Capitulo 21 El Amargo Dulce De La Miel

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💥Benazir_______________________________________________
El fuego es constante y arde con fiereza, deshace lo que tiene encima y desaparece su existencia. Pero en este caso el fuego no es lo que me ha hecho arder, lo que me hace pedazos es un miertero relámpago, y no sólo uno... Miles de ellos.

El dolor no me deja dormir y la casa de Gladis se convierte en un terrible horno, no me puedo quitar el sudor que me estruja la emoción de llorar constantemente. ¿Cómo puedo dormir sabiendo que mi novio está desaparecido? O peor, ¿muerto?.

Rexxar duerme tranquilamente en el sofá y toda la habitación está a oscuras, son casi las seis de la mañana y se oye un zumbido tan pacífico que provoca que me trague mis lágrimas. Me asomo al refrigerador y saco un tarro de miel fría, me hiervo café y lo hago con total silencio. Sabe tan amargo, pero no le tomo tanta atención a mis papilas... Lo único que ronda en mi cabeza es Adelize.

Me meto al baño y cierro con seguro y rompo a llorar tras el vidrio de la bañera. Lloro, lloro un río de lágrimas y no me detengo. Me tomo el café de un trago y lo escupo en mi último sorbo. Se me escurre en la playera blanca y me lo bato en toda la cara, se mezcla con mis lágrimas y me arranco los cabellos en busca de alivio para este terrible dolor.

Me golpeo la frente y saco de mi bolsita un sobre de cocaína que conseguí hace unos días. Busco en los botiquines del baño algún papelillo y a parte de encontrarlo hallo una cajita con navajas bien afiladas. Y procedo a preparar el polvillo en la tapa del escusado.

Inhalo con dureza y me entra todo de un golpe...

Entonces las lágrimas cesan de caer. Y los ojos me arden de tal manera que me cuesta trabajo contener el dolor, y estornudo unas cuantas veces.

La garganta se me seca y me pongo a toser.

-Benazir- toca la puerta Rexxar.
-¿Qué quieres?- contesto con una voz terrible.
-¿Qué haces allí adentro?.
-Lo que todo el mundo hace...
-Bajaste hace media hora, sal por favor.
<<Mierda, se dio cuenta>>
-No me molestes, por favor- y las lágrimas vuelven a brotar.
-Por favor ábreme. No estés encerrado.
-¡No Rexxar! ¡No quiero!.
-Tendré que despertar a Gladis para que abra la puerta, no busques problemas por favor.
-Solo... Déjame en paz. Por favor.
-Amigo...
-Lo necesito...
-Sé que lo necesitas, pero por favor, no te tortures así, no fue culpa tuya.
Benazir, tiene solución. Solo descansa un poco. Te lo ruego, ábreme la puerta. Ven conmigo.

La terrible menta del café me ataranta el sentido y la cocaína comienza su efecto y me provoca mareos y terribles náuseas. Entonces dejo a Rexxar pasar.

-Pero que... Benazir, sal de aquí. Voy a limpiar esto antes de que Gladis lo vea.
-Lo siento, amigo.
-No dejes que el dolor te consuma, amigo, tienes que ser fuerte, Adelize necesitará de esa fuerza, no de tu cobardía al drogarte- dice acertadamente mientras recoge los restos de cocaína y la taza derramada.
-No es cobardía, es un poco de despeje.
-Despéjate durmiendo, anda ve... Duerme en el sillón. Así te vigilo.
-No te dejaré dormir a ti.
-Mientras no te hagas daño estaré tranquilo. Ve...
-Ya casi amanece.
-No debe preocuparte, ninguno de los tres irá a la escuela mañana.
-Quiero buscar a Adelize...
-A eso iremos amigo mío. ¡Mira nada más como tienes los ojos!.
-¿Qué tienen mis ojos?...
-Están hinchados, ojerosos. Veré si Gladis tiene alguna pastilla para que puedas dormir.
-No quiero dormir- digo llorando mientras Rexxar me toma de la barbilla y me abraza.
-Voy por esa pastilla- me dice al oído.
-No...- exclamo vagamente sabiendo que no podré detenerlo.

Abro la cortina de la sala para ver la noche, pero no encuentro ninguna estrella y eso me deprime más, ¿dónde estará Adelize? ¿Cómo estará pasando esta fría noche?. No quisiera hablar de Lucas, no merece que le de atención siquiera imaginándolo.

In Love EnemiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora