Capitulo 18 No Esta En Mis Planes Dejarte De Amar

39 0 0
                                    

🍃Adelize________________________________________________
Hola Benazir, ¿sabes cuan horrible es estar a oscuras y que no sepas que rumbo tomar? Bueno, heme en esa situación. Te extraño, te necesito ahora mismo... Quiero llorar, pero no puedo. No debí salir huyendo de la fiesta, es la idea más absurda que se me halla ocurrido. Esquive a la muerte y esquive a Lucas, que es casi lo mismo.
Al menos lo perdí y deseo con ansias perderlo para siempre. Ese maldito me tenía en plena ignorancia, me tenía como idiota, pero ahora sé que es a ti a quien quiero en mi vida, eso me haría totalmente feliz.

Hola Gladis, he sido la persona más terrible de la tierra. No mereces esto, no mereces que te engañen y no mereces sufrir por un imbécil como yo. Caigo una y mil veces, vivo en un abismo entre el cielo y el dolor. Rogando a que tú seas feliz y que no tengas necesidad de pasar por mí en instantes que te tinten de amargura tu café. Todo está a tu favor, tu realidad puede ser mágica y cuánto deseo a que yo pasé miles de sufrimientos para que tú seas feliz. Es duro para mí y supongo que para ti lo es mil veces peor. Pero necesitas ser libre, libre de mis designios, libre de llorar y ahogarte en lágrimas que se pueden evitar pronto. Hazlo Gladis, hazlo por tu bienestar... No te aferres a mí. Yo pagaré por el daño que ha embargado a tu divino corazón.

Benazir... ¿Sigues allí? Espero que nunca apartes tu oído de mí.
No sé dónde estoy, tengo miedo. Aquí no amanece, la oscuridad domina este profundo lugar y muchos ruidos perturban mi alma, temo que no pueda soportar la penumbra y que me ahogue asfixiado por tu ausencia.
Extraño el Instituto de Medicina... Extraño el café que tomo a tu lado, nuestras pláticas y nuestras terribles experiencias con Lucas. Pido de rodillas que la luna no se vaya y que le alumbre la noche a tu bello corazón. Es lo que anhelo yo ahora mismo. Me vuelve loco tu recuerdo y pagarás por causarme ese bello sentimiento. Loco por besar tus labios, loco por darte un fuerte abrazo y no te perdonaré por haber causado esas enormes ganas en mí. Por qué oh cuan bello es ese sentir, y me quedaré con ello por qué es lo que me llena ahora mismo.
Tu física, tu química y tu bella existencia... Tus colores, el bello azul de tus ojos. Te extraño profundamente, mi querido y amado Benazir.
Cuánto me arrepiento por voltear a ver de nuevo a ese viejo enemigo quien ha causado mi exilio en este mórbido sitio.

Todas estas palabras me han inspirado y las he susurrado mientras voy caminando al lado del campesino y creo que me ha escuchado decir todas y cada una de esas frases.
-¿Benazir, el Rey? ¿A usted le gustan los varones?.
<<Ay qué pena>>
-Hablo de otro Benazir, disculpe que haya escuchado mis susurros- digo con las mejillas coloradas, aunque no creo que las note por la profunda oscuridad.
-Aquí solo hay un Benazir.
-Haga caso omiso a mis palabras.
-Y... ¿Quién es Gladis?.
-Usted hace muchas preguntas, sigamos en el camino por favor.
El bosque se profundiza menos y unas cuantas sombras rondan en el horrible lugar. Hacen sonidos bastantes extraños y hasta la mula se estremece.
-¿Es normal que pase eso?- le exclamo al campesino mientras me acerco a él por si alguna de esas cosas me ataca.
-Si, desde que Belial maldijo a Bella Brisa muchas cosas extrañas aparecen.
-¿Qué es lo más extraño que ha visto?.
-Una vez casamos a una terrible criatura, sí que era horrible.
-¿Cómo era?- digo con la piel erizada de terror.
-Era como un perro, bastante grande y gordo, pero le salían púas de la espalda y tenía unos colmillos horribles. Su bufido daba tanto pánico que causaba un dolor enfermizo en el pecho.
-¿Qué hicieron con esa cosa?.
-Le dimos un balazo en el cráneo. No hemos vuelto a ver cosa semejante. Y créeme que debe haber animales peores en el bosque.
-¿Y si uno llegase a sorprendernos ahora mismo?.
-No lo creo. Para esas bestias este momento es de día. Así que deben estar descansando en sus cuevas.
-¿Cuánto ha aumentado la oscuridad desde que el dichoso Belial atacó?.
-Mucho, podíamos ver a la luna todavía. Pero ahora mismo ya no es posible. Y se va oscureciendo cada vez más rápido.
-¿Benazir tiene alguna misión para acabar con esto?.
-Nadie lo sabe. No sabemos qué tiene que dar a cambio para que esta pesadilla termine. Eso irás a investigar, ¿no muchacho enamorado?.
-No le puedo asegurar nada querido campesino.
-¿Entonces si te gustan los varones?.
-Eso es algo personal...
-Esta bien, disculpa.
-No hay cuidado.
Tras una larga caminata por la enorme penumbra por fin se puede divisar en la cima de la colina a la pequeña Bella Brisa, unas poquísimas luces parpadean y eso da muestra de que la oscuridad no ha dominado tanto al reino, así es como lo llaman estas personas.
-Allí está el reino... Será muy difícil que te dejen entrar en el palacio, así que buscaremos la manera de que logres el cometido.
-¿Cuán difícil puede ser?.
-¡Deténganse allí en el nombre del Rey!- exclama con voz fuerte un capataz vestido de escarlata- ¡Levanten las manos y dense la espalda!.
Para evitar cualquier conflicto el campesino y yo obedecemos la orden pronto. Y los soldados comienzan a esculcar la carretilla y sus pertenencias.
-¿Por qué tienes toda la ropa tostada?- me dice el capataz principal.
-Unas cuantas quemaduras señor.
-¿Con electricidad?.
-¿A qué se refiere?- exclamo tratando de ocultar el suceso de hace una noche.
-Sabes a qué me refiero. ¿A dónde se quieren dirigir?.
-Íbamos a la aldea señor, por unos cuantos vivieres que necesitamos- contesta con nervios el campesino.
-¡Calle viejo entrometido! Estoy hablando con el ser celestial.
-No sé a qué carajo se refiere- le exclamo con firmeza.
-¡No le alces la voz al súbdito del Rey! Hace una noche el cielo se abrió y dejó caer por aquí una silueta humana y un artefacto sumamente extraño. De pronto te encuentro a ti con la ropa tostada yendo a la aldea como si nada hubiese pasado.
Y entonces a mi mente se le ocurre una idea que puede parecer alocada y riesgosa pero que puede dar resultado. Si digo la verdad me pueden llevar al Palacio ante el Rey Benazir, y así podré hablar con él. Así que prosigo...
-¿Qué artefacto?.
-No lo sabemos, pero tiene ruedas...
-El auto eléctrico- exclamo tratando de que me escuchen.
-¿Qué?- pregunta extrañado el capataz.
-¿Que rayos haces niño?- exclama el campesino queriéndome callar.
-Mi auto eléctrico- prosigo- puede que se haya separado de mí cuando caí del cielo.
Y entonces todos se voltean a ver tratando de asimilar mis sofisticadas palabras.
-¿Entonces tú eres el ser celestial?- exclama con los ojos abiertos el capataz.
-Puede ser que sí- respondo- pero no daré ninguna aclaración hasta que yo vea en persona al Rey Benazir.
-¿Para qué quieres verlo?.
-He venido desde lejos a traer la luz a Bella Brisa, necesito hacer presencia con el Rey ahora mismo.
Al escuchar mis palabras los súbditos del rey comienzan a secretearse y a murmurar mientras me observan fijamente. El capataz principal me examina con una vuelta y viéndome directamente a los ojos mientras tuerce su boca.
-Yo protejo al Rey- exclama con un bufido.
-No pretendo hacerle ningún daño a su majestad.
-Me das mala espina. ¿Cómo sé que no eres la esencia de Belial que busca causarle daño al supremo?.
-Yo no conozco al señor Belial, lo que he dicho es totalmente cierto. <<Como odio mentir>>
-¿Y este campesino?.
-Él ha sido muy amable conmigo, me ha ayudado a recuperarme de la fuerte caída que tuve.
-Te tendremos que esposar.
-Pero si les he dicho toda la verdad.
-Es por seguridad, las cosas no van muy bien desde el fenómeno de la oscuridad. Y no queremos arriesgarnos.
-Esta bien, les advierto que si me maltratan responderé de forma agresiva. Pero por favor, dejen ir al amable campesino al pueblo, él no ha tenido la culpa de nada.
A pesar de que mi petición les causa molestia ellos acceden a dejarlo libre y en paz y el campesino me lanza una mirada de extrañeza como si se estuviese despidiendo de mi para siempre. Y yo le sonrío:
-Todo estará bien, ya verá.
Los súbditos del Rey proceden a esposarme con unas sogas espinosas que me causan una gran molestia en las muñecas. Y las colocan detrás de mi espalda mientras me guían como si fuera un criminal. Para evitar posibles enfrentamientos evito emitir palabras. Y mi mente comienza a maquinar el discurso que tendré que decirle a Benazir.

In Love EnemiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora