•°•~DIECISEIS~•°•

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-¡Cole! -lo llamó.

El chico se volvió a verlo, no por que no supiera de quien se trataba pues eso era mas que obvio, sino simplemente para buscar el consuelo en su mirada

Su cabello negro estaba pegado a su frente por el agua, y su traje parecía verse aún más grande de lo que era. Las gotas de lluvia recorrían libremente su rostro que tenía un gesto decaído.

Era más que obvio que estaba deprimido. Ni siquiera se había molestado en usar paraguas.

Al verlo así, Zane se sintió sumamente culpable por no haberlo seguido cuando salió del restaurante hace más de dos horas.

El pelinegro bajó la cabeza, pues apenas vio a Zane se sintió como un idiota. Nadie debía saber que estaba ahí, nadie.

Zane corrió un poco hasta estar más cerca de él. Lo miró atentamente. Como siempre.

-No importa... - negó y no dijo nada más, pues su voz estaba hecha añicos y Zane no tardaría en notarlo.

Es más, ni siquiera quería que lo viera. Se apartó como si nada pensando que así le restaría importancia a las cosas.

Zane sintió amargura ante tal gesto, pero sabía que no era con la intención.

-Podrás engañar a los demás, pero a mi no -dio dos pasos más para que estuvieran de frente.

Alargó la mano y entrelazó sus dedos con los suyos. Su mano estaba mojada y fría.

Lo jaló hacia él obligándolo a hacer contacto visual.

Se miraban el uno al otro, apreciando cada detalle desde tan cerca. Así fue como Zane notó que sus mejillas estaban rojas y le temblaba la comisura del labio.

-Yo te conozco -admitió.

Sin apartar la mirada, Cole apretó el agarre sólo para comprobar si no era un sueño. La mano del otro aún se sentía un poco tibia.

-Lo sé todo -le dijo viéndolo fijamente.

¿Conocen esa sensación de quebrarse por dentro?

Pues eso le pasó al pelinegro quien apartó la mirada y apenas inclinandose hacia adelante apoyó la cabeza en el pecho del otro, manteniendo los brazos abajo.

-La extraño -murmuró.

-Lo sé -repitió Zane.

El paraguas no los cubría por completo y Zane también comenzaba a mojarse, así que de una vez lo soltó para rodear a Cole con ambos brazos y acabó con la distancia que había entre ellos.

-Mucho... -chilló en su hombro. Levantó la mirada para ver una vez más la lápida de su madre.

-Lo sé... -repitió el rubio recibiendo las gotas de agua fría en la cara -Por que yo te conozco, mejor que a nadie...

Lo estrechó con fuerza, y Cole al sentir esto supo que era real. Supo que de verdad valían la pena esos sentimientos.

-Te amo -le dijo Zane.

-Lo sé.

Fragmentos | Glacier | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora