Capítulo #5: Invitaciones.

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El resto del día en el colegio fue bastante normal. Un par de presentaciones con profesores que no conocía, unas risas con Sally y Sarah, la buena amistad que estaba floreciendo con Nate, Zack molestándome llamándome "Katherine" y algún que otro mensaje con Chris, contándome cómo le estaba yendo en la universidad.

Llegué a casa, con un poco de calor y me senté en el sofá, desparramándome. Mamá entró unos minutos más tarde, saludándome y diciéndome que me haría la merienda. Luego de unos diez minutos volvió con dos cafés y unas galletas de chocolate. Me sonrió y comenzamos a hablar. Tenía una relación muy cercana con mi madre. En Londres tenía amigos, pero nadie que quisiera guardar para toda la vida. Nos mudábamos bastante seguido (cada tres años, más o menos) por la empresa de papá, así que no me encariñaba mucho. Con suerte, ésta sería la última.

— ¿Te gusta Aaron, Katerina? –fue lo primero que me preguntó mamá, sin miramiento alguno.

En aquel momento estaba tomando un sorbo de café, lo que provocó que me atragante. Me había sorprendido aquella pregunta. Con mamá solíamos hablar sobre cosas así, pero ella siempre comenzaba hablando de otros temas.

— ¿Qué? –pregunté, mientras me limpiaba con una servilleta, y me sonrojaba-. No lo sé, mamá, todavía no lo conozco mucho... Digo... es un buen chico, pero no sé si me gusta.

—Pero lo poco que lo conoces... -dijo ella, llevándose una galleta a la boca- ¿Te gusta?

— ¿Por qué estaríamos hablando de esto? –le pregunté y alcé una ceja-. Sé que somos abiertas la una con la otra, pero si él me gustara o algo así, sabes que te lo diría. Además... sabes que hablamos de esto con la condición de que yo sea la que elija a mi pareja.

—La verdad es que... -dijo y me miró a los ojos. Me estaba ocultando algo, lo sabía cómo si hubiese estado 9 meses en su vientre-. Es un lindo muchacho, Katerina. Y un buen partido...

— ¿Un buen partido para qué, mamá? –le pregunté esta vez alzando un poco la voz, me estaba comenzando a enfadar. Ella sabía que no tenía que meterse en mi vida amorosa. Ella se enteraría, sí, pero no me iba a decir con quien salir- ¿Para casarme? –pregunté y largué una pequeña carcajada-. Soy muy joven para contraer matrimonio, creí que eso había quedado claro.

—Yo... No me refería a eso, Katerina. Lo sabes –me dijo, aunque todavía no estaba segura de creerle-. Yo me refería para que sea tu novio...

—No creo que Aaron quiere que yo sea su novia –dije y me encogí de hombros-. No creo ser su tipo.

—Yo creo que deberías esperar un poco... –me interrumpió-. Además, he visto como coquetea contigo...

Pero antes de que ella pueda decirme algo más, mi celular vibró. Era una llamada de Sally. Salvada por la campana. Lo tomé y contesté.

— ¿Hola? –pregunté- ¿Sally?

— ¡Kat! Tienes que contarme todo lo que pasó cuando Aaron te llevó -me dijo y, por más que no estaba a mi lado, yo sabía que sonreía como pervertida.

—Bueno... -me levanté, le hice un gesto a mamá de que me iba y subí las escaleras, encerrándome en mi cuarto-. Me preguntó que íbamos a hacer en la muestra, Sally.

— ¿Y no se besaron? –me preguntó, con la voz desanimada.

—Él lo intentó...

— ¿¡Y lo rechazaste!? –me interrumpió, gritando, a lo que yo tuve que alejarme el teléfono de la oreja.

—Bueno... -comencé y me encogí de hombros. Luego me di cuenta de mi estupidez, ella no me estaba mirando-. Si...

—Pero... –meditó unos segundos que decir. Yo salí al balcón y observé el ambiente- ¿Por qué?

Mi Primer AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora