Capítulo 9

9.1K 671 1K
                                    

-Bienvenido a New York Dinner, ¿mesa para uno?- para ser honestos yo deje de escuchar a la pequeña chica que me recibió en la puerta, prácticamente al instante en el que mis ojos dieron con la figura de Louis.

Él se encontraba sentado en una de las mesas que estaban casi al final del restaurante, su atención totalmente puesta en la servilleta que tenía entre sus manos.

A pesar de la distancia, lo primero que note fue que su cabello había crecido. Ya no lo usaba corto y peinado hacía todas las direcciones, ahora se encontraba acomodado en un perfecto copete y las puntas sobrantes casi le rosaban los hombros. También se había dejado la barba y ahora sus pómulos podían verse más afilados y definidos.- ¿Señor?- la voz de la chica me hizo salir de mi trance y de inmediato dirigí mi atención a ella.- Le pregunte si deseaba una mesa para uno o si lo estaban esperando.

-Oh, me están esperando gracias.- y sin darle la oportunidad de que pudiera responderme o acompañarme, comencé a avanzar hasta la mesa donde estaba Louis.

Conforme avanzaba podía admirar más y más detalles acerca de él. Había varias líneas de expresión en su rostro, especialmente en las orillas de sus ojos y frente. Estaba vistiendo un blazer color Oxford, una camisa de cuello alto color vino, skinny jeans negros y zapatos de vestir oscuros. Se veía formal y serio, ya no había rastro de ese Louis de pantalones rasgados, vans y camisas básicas de manga corta o sin mangas. Pero a pesar de todos esos cambios, el seguía viéndose igual o aún más exquisito y perfecto que antes.

Cuando estuve ya a unos cuantos pasos de su mesa, el aún seguía perdido en sus pensamientos, así que tome aire, me aclare la garganta y hable.

-Disculpe, ¿esta silla está ocupada?- su mirada de inmediato se enfocó en mí y me regalo una de esas hermosas sonrisas que solo yo podía causarle, una de esas con todo y arruguitas al final de sus ojos que tanto había extrañado estos años y que no sabía, aun podían mover mi mundo.

-Harry.- sin ni siquiera dejarme responder, se levantó de la silla como un resorte y fue a dar directo a mis brazos. Se aferró a mi cuello y me abrazo con tanta fuerza que incluso temí que me hubiera quebrado un hueso, pero a pesar de eso, en cuanto pude recuperarme de mi shock inicial yo también le devolví el gesto.

Dios, tenerlo de nuevo entre mis brazos era como el jodido paraíso. Su olor seguía siendo el mismo, laca para el cabello y menta; su calidez era abrumadora, se sentía como estar de nuevo en casa después de un largo viaje. Podrá sonar raro, y tal vez no me crean, pero en cuanto tuve a Louis de nuevo entre mis brazos pude sentir como cada parte que había estado rota durante años, se reparaba, sentí como mi corazón volvía a latir y sobre todo, sentí como mi vida de nuevo encontraba su rumbo. Me sentía como un barco que finalmente tenía a su brújula que lo dirigiera y le enseñara hacia dónde navegar.

-Hola Lou, me alegra volver a verte.- sabía que me oía patético con esa frase, pero vamos, el chico aun podía lograr hacerme olvidar la coherencia en mis palabras con su simple presencia, así que no es mi culpa.

Él se separó unos segundos después, y coloco sus manos en mis hombros mientras su mirada me escaneaba de pies a cabeza

-Jesús Hazz, te ves increíble ¿Qué te hiciste?- no pude evitar sonrojarme ante su pequeño cumplido y no iba a negarlo, estos años que había pasado sin él me ayudaron a cambiar un montón mi imagen. En primer lugar estaba mi cabello, hacía ya un tiempo que deje de cortarlo y ahora me llegaba hasta los hombros; por otro lado estaba mi atuendo. Había dejado atrás las camisas básicas completamente abrochadas, y en su lugar utilizaba camisas de estampados extravagantes o lisas con solo algunos botones abrochados; los blazers de colores llamativos también se habían ido y ahora solo utilizaba de color negro o con algunos estampados; los corbatines definitivamente habían desaparecido y finalmente los converse, habían sido sustituidos por botines de piel color tabaco o camello. Sí, me gustaba mi nuevo yo.- Y dios, ¿tatuajes? ¿Cuándo te los hiciste?- y bueno, ese era el último de mis cambios. Mi piel ahora estaba cubierta por numerosos y variados tatuajes. Tatuajes que escondían un significado y no solo eran trazos hechos al azar o por diversión, y de hecho, la mayoría de ellos estaba relacionado con el castaño de hermosos ojos azules que estaba frente a mí. Pero por supuesto, eso no tenía que ser de incumbencia de nadie.

Loco por él. Larry Stylinson AU. M-PREGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora