Capítulo 9

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CAPÍTULO 9: Jardines músicalizados.



-¿Estás segura de que a Ian no le importará que me acople en vuestra clase sin haber si quiera avisado antes? –Preguntó Adonis con cierta preocupación marcada en su voz, mientras ambos pasábamos las puertas de los Jardines Laribal de Montjuïc, que era el lugar en el que nos citó el profesor Parker el día anterior para la sesión de ese jueves.

-Él mismo me dijo que no había problema alguno en invitarte, sabe que te gusta el tema, hasta incluso habría podido venir Carlos –dije y le miré con una sonrisa cómplice-. Ah no, que no quieres presentármelo.

-No es que no quiera presentártelo, es simplemente que no he encontrado el momento para hacerlo –intentó excusarse y cambió rápidamente de tema para que no le molestara más con eso, llevaba unos días intentando sacarle el tema de Carlos pero él se resistía a darme información-. ¿Y cómo es eso de que hoy damos clase aquí? –Preguntó con curiosidad.

-Dijo que quería hablar sobre un mito de Ártemis después de que ayer hiciéramos Apolo y quería hacerlo en algún lugar en dónde pudiera inspirarnos su historia, y dado a que ella era la diosa de la naturaleza y que las montañas más altas de Catalunya se encuentran un poco alejadas de Barcelona, ha decidido hacerlo de este modo y los Jardines de Laribal le han parecido el lugar idóneo debido a las estatuas, dice que aunque estas no sean griegas, le dan ese toque especial –respondí.

-¿Crees que él vendrá? –preguntó cauto ralentizando su paso, sabía que este tema era un tema muy delicado para mí, aunque yo realmente no quisiera admitirlo.

-Hace dos semanas que no se ha presentado por aquí, así que no lo creo.

-¿No has tenido contacto con él?

-No, la verdad es que desde que se fue corriendo de la clase de Afrodita no he vuelto a saber nada de él, pero... ¿de qué serviría? Si era cuando él estaba presente que había algo en el ambiente que no iba bien –respondí con sinceridad-. Si cada dos por tres cambiaba de personalidad y era imposible seguirle. No había por dónde cogerlo y cuando empezabas a entenderle te desmoronaba tu esquema en cuatro segundos.

-¿Pero eso no te gustaba?

-Gustar no es la palabra, más bien me intrigaba su comportamiento pero mi paciencia llegó hasta cierto punto, no lo sé. He llegado a un punto en el que ya no sé si quiero saber más de él. Desde que se fue todo en la clase ha ido un poco mejor. La gente parecía más a gusto, todo el mundo hablaba con respecto e interviniendo o preguntando en las explicaciones del profesor o incluso de los mismos compañeros.

-Si tú crees que estás mejor de esta manera Ari a mí me parece genial, ese tío era la personificación de la palabra capullo –confiesa Adon-. ¿Qué piensa Paula de él?

-No le soporta.

-¿Y Ian que opina?

-No he hablado mucho con él de este tema –dije a la vez que bajábamos unas escaleras para poder llegar al punto de quedada que habíamos acordado con la clase-. Dice que para él se le hace muy difícil llegar a comprenderle, pero que en cierto modo tiene que hacerlo y quiere saber el porqué de su comportamiento.

-Por cierto... ¿Y cómo te va con él? –preguntó con la misma sonrisa cómplice que minutos antes yo ya le había echado con tal de intentar sonsacarle información.

-¿Con Ian? –Pregunté a lo que él asintió un par de veces con la cabeza-. Normal, como siempre, ¿por qué lo preguntas?

-Me ha contado un parajillo que habéis salido bastantes veces juntos estas semanas de la universidad para ir a tomar café –respondió con una sonrisa.

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