el niño se refugio en el mayor
- Dime que no me mataste - Ciel se escondía en el pecho del mayor golpeándolo suavemente con voz rasgada.
- No pude salvarte - igual de rasgada su voz - ¿Quieres que te lo cuente? - Sebastián acariciaba al menor con movimientos rápidos, parecía temeroso
- Quiero saber porque tengo dos vidas