•°•~VEINTISÉIS~•°•

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-Ya llegué -Anunció Zane cerrando la puerta tras de sí.

Hace unos cuantos meses que él y Cole habían comenzado a vivir en su departamento, sin embargo ya se había acostumbrado muy bien al lugar.

Zane pasó a la sala y dejó su maletín en el suelo. Se quedó parado en el cetro de la habitación: olía a quemado.

-¿Cole? -elevó la voz.

Salió disparado a la cosina, donde finalmente encontró al pelinegro de espaldas en la barra.

Toda la cosina estaba llena de humo negro, y las paredes manchadas de una sustancia rosa, sin mencionar que la mesa estaba llena de platos y diversos utensilios desordenados en su totalidad.

Cole se volteó a verlo.

-¿Que éstas...? -se quedó sin palabras.

Estaba manchado de harina, traía puesto un mandil rosa y tenía en las un tazón con una mezcla color café. Él le sonrió con nerviosismo, dejó el tazón a un lado y se le acercó.

-Si algún día nos casamos... No me permitas hacer la cena. Jamás.

Fragmentos | Glacier | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora