Capítulo 5

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Capítulo 5: "Arderás en el inframundo"


-Sé que este mito es terriblemente conocido, pero es uno de mis mitos favoritos, así que perdonadme por mi falta de originalidad hoy -dijo el profesor Parker mientras escribía en la pizarra con brillante caligrafía:

"Y cantaré como la triste Proserpina fue unida a una tumba y a un lúgubre señor

-Oscar Wilde (1854-1900) <<El Jardín de Eros>>"

Aunque sabiendo de que iba el mito era una barbaridad, por así decirlo, que te gustase una historia que iba sobre el rapto de una mujer, el mito de Hades y Perséfone era uno de los más bonitos en toda la mitología, al menos, desde mi punto de vista, claro está.

-Probablemente muchos de vosotros ya lo conozcáis, pero la belleza que se halla detrás de este mito es terriblemente cegadora ante los ojos de quien de verdad sepa apreciarla –continuó diciendo el profesor mientras se dirigía hasta su mesa para sentarse encima de ella, como siempre hacía antes de explicarnos un mito, era como si desde allí se sintiera mucho más cómodo y de hecho hacía del aula algo más acogedora, no parecía en absoluto una figura con mucho más poder que los que estábamos sentados en las sillas, parecía como si un hermano o un primo estuviera explicándonos una historia-. Todo empezó con Coré, conocida como Perséfone e hija de Deméter, quien un día se fue a buscar flores en los llanos de Nisa y se dispuso a arrancar un precioso narciso del suelo, pero justo al cogerlo la tierra se abrió. Hades apareció en un carruaje de negrísimos corceles y la raptó para hacerla su esposa.

-¿Eso estaba permitido? –Preguntó una chica llamada Lidia.

-Si Zeus lo permitía sí, y en este caso Zeus lo permitió, de hecho se cree que fue él quien hizo crecer el narciso–respondió al profesor-. Bueno... lo permitió hasta que Deméter le imploró que hiciera alguna cosa al respecto para devolverle a su hija y Zeus viendo como Deméter buscaba su hija sin cesar por todos los reinos de la Tierra, descuidando así sus obligaciones, haciendo que la tierra de Grecia se volviera estéril y ocasionando un periodo de hambre, decidió ordenar a Hades que le devolviera Perséfone a su madre, pero Zeus tenía miedo que al hacerlo la furia de Hades se desatara, pues el dios del inframundo no estaba demasiado contento respecto al repartimiento de los poderes de los tres hermanos.

>>Pero por la desgracia de su madre y de Coré, el dios del mundo subterráneo fue más listo que ellos, y una vez que Perséfone pisó el Inframundo, le ofreció algo que la joven no pudo rechazar; una granada. Esta, conocida como el fruto de los infiernos, tenía un poder especial, una vez probada, Perséfone debía quedarse en el inframundo eternamente. Pero por suerte para la joven Perséfone, los tres dioses llegaron a un acuerdo. Cómo la joven solo se había comido seis granos de la granada, pasaría seis meses del año con su madre y los otros seis los pasaría con su marido.

>>Pero el mito no termina aquí, cuando Perséfone pasaba sus seis meses en la Tierra con su madre, los campos florecían y el buen tiempo se hacía presente en las tierras griegas, pero a la vez, cuando Perséfone pasaba el resto del año con su marido legaba el frío. El rapto de Perséfone termina por explicarnos el origen de las cuatro estaciones del año. Otoño e invierno los pasaba junto a Hades y la primavera y el verano los pasaba junto a su madre.

-¿Los griegos inventaron ese mito para poder explicar solo las estaciones del año? –Preguntó de nuevo Lidia.

-Pues sí y relacionarlo con Hades fue una cosa terriblemente inteligente, a la vez que muy cruel para el mismo dios, pues los ciudadanos de la antigua Grecia temían el poder de ese dios y por eso muy pocas veces era mencionado, de hecho, muchos se dirigían a él con el nombre romano "Plutón".

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