Si Louis tenía que ser sincero consigo mismo, tenía que admitir que se encontraba a explotar de nervios puesto que faltaban solo unos cuantos días para que Harrry cumpliera años, y no lograba decidirse por cual opción seria mucho mejor, si salir a cenar a un lugar de esos elegantes a los cuales Harry amaba llevarlo y presumirle, o quedarse en casa, hacer la cena por su cuenta y después de cenar tener una larga y placentera noche de sexo.
Aunque bueno, la segunda sonaba mucho más tentadora pues durante la cena Harry le tendría entre sus fuertes brazos, susurrándole cosas lindas al oído mientras ambos disfrutan de la romántica velada que Louis planearía.
Del sexo realmente no podía preocuparse pues en cualquiera de las dos opciones terminarían en la cama, con Louis gimiente y sudoroso y Harry entre sus piernas, metiendo infinidad de veces su polla en Louis.
Pasados ya los días restantes para el cumpleaños de Harry, Louis decidió cocinar pollo relleno con mozzarella envuelto en jamón de parma con una guarnición de puré casero y aunque sus habilidades culinarias, al a ver degustado el platillo había notado que le había quedado delicioso. Normalmente era Harry quien les cocinaba.
Louis había vuelto a la universidad de las cortas vacaciones que decidió tomarse, y aunque de mala se levanto, baño, vistió, desayuno y condujo, estuvo feliz de que Zayn no le prestara atención en todo el día, siendo honesto consigo mismo, Louis tenía que admitir que le era muy raro ver a Zayn de esa manera, tímido y alerta a todo momento, ya no era el chico malo que siempre mostró ser en muchas ocasiones en el pasado.
Todo para ellos era como un cuento de hadas que no podría ser arruinado por nada, las inseguridades de Louis pudieron hacer que la paciencia de Harry acabara y lo dejara, pero el corazón de este ultimo se aferro tanto al otro, que paciencia en montones invadieron el cuerpo de Harry, suficiente para curar por completo a Louis.
Louis salio de casa y con lentos pasos se dirigió a la camioneta color gris mate que le esperaba justo al final de las escaleras, una vez dentro le entrego un papel doblado al conductor que contenía una dirección, donde pararía por unos minutos.
Por fin llegó a la tienda que tanto le gustaba y bajo de la camioneta no sin antes decirle al chofer que no tardaría mucho. "Pretty Kitty" era una tienda especializada en lencería femenina, medias de encaje y diversos juguetes sexuales.
Louis compraría nueva lencería que usaría para Harry esta noche, un baile privado y tal vez algo más.
Compró unas medias rojas con encaje rojo, unas blancas de encaje rosa, unas bragas color rojo y unas blancas, combinándose.
Compró lubricante, pinzas para sus pezones y un anillo para el pene, el cual retenía el orgasmo de una manera totalmente dolorosa pero proporcionaba orgasmos hilarantes, Harry le había obligado a comprobar aquello.
Salió de la tienda con una sonrisa feliz y una bolsa rosada en su mano, unos lentes de sol cubriendo sus ojos.
Subió al auto, después pidiendole al chofer si podían hacer otra parada en un restaurante de comida italiana, Harry amaba la comida italiana.
Cuando por fin el auto paro frente al imponente edificio donde Harry laboraba, Louis bajo solo con la bolsa de comida en su mano derecha, con todavía sus lentes de sol y una pequeña y discreta sonrisa de malicia en sus rosados y humectados labios.
***
"¡¿Puedes hacer algo bien por una puta vez en tu vida?!" grito con sus ojos inyectados, su mandíbula apretada.
Tranquilidad no era lo que precisamente Harry sentía, la parte de arriba de su costoso traje tenia una mancha grande de café, faltaban unas horas para irse y celebrar con su bebé en la comodidad de su casa y lo único que en estos momentos de deseaba él rizado, era que el tiempo corriera con más rapidez, por que se le estaba haciendo tortuosamente lento.
Se sentó en su silla de cuero negro y paso una mano por su cabello, soltando un suspiro, frustrado y cansado hasta los huesos. Deseaba tener entre sus brazos a Louis, apretarlo contra su pecho, oler su cabello que seguramente desprendíaun agradable aroma a flores. El simple pensamiento logro calmarlo un poco.
Para ser su cumpleaños, no quería hacerse una fiesta ni nada de eso, ni deseos de estar con su familia, con Louis era más que suficiente. Era tema aparte, que su mamá y hermana odiaban enormemente a Louis por aparecer en la vida de Harry.
Anne y Gemma habían cogido odio con Louis, pues Harry iba a ser casado con una chica hueca con millones, y bueno, Louis le había hecho entrar en razón, quitándole el sueño a Gemma y Anne de ser ricas. Ambiciosas.
Gemma y Anne eran unas mujeres ambiciosas, no les importaba ver como su propia sangre caía lentamente en las drogas provocándole casi una sobredosis, lo que si les dolía era ver cuanto dinero era desperdiciado en los vicios de este. Para su desgracia, llego Louis y lo salvo. Des, padre de Harry, se separo unos meses después de todo lo sucedido y formo otra familia, la cual Harry apreciaba pues el apoyo que le brindaron también fue de mucha ayuda, tanto en su relación con Louis como en su rehabilitación.
Harry se sobresalto y sonrió cuando a sus oídos llego la hermosa melodía de una voz aguda gritando su nombre.
"¡Harry!" chillo emocionado corriendo hacía él, tirándose en su regazo.
Harry sonrió en grande y apretó a Louis en un fuerte abrazo, llevando con desespero su nariz al cabello de Louis, aspirando fuerte y logrando que la tensión se derramara fuera de su cuerpo.
"Te extrañe demasiado, bebé" Susurro el rizado deslizando sus manos hasta el voluminoso trasero del más pequeño y dando leves apretones en sus nalgas.
"Papi, nos vimos esta mañana" rió escondido su rostro en el pecho de Harry, con sus mejillas sonrojadas.
"Pero eso no quiere decir que no te haya extrañado" Sus manos se metieron por el pantalón, apretando con fuerza el trasero del avergonzado Louis.
Era poco decir que algo en la entrepierna de Harry empezaba a crecer y golpeaba en el abdomen de el castaño, quien, en un acto de atrevimiento, poso su mano sobre la polla del rizado y le dio un fuerte apretón, causando en el otro un gruñido ronco de placer.
"Bebé, ¿que te parece si le chupas la polla a Papi?" Más que una pregunta, fue una orden, la cual Louis cumplió gustoso poniéndose de rodillas en el suelo, frente a la silla de Harry.
Harry se sentó en la orilla de su escritorio mientras Louis se ponía cómodo sobre sus rodillas y desabrochaba su pantalón y los bajaba un poco junto a sus boxers, lo suficiente para dejar al descubierto su casi erecta polla, la cual se puso completamente dura con el suave contacto de las manos de Louis en ella, dando suaves toques en la glande con la yema de sus dedos.
Louis lo masturbo durante cortos segundos, masajendo sus bolas y apretandolas entre sus dedos, viendo con hambre cada vena que resaltaba.
Cuando no pudo aguantar más el picor que sentía en sus labios, engullo entre sus labios el glande y succino con fuerza, sonriendo mentalmente al sentir el ligero sabor de presemen en su boca. Los segundos pasaban, y con cada uno metía más y más de Harry en su boca. Cuando tuvo lo que podía dentro de su boca, masajeo con sus manos lo que no pudo tragar al mismo ritmo de su boca.
La lengua del ojiazul delineaba las venas que sobresalían, sus mejillas se ahuecaban y sentia el fuerte sabor del semen de Harry golpear sus papilas gustativas cada vez más. Solo tardo unos minutos proporcionándole a Harry tan gloriosa mamada, para sentir el espeso y viscoso sabor a semen en su lengua y garganta.
"Espero que estés listo para tú cumpleaños, papi" Louis advirtió, viendo a los ojos a Harry con picardía. Cuando Harry termino de abrochar sus pantalones y limpiar los residuos de sudor en su frente, posó sus manos en las caderas de Louis, sentándolo en una mejor posición sobre sus piernas.
"Nunca tengo suficiente de ti, bebé, eres como una droga para mi, tan adictivo, tan destructivo" susurro en su cuello, con la respiración agitada y los ojos cerrados.
Para ambos no había cabida para la duda, ni era necesario mencionar palabra alguna, sus ojos llenos de sentimientos, eran capaces de hablar por mismos.
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❝LAS APARIENCIAS ENGAÑAN; LARRY❞
FanfictionCon un pasado tormentoso pisándole los talones, Louis Tomlinson es víctima de innumerables inseguridades que carcomen su ser lentamente. Debiendo vender su cuerpo para sobrevivir al ser echado de casa, se siente un objetivo digno de ofensas crueles...