CAPITULO #21: La verdad.

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El día finalmente había llegado. Después de 3 hermosos meses de ser la novia de Aaron, nuestros padres, finalmente nos dirían el "gran secreto". Durante estos tres meses no había sucedido nada importante, además de que pasábamos todo el tiempo juntos y que Zack casi no me hablaba.

Aquello último me dolía. Creí que había quedado claro en aquella fiesta que lo iba a intentar. Sin embargo... lo entendía un poco. Y la verdad es que, yo no lo quería molestar. Preferí darle su espacio, no iba a correr detrás de Zack para solicitarle una amistad que él no quería.

Por otro lado, yo sabía que Aaron me quería decir algo, notaba que había veces que él se quedaba observándome y abría su boca pero luego la cerraba. Notaba como a veces cuando estábamos hablando con los chicos y alguien hacía un chiste de engaños o algo así, Aaron se retorcía en el lugar. Me estaba ocultando algo y no me gustaba para nada. Digo, éramos novios, ¿no es así? Él tendría que poder confiar en mí. ¿Por qué ocultarme algo?

En el colegio, Aaron y yo éramos aquella pareja que todo el mundo admira. La pareja cliché, de la que todos estaban pendientes. Si... por suerte nuestros compañeros tenían una buena vida propia. Era un día lluvioso y yo había llegado a la casa de Aaron unas horas atrás, y ya estaba vestida y lista para que nuestros padres nos digan lo que sea que nos iban a decir, al igual que él. Por eso, estábamos acostados en su cama, besándonos, lentamente.

—Katerina... -susurró con su voz ronca, de tantos besos.

—Aaron... -susurré yo y le sonreí de lado entre besos. Me hacía tan feliz estar con él. Cuando lo besaba, mis preocupaciones se esfumaban.

—Quiero que sepas que te quiero... -sonrió y beso mis labios, otra vez-. Pase lo que pase esta noche, quiero que eso quede en tu mente. Por favor.

Yo lo mire y le sonreí. Aquello me pareció un poco extraño, pero decidí ignorarlo. Acaricié su mejilla, con cariño y luego susurré:

—Yo también te quiero, Aaron.

Volvimos a juntar nuestros labios con un beso. A partir de ese momento, todo se volvió más intenso. Nuestras respiraciones comenzaron a agitarse más. Yo le quité la camisa que traía puesta y él colocó sus manos en la parte baja de mi espalda. Ya habíamos tenido sexo y siempre empezaba de la misma manera. Aquella era la manera. No quería continuar, no porque no me gustara, sino porque nuestros padres podrían llegar en cualquier momento. Siendo sincera, no quería estar hablando con mis padres y estar pensando en como deseaba estar con Aaron realmente. Así que frené todo. Él me miró a los ojos (sus hermosos ojos azules estaban brillando y me observaban con intensidad) y arrugó el ceño.

— ¿Está todo bien, cariño? –me preguntó, besando mi mejilla. Ambos nos acomodamos en la cama de él, quedando enfrentados- ¿Hice algo mal?

—No... tranquilo... -contesté, sonriéndole-. Es que... nuestros padres pueden llegar en cualquier momento y, si te soy sincera, no quiero que nos interrumpan en el medio. Será frustrante.

Él largo una carcajada y luego me abrazó, con cariño. Asintió y nos quedamos abrazados, sin decir mucho, sólo compartiendo nuestro amor en silencio. Por todos los Dioses, lo amaba tanto. Yo, Katerina Williams, amaba a Aaron Hills. Estaba a punto de decírselo. Sin embargo, el sonido de unos golpes en la puerta me interrumpió.

— ¿Quién es? –preguntó Aaron, noté que, al igual que yo, no quería moverse.

—Soy Stef -respondió su hermano-. Sólo les venía a avisar que los padres de Kat han llegado.

Aaron y yo volvimos a cruzar miradas. Noté que estaba nervioso. Yo también lo estaba. En aquel momento recordé lo que había pasado luego de la fiesta de los Hills. Nuestros padres nos habían reunido y dicho que tenían planeado decirnos algo aquella noche, sin embargo iban a esperar unos meses más. Según ellos "estábamos muy felices en aquel momento y no querían arruinar aquello". Me puse nerviosa. Con aquella frase en mi cabeza, sentí un miedo repentino.

Mi Primer AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora