Capitulo 16

65 6 2
                                    

El silencio reina por un largo tiempo. Un silencio incomodo y lleno de tensión, que hasta el paramédico que nos acompaña en la parte de atrás, se mueve nervioso en su asiento y el paramédico conductor de ratitos hace unos ruidos con la garganta, como si quisiera decir algo y luego se arrepintiera de.
-Siempre te he amado.-dice Ryan con una voz segura. Hubiera preferido que el paramédico conductor hubiera dicho lo que sea que hubiera dicho.
-Cállate.-le digo de golpe. No quiero oír su voz, ni quiero que vuelva a decir un "te amo", ni quiero que me mire con ojos de dolor, y tampoco quiero que me pida perdón o me diga algo falso como "te prometo", porque ya ha sido demasiado por un día; un doloroso, cansado y al parecer eterno día.
-Esta bien, no debí de decirlo en este momento. Pero tienes que...-dice.
-¡Nunca debiste decirlo! ¡Nunca lo has sentido! Ya cállate, por favor. No necesito mas de tus pobres, incoherentes y falsas palabras.-le interrumpo con toda mi furia. El agacha la cabeza y al parecer unas cuantas lagrimas serán derramadas, por parte de ambos.
-Señorita, no es bueno que se altere en su estado.-ni que estuviera embarazada.- Por favor relájese.-dice paciente el paramédico que hace unos segundos se movía en el asiento.
-Esta bien, pero quiero que nos deje solos por favor, solo unos cuantos minutos.- le digo y el solo muestra unos audífonos, los cuales después se coloca en la orejas y nos ignora.
- Tienes que escucharme, Ariana. Todo lo que tenia que ver con ella terminó hoy, para eso nos vimos.-me dice esta vez en forma de imploro.
-Te escucharé porque quiero saber por que lo hiciste, más debes saber que nada de lo que me digas hará que cambie la decisión que he tomado.-le digo esta vez más calmada.
-¿Y cual es esa decisión?-me pregunta con el ceño fruncido.
-Que aunque me duela mas de lo que mereces, aunque me parta el corazón, aunque se que nada volverá a ser igual, y aunque te ame demasiado y se que no podré volver a amar a alguien así; tu y yo ya no somos nada y no lo seremos en ningún futuro o alguna otra vida.-le digo con un nudo en la garganta.- Y además al terminar de explicarme toda tu historia, llegando al hospital te irás y no llamarás, no volverás, y te mantendrás alejado de mi.-termino de hablar y siento como mi oxígeno va disminuyendo y tal vez la sangre de mis venas avance cada vez más lento.
-Me parece justo.-dice con apenas un hilo de voz y se acerca a mi, tomando mi mano, haciéndome sentir en calor y más débil, pero no me opongo.- El día que entraste al instituto y te conocí, tu eras una novedad. Eras la envidia de muchas chicas y el deseo de muchos chicos, incluyéndome.-comienza a relatar con una triste sonrisa. Eso me sorprende, porque no recuerdo que mi entrada al instituto fuera muy grata. Nunca he sido una chica envidiada ni deseada por nadie. Ni siquiera pensé que alguien, además de mis distintos compañeros de clase, se dieran cuenta de que era una chica nueva en el instituto.
-¿Esto que tiene ver con tu relación con Jennifer?-le pregunto sacándome de mis propios pensamientos.
-¿Si, que tiene que ver?-pregunta el paramédico que, según recuerdo tenía unos audífonos puestos para poder tener privacidad, y que además podría jurar que no tiene idea de quien es Jennifer.
-Creí haber pedido privacidad.-le digo molesta.
El solo se encoge de hombros, sin decir ni pío. Da igual.
-¿Podría continuar? No falta mucho para llegar al hospital.-dice Ryan, esto último con un hilo de voz mas triste que apenas hace un rato. Yo formulo un si con los labios, pues no puedo asentir y el nudo en mi garganta se hace más grande aún. Falta poco para llegar al hospital; falta poco para que Ryan y yo nos separemos, y no volvamos a unirnos. Pero así lo he decidido.
-Bien. Pues bueno, yo...

Mi novio imaginarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora