Capitulo #14: Vestidos.

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— ¡Katerina! –sentí que gritaban en mi oído. Yo me sobresalté y caí de la cama-. Genial, estás despierta.

— ¿¡Pero qué te pasa, estúpido!? –grité abriendo los ojos. Mi hermano comenzó a destornillarse de risa.

Era temprano y no quería levantarme. Estaba plácidamente durmiendo y además ¡era fin de semana! Se supone que uno duerme hasta donde quiera.

—Mamá quiere que te levantes -me contestó y sonrió de lado-. Irás con Sarah y Sally a comprar el vestido para la fiesta de los Hills...

—Pero estoy cansada -me quejé. Tomé el acolchado y lo tiré arriba mío.

Realmente quería seguir durmiendo.

— ¿¡Alguien dijo cansada!? –dijeron Sally y Sarah entrando en la habitación. Yo rodé los ojos.

—Es temprano -me quejé, otra vez, tapándome la cara.

— ¿¡Temprano!? –gritó Sarah ¿por qué todos gritaban?-. No sé qué concepto tienes de temprano, Kat, pero son las 12 del mediodía.

—Debes levantarte -dijo Sally y me sonrió-. Vamos, Kat.

—Sino... -dijo Chris, me saqué la almohada de la cara, para mirarlo.

—Mm... Qué lástima -agregó Sarah, observándome y luego a sus dos acompañantes.

—A la cuenta de tres -sentenció Sally.

—Uno...

—Dos -los tres se miraron y yo los miré a ellos.

— ¡Tres! –gritaron a la vez y se tiraron arriba mío, para hacerme cosquillas.

— ¡No...! No -dije riendo y retorciéndome- ¡Basta...!

—Solo si te levantas -dijo Chris.

Yo reí y asentí. Odiaba las cosquillas. Definitivamente no sabían como despertar a una persona.

—Bien, entonces... –empezó a decir Chris-. Mi trabajo aquí está hecho. Me iré.

Él salió de mi habitación, no sin antes guiñarle un ojo a Sally. La mencionada se quedó mirando su culo y yo hice una mueca.

—No hay necesidad de que lo inspecciones tanto, Sally -dijo Sarah, riendo-. Ya sabemos que ambos se gustan.

— ¿Qué dices? –preguntó Sally, riendo nerviosamente-. No nos...

— ¡Vamos, Sally! –la interrumpí, riendo-. Se nota a kilómetros. Pero no te preocupes, con Sarah creemos que hacen linda pareja.

Nunca antes había visto a Sally sonrojarse de aquella manera.

—Bien, ahora debes cambiarte, iremos a comprar los vestidos para la fiesta de Aaron –dijo Sarah, cambiando el tema de conversación-. Nuestros padres han hablado y quieren que vayamos lindas vestidas. Creyeron que la pasaríamos bien si íbamos juntas.

Yo asentí. Las gemelas tenían un vestido y una campera puesta, con zapatos. Yo, en cambio, me puse una pollera, una remera, un buzo y unas zapatillas. Tomé mi celular, donde tenía un mensaje de Aaron, sonreí.

—Aww, tu novio te mando un mensaje -me dijo Sally para molestarme, a lo que Sarah se rió.

—No somos novios, Sally -la corregí, sonrojada-. Pero sí, últimamente lo hace siempre.

— ¡Aw! –exclamó Sarah-. Que ternura.

Miré el mensaje.

—Déjame ver que ha puesto -dijo Sally, sacándome el celular ya que yo estaba sonrojada y no les decía nada- ¡Mira, Sarah! Le está preguntando si hará algo hoy.

Mi Primer AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora