Cuando Louis Tomlinson cumple los 29 años, decide no esperar a que llegue el hombre correcto a su vida para poder formar una familia, y sin dudarlo recurre a la inseminación artificial para tener un bebe.
Siete años mas tarde, regresa a NY con su...
El día de la fiesta de Matty, finalmente había llegado, y para ser honestos, yo no estaba muy seguro de que esperar de ella. ¿Por qué? Bueno pues porque, las cosas entre Louis y yo, estaban... tensas. Por decirlo de alguna manera.
No nos habíamos visto desde aquella extraña noche y tampoco habíamos hablado mucho por teléfono, Louis siempre argumentaba que estaba cansado o que tenía mucho trabajo o que Matty lo estaba esperando y bueno, yo de verdad quería creer que esas eran las razones por las que no estábamos en contacto y no porque él quisiera evitarme a toda costa.
Como sea, cuando llegue al lugar donde se llevaría a cabo la fiesta, decir que estaba sorprendido era poco. Un centro de escalada no era lo que yo esperaba venir de Matty; el lugar estaba repleto de al menos dos docenas de niños, algunos corrían por todos lados y tenían enormes sonrisas en sus rostros, otros estaban escalando paredes junto con los instructores y una mueca de concentración invadía sus pequeños rostros.
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Niños y niñas iban y venían por todo el lugar, pero ninguno de ellos era el que yo estaba buscando. Ninguno de ellos era mi hijo.
Así que, sin perder más el tiempo, me puse en marcha para comenzar a buscarlo a él o a Lou. Y gracias al cielo, no pasaron más de un par de minutos para que finalmente pudiera encontrar a Louis; con la ansiedad y los nervios a flor de piel me acerque hasta donde él estaba y finalmente hable.
-Hola Lou. - el castaño pego un ligero brinco ante el sonido de mi voz y rápidamente volteo a verme con una nerviosa sonrisa plasmada en su cara
-Hazz, hola. - podía sentirse una extraña sensación de incomodidad entre nosotros, y dios, no me gustaba ni un poco. Tratando de ignorarla y simular que nada estaba pasando, acorte la poca distancia que había entre nosotros y deposite un casto y corto beso en su mejilla como saludo, sus mejillas se tiñeron de un bonito color rosa y al menos eso me hizo saber que no estaba enojado. - ¿Cómo estás?
-Bien Lou y yo, uhm de hecho.- dios, ¿desde cuándo nuestras conversaciones eran tan frías? Necesitaba averiguar que estaba pasándonos y lo necesitaba justo ahora. - ¿Podemos hablar de lo de la otra noche? - algo me decía que la clave de todo esto estaba en lo que paso en esa extraña conversación. – Para ser honestos, no he podido dormir muy bien por estar pensando en lo que paso y bueno, ¿podrías explicarme que era todo eso de la energía extraña...
-Harry ¿podemos solo olvidarlo? - su tono de voz era frió y no estaba viéndome a la cara, era como si de pronto el suelo fuera lo más interesante del mundo
-No Louis, no podemos olvidarlo, creo que es muy importante que lo hablemos. - Él rodó los ojos y estuvo a punto de responderme algo más, cuando sentí una ráfaga de viento colarse entre nosotros y de pronto, habíamos dejado de ser solo dos personas.
-Hey...- el tono de voz de Louis era nervioso y se había puesto pálido ante la presencia de la persona que acababa de meterse, literalmente, entre nosotros. - Que buena fiesta ¿no?
