Estábamos hacía unos diez minutos ya viajando. En el auto de Chris íbamos Sally, Sarah, él y yo. Los amigos de Chris se habían ido en su propio auto. La noche era calurosa y era agradable.
—Es aquí a dos cuadras, señoritas -dijo mi hermano, estacionando el auto-. Recuerden que yo las llevo a casa.
Yo me bajé del auto, seguida por Sarah y Sally. Todd y Kenneth llegaron unos minutos después. Caminamos las dos cuadras que faltaban para llegar a la casa del amigo de Aaron y observé la casa. Estaba nerviosa. Suspiré y miré a las chicas. La casa desbordaba gente. Había música y ya había borrachos. Se notaba que no sabían tomar. Entramos y vimos a un montón de chicos bailando, apretujados. Había humo y olor a cigarrillo.
—Vamos a buscar a Nate y a Zack -dijo Sarah, mientras pasábamos entre las personas-. Dijeron que nos esperarían en el patio.
Sally y yo asentimos y nos alejamos de mi hermano y sus amigos. Las tres pasamos por entre la gente, hasta lograr salir. En el patio, la gente seguía de fiesta. Buscamos a Zack y Nate, sin éxito. El lugar estaba lleno. Era muy complicado encontrarlos.
— ¡Allí están! –exclamó Sally, señalando a los chicos, quienes estaban sentados en un banco- ¡Vamos!
Sonreí, junto con Sarah, y nos dirigimos a ellos. Ambos tenían puesta una camisa y unos pantalones cortos. Se levantaron, en cuanto nos acercamos a ellos, con una sonrisa.
— ¡Kat, Sally! –nos saludó Nate al vernos, al ver a Sarah noté tragar saliva-. S... Sarah...
—Hola, Nate -saludamos Sally y yo a la vez.
—S... Sarah... Estás... -la observó y la miró a los ojos-. Wow...
Yo le guiñé un ojo a Sarah y los dos se pusieron a hablar. En realidad, Nate balbuceaba. Me giré para mirar a Zack, quien me estaba sonriendo.
—Kat -me saludó él-. Estás hermosa.
—Hola, Zack... -lo saludé y me sonrojé levemente-. Gr... Gracias...
— ¡Por todos los Dioses! –exclamó Sally y rodó los ojos- ¿Por qué están todos malditamente enamorados?
Aquella frase provocó que yo me ría. Sabía que Sally lo decía en chiste, pero sin embargo, miré de reojo a Zack, quien no me dejaba de sonreír.
— ¿Por qué no vamos a buscar algo de tomar? –les pregunté a ambos-. Me parece que Sarah y Nate están un poco ocupados.
Los tres los miramos unos segundos; estaban hablando, Sarah intentaba convencerlo de algo. Sally y Zack asintieron. Nos abrimos paso entre las parejas que se besaban y nos acercamos a la barra. Para nuestra suerte, no tardamos mucho para que nos atiendan.
— ¿Qué quieren? –nos preguntó el chico que estaba atendiendo la barra.
— ¿Están todos de acuerdo con el tequila? –preguntó Sally, a lo que Zack y yo asentimos-. Entonces, tres tequilas serán.
El chico se dio vuelta y fue a buscar las bebidas. Yo estaba a punto de decir algo, cuando sentí que alguien tomaba mi cintura.
—Pero mira quien llegó... -susurró alguien, quien reconocí como Aaron en mi oído-. Estás hermosa, Katerina.
—Mm... gracias, Aaron -dije dándome la vuelta para observarlo.
Aquella había sido una excelente idea. Aaron estaba observándome, con una sonrisa. Tenía puesta una camisa negra, que le hacía contraste con su piel y unos jeans. Su sonrisa, hermosa, como desde el primer día que lo conocí. Estaba un poco transpirado, por el calor que hacía allí dentro y una luz blanca lo iluminó, dándome la oportunidad de mirarlo un poco mejor.
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Mi Primer Amor
RomanceEnamorarse por primera vez es la mejor experiencia que todos pasamos. Reír, llorar, besar, abrazar, unas de las tantas cosas que hacemos. Katerina Williams sufrirá todas aquellas acciones, al igual que Aaron Hills, cuando se enamoren uno del otro...