Capitulo 1

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Nueva York

Hace 7 años


Genial, esto es simplemente genial. Voy 20 minutos tarde y estoy malditamente seguro de que Louis va a matarme, ¡y no estoy exagerando!, o bueno, tal vez un poco, pero como sea, el punto es que a pesar de todo, este terrible retraso ni siquiera fue mi culpa.

Yo salí de mi apartamento a la hora perfecta para poder llegar a tiempo al restaurante donde desayunaríamos, pero por supuesto, no contaba con que justo antes de entrar al subterráneo, una mujer (que no se veía para nada higiénica, si puedo agregar), me estornudara directamente en el rostro.

Fue una de las cosas más repugnantes que me han pasado en la vida, y como consecuencia de ello, tuve que regresar de inmediato a mi casa para poder lavarme la cara unas 5 veces y tirar a la basura la ropa que estaba usando en ese momento, porque honestamente, solo dios sabe toda la clase de virus y enfermedades mortales que esa mujer podía haberme contagiado al estornudarme. Así que como mi madre me decía, más vale prevenir que lamentar.

Y es precisamente gracias a eso, que ahora voy casi media hora tarde a mi cita y si el jodido semáforo no cambia de color justo ahora, ese "casi", se convertirá en una completa media hora.


<Veo a una Negra Prostituta> ¿pero qué carajos? <Veo a una Negra Prostituta> Mientras me encontraba estancado en la parada de peatones, no pude evitar escuchar esas palabras. <Veo a una Negra Prostituta>. Y bueno, si hay una cosa que deben saber sobre mí, es que soy una persona muy curiosa y por lo tanto no pude evitar dirigir mi mirada al origen de esa molesta voz que estaba soltando tales improperios a estas horas de la mañana. Y honestamente no fue una gran sorpresa el encontrarme con un vagabundo de no más de 50 años que estaba parado justo al lado del semáforo con la mirada perdida.

Rodé los ojos al pensar que solo se trataba de un zafado o un drogadicto, pero como las palabras seguían saliendo de sus labios, me quede unos segundos más mirándolo, y no tarde mucho en averiguar que su mirada en realidad no estaba perdida, si no que estaba directamente enfocada en una mujer de raza negra con una vestimenta algo atrevida que venía montando una bicicleta y que pasaba directamente frente a toda la multitud, llevándose con ella, algunos silbidos y uno que otro comentario bastante vulgar. Ahora por fin entendía aquellas palabras.

No pasaron ni 2 segundos de silencio, cuando el vagabundo volvió a hablar. <Aquí viene el cerdito> esta vez dijo, y nuevamente mi curiosidad gano, así que seguí su mirada hasta encontrarme con un hombre bastante pasado de peso, con la cara redonda y las mejillas más rosadas que haya visto en mi vida, todo eso acompañado por una nariz totalmente respingada y un corto cabello rubio. Yo de verdad no quería ser grosero, pero para ser honestos, el hombre si tenía toda la apariencia de ese animal.

Me mordí la lengua para evitar reír, porque era obvio que todas las palabras que salían de la boca del vagabundo eran una falta de respeto y no se me hacía correcto o justo aprovecharme de eso para reírme un rato, además si yo estuviera en el lugar de esas personas, estoy seguro que me sentiría muy mal y que posiblemente entraría en una depresión bastante intensa.


En fin, gracias al cielo el semáforo cambio en ese momento y finalmente pude liberarme de esa tortura, oh pero antes, decidí detenerme un momento para poder darle una mirada fulminante al hombre, esperando ingenuamente, que eso lo haría dejar de ofender personas.

Deje que algunos otros peatones pasaran y entonces encare al sujeto. Mis ojos verdes conectaron con los de él y por un momento creí ver un atisbo de miedo en ellos, pero justo cuando estaba comenzando a sentirme orgulloso de mi nivel de intimidación, el hombre volvió a hablar<Niño gigante, veo a un niño gigante y estúpido yy triste> <El niño gigante triste, estúpido y reprimido me esta mirando > Mi boca se abrió ante esas palabras. Yo no era un "un triste, estúpido y reprimido" ¿o sí?

Loco por él. Larry Stylinson AU. M-PREGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora