Mi novio imaginario

Capitulo 23

-Solo estaba esperando a que tu familia se fuera para venir.-me dice Dylan pasándome una de las malteadas.
-Lo supuse después de un rato, y les pedí que se fueran.- le digo dándole un sorbo a mi bebida. El sonríe.
-¿Entonces echaste a tu familia para estar conmigo?- pregunta entusiasmado y sorprendido. Yo pongo los ojos en blanco.
-No te emociones tanto. Me caes bien y eres el único en estos momentos con el que me siento cómoda.
El sigue sonriendo pero después de unos segundos lo deja de hacer.
-No sé si ya lo sepas, pero tu ex estuvo hace unas horas aquí.-me comenta algo nervioso.
-¿Ryan estuvo aquí?-le preguntó sorprendida y algo enojada. El asiente.- ¡¿Que se cree ese maldito?! ¡Lo odio! No puedo creer que haya tenido el descaro de venir.-digo con mucho enojo pero siendo honesta, en el fondo siento alivio al saber que le sigo importando.
-Vino a preguntar sobre tu estado a la doctora, ella le dijo obviamente que no podía compartir datos de los pacientes más que a familiares. Entonces le pregunto a tu amiga.-me explica y le da un sorbo a su malteada.
No puedo creerlo, Jess sabe que Ryan vino, y le dijo como estaba, y no solo eso. No me dijo nada.
-¿Estas seguro de que le pregunto a Jess? ¿Que fue lo que ella le dijo?-. le pregunto.
-Si, a ella le pregunto. Y ella le contó sobre las lesiones que tenías y todos los procesos que te habían hecho para establecerte. Pero también le pidió que no fuera de nuevo al hospital y que si quería saber de algo más le llamara y ella le decía, pero que no te molestara.-
Sigo sin creerlo.
-De verdad lo odio. Y no puedo creer que Jess sea su cómplice.-digo dejando la malteada en la mesa qué hay a lado de la camilla.
-Creo que solo está preocupado por ti.-dice Dylan encogiéndose los hombros.
-No quiero que se preocupe por mi. No tiene el derecho.-digo cruzándome de brazos.
-Ariana, tal vez es algo que no me concierne pero debiste de ver la cara que traía el chico cuando llego al hospital. Cuando tu amiga le dijo que estabas bien, él hasta lloro. De verdad le importas.-dice tímido.
Pienso en las cosas que han pasado en este lapso menor a las 72 horas. Cumplimos cuatro años, CUATRO AÑOS de noviazgo, me lleva a uno de los mejores lugares qué hay en la ciudad para cenar, me entrego completamente a él, amanezco con una sonrisa en el rostro, buscando una toalla encuentro una carta, le reclamo y me pide que me vaya, me voy enojada y preocupada, llego a casa y encuentro LA carta. Se rompe mi corazón. Voy a buscarlo para una explicación, en el camino me pongo ebria, llega "mi héroe" a salvarme de una congestión alcohólica, discutimos en el carro y me bajo, me atropellan. Me llevan al hospital en una ambulancia con él dentro de ella, me explica todo. Se vuelve a romper mi corazón. Le pido que se vaya de mi vida. Y no lo hace.
Sin querer empiezo a llorar, Dylan lo nota y agarra mi mano.
-Hey, no llores.-dice y con su otra mano limpia las lagrimas de mi rostro.
-Dylan, el no está preocupado por mi como tú lo crees. Él se siente culpable por haberme lastimado de esta manera.-y me suelto a llorar.
-Está bien, tienes razón. Pero ya no llores, no vale la pena.-dice y se para de su silla para sentarse a lado mío y me envuelve en sus brazos. Recargo mi cabeza en su pecho y sollozo.
-El dice que me amaba como a nadie. Con todo su corazón y alma. Que nadie había amado tanto a alguien como él a mi.-digo entre sollozos aferrándome a uno de los brazos de Dylan.- Quién te ama, no te lastima, ¿cierto?-le pregunto.
-Cierto.-dice y me da un beso en la frente.
Me abraza con mas fuerza y acaricia mi cabello. En sus brazos me siento segura, hay algo en el que me hace sentir tranquila, segura, en paz. No llevo ni dos días de conocerlo y siento que lo conozco de toda la vida, no quiero perderlo, no quiero que se vaya de mi vida. Sin pensar dos veces lo que hago, me separo de él, lo veo a los ojos, con mi mano derecha acaricio su cabello, y con la izquierda su mejilla. El solo sonríe.
-¿Que pasa?-me dice con esa sonrisa. Yo también sonrío. Acerco con mis manos su rostro al mío, yo acerco el mío al suyo, y lo beso. Lo beso y el me responde con dulzura.