•°•~VEINTICINCO~•°•

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Zane puso los ojos en blanco.

-Por amor al primer Maestro ¿Están seguros?

Kai lo miró con seriedad. Casi con seriedad, lanzaba una que otra risita mientras que Jay se echaba hacia adelante en la cama riendo a carcajadas.

-Totalmente -elevó los hombros con orgullo.

-¿De donde sacan eso? -preguntó aún exaltado.

-Él mismo lo admitió♪-Canturreó Jay aún riendo.

-¡Agh! -bufó Zane y se dio la vuelta.

No sabía que era más difícil de creer: que le gustara a Cole, o que sus sentimientos fueran correspondidos.
Volvió su mirada a Kai que aún mantenía una amplia sonrisa en el rostro. Jay se levantó de la cama y se apoyó en él.

-No deberían estarme diciendo esto -los regañó -Cuando Cole se entere se va a molestar.

Kai se separó de Jay y se puso a su par.

-Al contrario, estará más que agradecido -le dijo el castaño palmeandolo en la espalda y seguidamente él y Jay compartieron miradas cómplices.

-Si, y en realidad, tenemos otros planes -Jay hizo uno de sus típicos guiños.

Justo después de esas palabras, como para ilustrar los argumentos de ambos se escuchó una voz muy familiar...

-¿¡Chicos!? -Cole abrió la puerta de golpe. Se veia muy exaltado -¿Donde esta Lloyd?¿Esta bien?

Zane se volteó al instante y miró a ambos chicos con enfado. Era Obio que Cole no había llegado por pura coincidencia.

-En realidad, Cole... Creo que Lloyd esta en perfecto estado.

-¿Que? -El pelinegro lo miró confundido -Pero Jay me mando un mensaje diciendo que se había caído de las escaleras...

La risa nerviosa de Jay rompió el silencio.

-Un momento -su mirada cambió a una de enfado al igual que la de Zane -¿Que esta pasando aquí?

De nuevo la mirada cómplice.

-Hehe... -Jay se alejo unos pasos -Es una larga historia...

Y casi al mismo instante ambos salieron corriendo como alma que se lleva el diablo cerrando. Cole trató de alcanzarlos pero Kai le cerró la puerta en la cara.

-¡Yo quiero ser el padrino! -Gritó Kai del otro lado de la puerta.

Cole forzó la perilla y empujó la puerta pero de nada sirvió, pues el otro par la había atracado con una silla desde fuera.

-¡Abran par de idiotas! -gritó Cole golpeando la puerta con los puños.

-¡Hablen ahí como hermanitos! -gritó Jay. Enseguida ambos rieron a carcajadas.

-¡Esto es encierro domiciliario! -gritó Zane de regreso.

-¡Los voy a ahorcar cuando salga! -amenazó Cole.

Segundos despues ambos se quedaron callados un momento, tal vez por lo desconcertante de la situación o por que no sabían que decir.

-¿Y bien? -le preguntó Cole sentándose en la cama -¿De que tenemos que hablar?

Una hora más tarde, cuando lograron derribar la puerta, salieron tomados de la mano.

Fragmentos | Glacier | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora