Todos los muertos resucitan: Lily, James, Sirius...

Prólogo: La resurrección de los muertos

Voldemort se deshacía en pequeñas partículas de la textura del papel ante sus ojos. Se desintegraba con un grito de terror pintado sobre sus ojos rojos. Estaba viéndose morir. Harry quiso sonreír su logro, pero sintió dolor. Le escocía la cicatriz.

Cayó de rodillas al suelo sujetándose la cabeza y todo se volvió negro para sus ojos. Sintió cómo le zarandeaban y le susurraban si se encontraba bien. Entonces sucedió, una explosión resonó en el patio y Harry Potter perdió el conocimiento.

A su alrededor la gente había visto al "niño que sobrevivió" caer de rodillas sujetándose la cabeza y con su cicatriz bañada en una luz blanca cegadora. Esa luz blanca explotó expandiéndose por todo el castillo y de repente, tres cuerpos aparecieron junto al de Harry Potter: una mujer y dos hombres.

Se oyeron muchas expresiones interrogativas, pero para quienes conocían aquellos rostros la sorpresa, la emoción y la histeria les dominó.

Albus Dumbledore apareció en el patio con el cuerpo de Severus Snape en sus brazos. El anciano director había aparecido durante la batalla alegando que todo lo relacionado con su muerte había sido un montaje para que el profesor Snape pudiera hacer de espía y ganarse la confianza de Voldemort.

Tras ese hecho y sumando las declaraciones de Harry sobre que el pocionista había sido un héroe, varios alumnos corrieron a ayudar al director para trasladar a Snape a la enfermería. Albus miró el círculo que se había congregado alrededor de Harry y la aparción de esas otras personas. No pudo evitar exclamar cuando vio los rostros de Lily y James Potter junto con el de Sirius Black al lado de Harry.

-Por Merlín...-dijo Dumbledore examinándolos a todos para verificar que estaban bien.-Llévenselos a los dormitorios para que descansen.

Los dormitorios que estaban en mejores condiciones eran los de Slytherin, así las personas que no estaban heridas y que sólo padecían agotamiento habían sido trasladadas hasta allí.

Los profesores y adultos intentaban ayudar en todo cuanto podían para sanar a los heridos, mientras algunos lloraban a sus muertos. Hermione había acompañado a Ginny hasta los dormitorios para asegurarse de que Harry estaba bien. Miraron a sus padres y a Sirius, "¿cómo era posible que alguien que ha muerto vuelva a la vida?"-pensaban ambas. Estaban cansadas y ya tendrían tiempo de respuestas, además Fred había sufrido grandes heridas que habían estado a punto de arrebatarle la vida y su hermana quería estar cerca de él.

La castaña acompañó a su amiga hasta la enfermería y vio a Ron abrazado a Lavender, besándose con pasión, rodeados por toda la familia. Decidió alejarse de la escena y quedarse en la enfermería ayudando en lo que pudiese. Se sorprendió al ver a Remus en una cama, ¿dónde estaría Thonks? La había visto buscándole durante la batalla.

-Perdone, profesora McGonagall, ¿sabe dónde está Thonks?

-Lo lamento, señorita Granger, Nymphadora Thonks ha caído en la batalla-dijo la profesora de Transformaciones con lágrimas en los ojos mientras empapaba unos trapos húmedos para ponérselas a un herido que tenía el cuerpo lleno de quemaduras.

Hermione se sentó junto a Remus y echó a llorar. Sabía que el pobre había pasado mucho hasta permitirse tener una familia. ¿Qué sería de él ahora?

Pidió a Madame Pomfrey instrucciones para atender las heridas de Remus y de las camas que estaban entorno al hombre lobo. Ella estaba sola y necesitaba volcarse en alguien. Necesitaba ocupar su mente lejos de Ron y su falso beso, de la muerte de Thonks, del pequeños Teddy, del misterio de la aparición de Sirius y los Potter...

Albus Dumbledore daba vueltas a la cabeza mientras paseaba por la enfermería ayudando a quien se lo requería. Había visto a la familia Weasley entorno a uno de los gemelos que había resultado herido de gravedad, pero con posibilidades altas de recuperación. Jóvenes y adultos de todas las casas se ayudaban unos a otros y no pudo evitar sonreir. "En las circunstancias difíciles, Hogwarts pasa a ser una sola casa"-pensó el anciano. Se detuvo al ver a la señorita Granger atendiendo a Remus Lupin y las camas más próximas. Estaba enterado de que el hombre acababa de enviudar y con un niño a su cargo.

Siguió caminando y llegó a la cama de la valentía personificada: Severus Snape.

Si él hubiera llegado unos segundos más tarde a la Casa de los Gritos, la vida del pocionista se habría extinguido. Pensó en lo que había ocurrido en el patio. ¿Qué pasaría cuando Severus supiera de la noticia? ¿Qué pasaría cuando Severus se encontrara de frente con Lily?

La noche pronto llegó y sólo unos ojos azules se mantenían despiertos en la enfermería, de pie frente a una de las ventanas, Albus Dumbledore observaba la luna. Un gato ronroneó a su lado y a los dos segundos Minerva McGonagall volvía a su forma humana.

-Albus, ¿estás bien? Quizá deberías descansar-dijo McGonagall mirando preocupada al director y poniéndole una mano en el hombro.

-Tranquila, Minerva. Estoy bien, sólo he estado descubriendo el por qué Lily, James y Sirius han vuelto del más allá.

-¿Qué crees que puede haber pasado?

-Creo que como ambos estaban emparentados con él, puesto que son sus padres y su padrino, ha habido una especie de hechizo de magia blanca que ha destruído el maleficio de muerte que pesaba sobre la cicatriz de Harry para materializarse en amor. Y el amor que Harry había perdido con la muerte era el de sus padres y su padrino, así que supongo que en el momento en que Voldemort desapareció se activó ese hechizo.

-¿Qué sucederá con el castillo y con todos nosotros, Albus?

-El castillo lo reconstruiremos juntos y con todos nosotros sólo el tiempo lo sabe. Hay mucho que sanar, superar, dejar marchar y comenzar.

Al amanecer...

Hermione Granger dormía con la mano de Remus entre las suyas.

Ginny descansaba abrazada a Harry en una de las camas de los dormitorios Slytherin.

Severus Snape dormía con la respiración dificultosa por las mordeduras, mientras se sumergía en aquellos ojos verde esmeralda que había mirado por última vez antes de que todo se hiciese oscuro a su vista.

Lily, James y Sirius empezaban a despertar de su sueño y con la incredulidad que se cernía sobre sí mismos volvían a sentirse...vivos.

Continuará...