Capítulo 18

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-¿Ar?- me ha despertado esa voz tan familiar.

-¿Jess?

-¡Oh! que bien que ya has despertado.-dice y se sienta en mi camilla a la lado mío.

-¿Cuanto tiempo dormí?- le pregunto y medio me incorporo, aun sigo adormilada.

-Lo suficiente como para que tu mamá viniera a verte y luego ir a casa por unas cosas, y luego volver y ahora estar en la cafetería desayunando.
-¿Ya es de día?-pregunto aturdida y ciega por tanta luz que proviene de las enormes ventanas del cuarto.
-Así es, para ser exactos son las 10:45 de la mañana.-me responde Jess con una sonrisa.
-Me siento horrible, Jess.
-Deberías oler cómo hueles, eso sí es horrible, ni se diga de tu aspecto.
-Muchas gracias, Jess. No sabes cómo me reconforta saber eso.
-Sabes que estoy jugando, Ar.-dice y se acomoda a un lado mío.
-¿Que pasó después de que Ryan se fue?-le pregunto.
-Pues después de que vi que salió de tu cuarto me acerqué a preguntarle lo que te había hecho y que había pasado entre ustedes esa noche. El solo me dijo que ya habían terminado y que no se volverían a ver, no me quiso decir completa la historia con la excusa de que como mejor amiga que eres deberías decirme tú. Yo puse los ojos en blanco y solo le dije que aunque no sabía lo que te había hecho fuera y chingara a su madre.
En ese momento yo estallé en risas.
-Como te amo, Jess.
-Lo sé, pero ahora deberías decirme el por qué mande a la chingada a ese hijo de puta.
Tenía razón Jess, ya era tiempo decirle todo, y eso hice.
-Wow, no sé qué decir. A mí nunca me gustó ese tipo como para ser tu novio, a pesar de que fui quien te animó a aceptarlo y ahora me siento algo culpable. Como te dije ayer, sentía raro como había cambiado de ser el peor de los perros a alguien tan casto, al principio no me caía muy bien, pero conforme el tiempo pasó vi viendo cómo se miraban, como te miraba. Creí que te amaba, de verdad que lo creí, y por eso mismo ya no dije nada y me convencí a mí misma que lo que sentía eran celos y nada malo saldría de esa relación.

Yo solo suspiro, y pienso en las veces en las que Jess me dijo que Ryan no era mi tipo y debía reconsiderar mi relación con él. Debí hacerle caso, pero no lo hice y ahora estoy en un hospital acostada en una camilla con un dolor de cabeza insoportable, lágrimas en los ojos y mi mejor amiga a mi lado tratando de consolarme a su manera.

-Lo siento, Ar. No tienes idea de cómo lo siento.-dice y me abraza de manera que recarga su cabeza en mi hombro y su pierna derecha se enrolla con la mía.
-Esta bien, Jess. Tú no fuiste la única que creyó que me amaba.

Mi novio imaginarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora